Santa Cruz tarda más de dos meses en escuchar a sus ciudadanos con “problemas socioeconómicos graves”
El partido Sí Se Puede, en la oposición en el Ayuntamiento de Santa Cruz, ha exigido este lunes al Gobierno local de CC-PP medidas para reducir los plazos de espera en las unidades de trabajo social (UTS) dependientes del Instituto Municipal de Atención Social (IMAS).
Dada la saturación existente en las UTS, donde hay déficit de trabajadores, y la “apatía política en la búsqueda de una solución”, la concejala del grupo ecosocialista Asun Frías pide al concejal responsable, Óscar García (PP), que explique qué propone para acortar el tiempo de respuesta y para evitar que se cierren las agendas de las UTS a partir de ahora, se recoge en una nota de prensa.
La iniciativa encabezada por Frías es la reacción de Sí Se Puede a la respuesta escrita a la pregunta formulada por el grupo ecosocialista el 2 de enero de 2018 sobre distintos aspectos relacionados con la gestión de las UTS durante 2017, en la que “los datos más relevantes y más graves están relacionados con los días en que estuvieron cerradas las agendas de las UTS para dar cita previa”.
Frías sostiene que, “en la actual coyuntura social, es muy grave que se cierren las agendas durante un tercio de los días hábiles del año, y que, una vez abiertas, se tarde una media de más de dos meses en atender a las personas solicitantes, que normalmente acuden a las UTS porque están sufriendo una problemática socioeconómica grave”, destaca la concejala ecosocialista.
En efecto, según los datos aportados, la media de días en que estuvieron cerradas las agendas de las UTS en 2017 fue de 105,43, con el plazo más alto para Ofra, con 128 días, y el más bajo, el de La Salud, con 78. Los periodos de cierre del resto de las zonas fueron: Añaza, 127 días, Centro, 118 días, San Andrés, 107 días, Los Gladiolos, 92 días, y Barranco Grande, 88 días.
A esa problemática hay que añadir el plazo de atención durante los periodos en los que las agendas de las UTS están abiertas, que es de una media de 68 días. “Esto significa que, en un servicio tan sensible, pueden pasar meses desde que una persona llama hasta que los Servicios Sociales dan una primera respuesta a su necesidad”, subraya Frías.