El decano de Medicina de la ULL alerta de que la enseñanza será “bastante mala” si se aumenta el número de alumnos

Facultad de Enfermería de la ULL

Europa Press

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El decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de La Laguna (ULL), Agustín Castañeyra, advierte de que 100 alumnos más por curso escolar no resuelve el problema de la falta de médicos porque saldrán al mercado “en diez u once años” y, además, haría que la calidad de la enseñanza fuera “bastante mala”.

En una entrevista concedida a Europa Press comenta que esa cantidad de alumnos es “inviable” y reclama, antes de incrementar el número de plazas, tal y como ha solicitado el Parlamento, que se dote primero a las facultades del profesorado, material y equipamiento necesarios para afrontar este aumento de alumnos.

Dice que en las prácticas clínicas, que se realizan en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), el Hospital de La Candelaria y los centros de salud ya van “muy justitos” para tener la ratio adecuada alumno/médico. “Si aumentan 100 alumnos más, ¿dónde hacen las prácticas?, la calidad se va a resentir una barbaridad”, comenta.

Castañeyra sostiene que “hay que pensar muy bien” cómo hacer un posible aumento del número de alumnos (la Facultad lagunera incorpora cada año entre 130 y 140 y licencia a más de 600) y deja claro que “con el mismo profesorado” los decanos de los centros se oponen.

A modo de ejemplo, detalla que en 2018 había 25 catedráticos y en 2025 se quedarán en cinco por las jubilaciones y los profesores titulares han pasado de 50 en 2018 a 40 este año, mientras que los asociados también han caído de 90 a 80 en cuatro años. “Es un problema gravísimo porque no se convocan plazas”, agrega.

El decano apunta que se “si se sacan, las plazas se cubren” y por ello están “luchando” desde el decanato aunque no oculta que para ser catedrático y profesor titular “hay que acreditarse y cada vez cuesta más”.

Al menos valora que en dos años se haya contratado a ocho personas más como profesores vinculados, algo más que la figura de un asociado a quien no se puede poner “a cargo de una asignatura”, hacer las guías docentes u organizar grupos de prácticas.

“Un hospital universitario, por cada servicio, debe tener un profesor vinculado y ya hay servicios sin ningún profesor, por eso salieron ocho plazas. A lo mejor, dentro de tres o cuatro años, si contratamos ocho al año, estaremos como en 2018”, indica.

En esa línea entiende que hace falta una “reforma estructural” de todo el sistema para atender la falta de médicos en España y lamenta que “no se haya hecho antes” porque se sigue con la planificación sanitaria acordada en 1982. “Es un problema que viene de lejos”, indica.

En su opinión, “lo sencillo es decir que hay que aumentar alumnos, si me pones 15 o 20 los atendemos como buenamente podemos pero no resuelve el problema”.

Malos contratos y menos sueldo que en Europa

Para buscar una solución a corto plazo plantea mejorar las condiciones laborales porque los alumnos que terminan y acaban el MIR ven que los contratos “no son muy buenos” y con interinidades de hasta 20 años.

“A lo mejor le ofrecen una plaza en el extranjero y salen corriendo, y pagando lo que les pagan”, apunta.

El otro problema adicional que se podría presentar es el del equipamiento o las infraestructuras del Campus de Ciencias de la Salud pues siempre “están haciendo cositas” y se discute sobre la posibilidad de construir una nueva facultad pero siempre se queda “en la carta a los Reyes Magos”.

“Lo primero es el profesorado y después lo otro. Si no hay profesores para qué quiero una facultad grande”, agrega.

Incluso, el decano exige más plazas de administrativo pues se ha pasado en los últimos años de ocho a dos. “Les digo a los trabajadores que se trabaja de 8 a 3 y si no se cumplen plazos, no se cumple”, destaca, subrayando que hay “deficiencias en todo” y la facultad tiene “un trabajo enorme” porque agrupa estudiantes de Medicina, Enfermería y Fisioterapia.

Cuestionado por la alta note de corte en Medicina (este curso hubo 2.000 preinscripciones y el último alumno entró con una nota de 12,7) reconoce que es uno de los grados “más demandados” porque “todo el que acaba tiene salida” si bien precisa que es una formación “vocacional, sacrificada y muy bonita”.

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