Coches mal estacionados y basura, en la primera nevada del año en el Teide

Coches mal aparcados en el Parque Nacional del Teide

Andrea Domínguez Torres

La Orotava, Tenerife —

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La nieve volvió a teñir el Parque Nacional del Teide este sábado. La primera gran nevada del año ha dejado las cumbres de Tenerife cubiertas de blanco y las calzadas llenas de hielo. Las imágenes en redes sociales no se hicieron esperar y, como es tradición en la isla, en cuanto arrancó el fin de semana cientos de personas se lanzaron carretera arriba con el objetivo de capturar el paisaje, de pasar el día y de tomar un chocolate caliente. Esta escena se esperaba con más ganas de lo habitual, ya que durante el paso de Filomena, en enero de 2021, los vecinos tinerfeños estaban limitados por el toque de queda que impedía estar fuera de casa después de las 22.00 horas.

Como tradicional es el termo con bebida caliente, también es repetitiva la estampa de familias que despliegan mesas, sillas y cocinillas en cualquier apartadero de el Teide. Sin embargo, la costumbre se topa con la ley que pretende proteger el pico más alto de España. Allí, entre familias repitiendo hábitos, turistas sorprendidos por la nieve en una isla de sol y niños deslizándose por las laderas, se encuentra Mela, una de las profesionales que trabaja como itinerante en el Parque Nacional. Su función es hacer cumplir las normas para que este espacio, que alcanza los 3.718 metros de altura, siga siendo el mismo que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2007.

“Estoy sorprendida porque hay menos gente de la que esperaba”, confiesa Mela que trabaja en Gesplan (Gestión y Planeamiento Territorial y Medioambiental S.A), una empresa pública del Gobierno de Canarias que se encarga del cuidado de la zona. En una calzada entre coches mal estacionados en doble fila, Mela advierte a los rezagados que los vehículos pueden ser multados en cualquier momento. Durante la mañana, varios agentes de la Guardia Civil han rondado el espacio mientras grababan imágenes de coches y furgonetas obstaculizando la vía o aparcados sobre plantas endémicas de las Islas Canarias. Las retamas son las principales afectadas en esta práctica, puesto que al improvisar estacionamientos al lado de las vías de circulación muchas de ellas acaban aplastadas bajo los turismos.

Durante una conversación con Mela, dos jóvenes se acercan para consultar si la Policía podría multarlos por tener el coche mal estacionado. La trabajadora responde con un sí rotundo. “Van a grabar el coche, te van a multar y no te van a avisar de que quites el vehículo”, explica, “por eso estoy yo aquí”. Pero el mal estacionamiento de los vehículos no es la única práctica habitual y no permitida que se realiza en este Espacio Natural Protegido. A las faldas del volcán, una pareja en una furgoneta prepara unas pechugas a la plancha, unos metros hacia adelante una familia se hace un bocadillo en el maletero del vehículo mientras obstruyen la calzada. Este tipo de actividades, según explica la profesional, no están permitidas en el Teide, tampoco una de las más habituales y tradicionales: tomar chocolate caliente con un termo traído de casa.

Otra de las estampas más frecuentes durante los días de nevadas en Tenerife es las de las familias que aprovechan para pasear a sus mascotas sobre el entorno protegido. Cientos de perros han disfrutado de la helada en el Teide entre el jueves y este sábado y, sin embargo, tampoco está permitido soltar a las mascotas a los pies del volcán. El objetivo final con este sin fin de restricciones es el de preservar y cuidar la flora y la fauna del lugar.

El frío ha venido para quedarse

Durante el mediodía del viernes 28 de enero, las calzadas seguían brillando por el hielo y este sábado el Cabildo de Tenerife ha solicitado precaución a la población al circular con los vehículos por esta zona. Durante la noche, de nuevo los copos llegaron a más zonas del espacio protegido. El frío ha venido para quedarse y se combina con episodios de calima en las zonas de medianías y costa de Tenerife. En menos de 24 horas, el mirador de Ayosa, una de las primeras paradas que llevan al Teide desde la carretera de la Esperanza, se enfundó el traje blanco. En él, a 2.000 metros sobre el nivel del mar, aparecen los primeros restos helados. Hasta allí se han acercado decenas de visitantes para tomarse fotografías o a jugar con el hielo.

Para ver las primeras personas deslizándose por las coladas hace falta ascender hasta el Observatorio de Astrofísica de Izaña. A partir de este punto, aumentan los coches mal estacionados, los agentes de la Guardia Civil controlando el tráfico y los niños que se deslizan cerca de la calzada. 

Esta nueva jornada de nieve en el Parque Nacional del Teide ha sacado a relucir otra vez las lagunas en la conciencia medioambiental de Canarias. La Organización No Gubernamental Canarias libre de plásticos ha denunciado a través de sus redes sociales el impacto de la avalancha de visitantes que ha vivido el Parque este fin de semana: “¿No podemos pasar por un sitio sin dejar basura?”.

Entre las excursiones es frecuente encontrar mascarillas caídas en el suelo, bolsas de basura o alfombras de plástico que se han utilizado para jugar con la nieve, pero también objetos varios como mantas, pañoletas y manteles que han sido olvidados por sus dueños. Pero el plástico es el principal protagonista y puede encontrarse sobre las piedras, encima de la nieve o enredado entre las plantas.

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