Ecologistas desvelan un doble juego de intereses en la construcción del proyecto turístico Underwater Gardens en Tenerife
La plataforma ciudadana Salvar Punta Blanca ha denunciado públicamente un doble juego de intereses en el proyecto turístico Underwater Gardens, que se pretende construir en la costa oeste de Tenerife (municipio de Guía de Isora), en pleno santuario de ballenas y en una zona hasta ahora libre de infraestructuras turísticas. El paque temático pretende servir para que los turistas buceadores conozcan esa parte de los fondos marinos de la isla, y para ello proyecta la construcción de edificios en tierra (ocupando hasta 10 hectáreas de terreno, parte de él, rústico de protección ambiental) e intervenciones en la costa. Paralelamente, se publicita como de interés científico para la organización europea Ocean Citizen. Es decir, hay dos proyectos en la zona: uno científico y otro turístico, dándose la circunstancia de que la parte científica avala el interés en la parte turística.
Sin embargo, según denuncian las organizaciones ATAN y la plataforma ciudadana Salvar Punta Blanca, la persona que defiende a nivel europeo el interés científico del proyecto, a través de la organización Ocean Citizen, es también la misma que pretende explotarlo turísticamente a través de un parque temático, Underwater Gardens.
ATAN y Salvar Punta Blanca explican que hace unos días enviaron una carta formal a todos los miembros del consorcio del proyecto europeo Ocean Citizen en la que expresaron su “profunda preocupación por el uso indebido del nombre y los recursos” de esta iniciativa europea para legitimar el macroproyecto turístico Underwater Gardens en Tenerife. Ambas organizaciones señalaron en la misiva que este proyecto “vulnera principios fundamentales del programa Horizon Europe”, como el de No causar un perjuicio significativo (DNSH), y alertaron sobre la implicación directa de “actores del consorcio en la promoción de infraestructuras especulativas”.
En los últimos días, explican las organizaciones, el coordinador de Ocean Citizen, Sergio Rossi, ha negado esta vinculación intentando desligar el proyecto científico de la propuesta de construcción del macrocomplejo turístico Underwater Gardens. Sin embargo, desde Salvar Punta Blanca aclaran varios puntos “que la ciudadanía merece conocer”.
Por un lado, inciden, el propio escrito lo confirma: se trata de un proyecto de investigación financiado por la Unión Europea dentro de Horizon Europe. Por tanto, “resulta preocupante que un proyecto financiado con fondos públicos para investigación pueda estar sirviendo de aval científico y greenwashing a una iniciativa privada con fines lucrativos, como es un parque temático para buceadores”.
Por otro, la carta está firmada por Sergio Rossi, quien no solo coordina Ocean Citizen como profesor asociado de la Universidad del Salento (Italia), sino que al mismo tiempo es director científico de la empresa promotora del parque temático, Underwater Gardens International S.L. Es decir, “la misma persona representa a la vez un consorcio de investigación financiado con fondos públicos y a la empresa que quiere construir un macrocomplejo turístico en Punta Blanca, todo en el mismo lugar”, alertan las organizaciones. “Este doble papel plantea serias dudas sobre la legitimidad, independencia y credibilidad de sus declaraciones, además de una falta de ética profesional y un claro conflicto de intereses”, sentencian.
Aunque Ocean Citizen insiste en que no promueve infraestructuras en tierra, “la realidad es que Underwater Gardens se presenta como un parque temático turístico para buceadores. Pretender vincularlo a la necesidad de restauración marina es un discurso engañoso y aquí está el problema: Ocean Citizen y Underwater Gardens están trabajando en connivencia, ayudando a justificar el destrozo de Punta Blanca para fines meramente especulativos y privados”.
Además, insisten en que aunque formalmente se afirme que ambos proyectos son independientes, “la estrategia es clara: usar el prestigio académico de Ocean Citizen como coartada para vender unproyecto turístico privado que traerá consigo más consumo de territorio, además de 3.000 turistas diarios”. En opinión de las dos organizaciones denunciantes, “se le da una apariencia de regeneración medioambiental respaldado por la ciencia para blanquear intereses puramente mercantiles y extractivistas, una vez más, del territorio canario”.
Un falso relato del “cero turístico” post-COVID
Los promotores de Underwater Gardens han intentado justificar su construcción alegando que Canarias necesita atraer turismo tras la pandemia, según el expediente de declaración de interés insular del Cabildo de Tenerife. Sin embargo, “la realidad es que el turismo en las islas ya ha recuperado e incluso superado las cifras previas a 2020: de los 15 millones de visitantes en 2019, las previsiones para 2025 apuntan a una nueva cifra récord de 18,4 millones de turistas. No existe, por tanto, ninguna necesidad económica que respalde la construcción de un nuevo parque temático en un espacio natural virgen”.
Falta de diálogo real con la sociedad local
En la carta fidundida por Rossi se defiende el “respeto”, “diálogo abierto” y los “procesos transparentes” , pero la realidad, según las plataformas denunciantes, es que Ocena Citizen “ha realizado solo dos presentaciones públicas del proyecto, una reunión virtual y otra presencial en las que, además de llegar solo a unas pocas decenas de personas, evidentemente no se habló del vínculo con el parque temático de Underwater Gardens en Punta Blanca. No basta con proclamar transparencia: hay que practicarla”.
Por sotro lado, añaden, “Underwater Gardens ha jugado a patrocinar actividades y ofrecer ventajas de acceso al mar a algunas personas para intentar conseguir el beneplácito local, algo que no ha conseguido, buena prueba de ello es esta plataforma que le contesta y le planta cara”.
Y alertan también de que no es la primera vez que se “destroza una ola icónica, un espacio público y natural en Tenerife en beneficio de un proyecto turístico como ya pasó con algunas de las olas de Las Américas”.
“Ni Tenerife ni Canarias necesitan más turistas, pero mucho menos existe una necesidad de que buceadores de turismo vengan a salvar Punta Blanca. Lo que necesitamos son Reservas Marinas y que se vigile el cumplimiento de las actuales protecciones de la zona, dotándolas de recursos”, proponen.
“Pretender regenerar una zona sin eliminar las causas de degradación no solo es greenwashing, es un despilfarro de fondos públicos que, si se consultara al tejido social local, estarían bastante mejor invertidos”, opinan ATAN y Salvar Punta Blanca.
Por último, desde la organización Salvar Punta Blanca manifiestan su “profundo hartazgo con estas iniciativas extractivistas y que machacan nuestras costas, nuestra isla y los pocos lugares que nos quedan para disfrutar libres de turismo. Que quede claro: Vamos con todas contra esta sinrazón: mediáticamente, por la vía legal y protestando a pie de obra si algún día se les ocurre iniciarlas”.
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