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El propietario de una chupitería en La Laguna niega todos los delitos sexuales por los que le piden 37 años de cárcel

Chupitería Simpalabras, ubicado en el cuadrilátero de La Laguna

EFE

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El dueño de la chupitería de La Laguna para quien el Ministerio Fiscal pide 37 años de prisión por agresiones y abusos sexuales y violaciones, ha negado esta jueves que fuese autor de los hechos denunciados por clientas y exempleadas en las dos últimas jornadas, también asegura que no realizaba preguntas de carácter sexual en las entrevistas de trabajo. Tras su declaración, el caso queda visto para sentencia.

La fiscal mantiene su petición de 37 años de prisión por un delito de agresión sexual, dos de abuso sexual, una de ellas a una menor de edad, y siete de acoso, algo que cree acreditado después de la declaración de más de veinte jóvenes, mientras que, ha señalado, llama la atención que solo las tres exempleadas que tenían contrato sostengan la versión del acusado.

La acusación de la menor que ha denunciado la violación se ha adherido a la petición del Ministerio Fiscal, mientras que la defensa del acusado ha reclamado su absolución por considerar que no hay prueba fehaciente, ni documental ni testifical que sea suficiente para su condena.

En la última sesión del juicio, el acusado, militar profesional, ha dicho que él servía copas a compañeros de cuartel y amigos para ayudar a las camareras, y ha añadido que las invitaciones eran ocasionales y a clientes habituales.

En las copas ponía alcohol “y basta” y ha insistido en que no sabe lo que es la burundanga, sustancia que durante el juicio le han acusado de colocar en copas, y además ha comentado que tras la barra entraba porque tenía que controlar la música, arreglar la caja, ya que se trababa, y siempre que era necesario, y ha señalado que siempre intentaba cruzarse de espalda a las camareras, para también negar que colocase una pastilla de viagra en la copa de un cliente.

En cuanto a la violación de una menor de edad, el 27 de enero de 2018, ha manifestado que desconocía su edad y se la encontró una noche en las cercanías del local, tras cerrar en torno a las cuatro horas, y ella le dijo que se encontraba en mal estado, por lo que él se ofreció a llevarla a su casa “siempre y cuando” estuviera en su trayecto hacia Santa Cruz. Ha indicado que esa noche dejó a esa joven por las cercanías del Instituto de Astrofísica de Canarias, y ha reiterado que ella volvió al local de copas al menos en otra ocasión.

También ha negado haber agredido sexualmente a una joven que trabajó unos días como camarera tras recomendársela un amigo suyo del cuartel y ha afirmado que no se quedó a solas con ella para luego penetrarla.

Asimismo ha negado que agrediese sexualmente a otra joven que trabajó sin contrato unos días, recomendada por el novio de ella, según sus palabras, y agregó que esta persona se emborrachó una noche y la llevó a su casa quien era su pareja, no una ambulancia, como había declarado ella. Declaración esta última que la fiscal ha contradicho al poner de manifiesto que hay un informe del 1-1-2 en el que consta que se acudió esa noche a ese lugar.

La agresión denunciada por dos clientas habituales también ha sido negada por el dueño del local, quien ha hecho hincapié en que cuando preparaba copas lo hacía en cualquier lugar de la barra, y no en uno determinado al final de la misma, como han declarado las denunciantes. Además, ha negado conocer a dos de las jóvenes denunciantes que trabajaron como relaciones públicas o camareras.

La fiscal ha reconocido la dificultad que hay en ocasiones para dictar una condena en casos de índole sexual, ya que suele haber dos versiones contrarias, pero en esta ocasión, ha subrayado, hay “muchísimas víctimas”, y ha destacado que el acusado usaba siempre la misma mecánica de buscar jóvenes que necesitaban dinero a las que ofrecía entre 20 y 30 euros por noche, sin contrato.

Ha comentado que si bien se habla de una barra estrecha en las fotografías se ve que hay espacio suficiente como para pasar sin rozarse, y en cuanto a si acudió al local la policía la noche en la que supuestamente fue violada la menor de edad, ha recordado que hay un informe de la Policía Local que lo confirma.

La fiscal ha recordado que el inspector de la Policía Nacional que ha dirigido la investigación ha calificado al acusado de depredador sexual, y ha reconocido que aunque no se ha encontrado burundanga está claro que algo echaba en las copas por cómo se encontraban las jóvenes tras beber.

Fiscalía pide prisión provisional

La fiscal ha reclamado la prisión provisional para el acusado, quien ha estado en esa situación tres meses y “lamentablemente” salió de la cárcel.

La defensa de la menor, que se ha adherido a la petición de la fiscal, ha indicado que la joven revive ahora la situación y lo que se dice de ella, poniendo en valor que todas las denunciantes coinciden en el comportamiento del acusado.

El abogado de las jóvenes ha dicho que incluso las personas que frecuentaban el local hablaban del acusado como un “baboso” y quienes han declarado a su favor han cometido incongruencias, y ha comentado que si bien niegan la entrada de menores al local su defendida y sus amigas tenían 15 años.

La defensa del acusado ha replicado que de las 24 personas que han declarado catorce lo han hecho a favor de su cliente, y en cuanto al dinero que ofrecía ha dicho que llegó a pagar seis euros, mientras que de las entrevistas señaló que si va a contratar a una chica para un pub las preguntas son pruebas para saber las intenciones en caso de que haya problemas.

Ha puntualizado el abogado defensor que si bien es verdad que una de las denunciantes y su amiga eran menores de edad, el dueño del local no podía estar pendiente de todo lo que acontecía y por ello el portero tenía la orden de pedir el DNI.

No ve delito en el hecho de que en algunas ocasiones el acusado rozase a las camareras en la zona estrecha de la barra, y el abogado defensor ha criticado que se acuse sin pruebas, ya que no se ha encontrado burundanga, sustancia que potencia la vulnerabilidad.

Si bien no ve ánimo de venganza en la menor de edad señaló que, según se ve en una grabación corta, estaba “súper a gusto” y además de que había ido al local con anterioridad lo hizo después del 27 de enero de 2018 preguntando por el dueño del local, y, ha proseguido el abogado de la defensa, ha incurrido en contradicciones en sus declaraciones.

También ha cuestionado la denuncia de violación de una excamarera, de quien ha señalado que es fuerte y se había preparado para ser militar, por lo que considera que no es creíble que pudiera haber hecho algo, y ha comentado que esta persona ha faltado a la verdad al decir que se lo había contado a su novio, quien después de los hechos denunciados invitó al acusado al cumpleaños de ella.

El abogado defensor se ha referido a que en algunos de los casos que el Ministerio Fiscal estima delitos de acoso sexual son comentarios desafortunados como “tienes cara de querer que te bajen los pantalones y te empotren contra la pared”.

Y ha cuestionado al inspector de la Policía Nacional que calificó de depredador sexual a su defendido, pues ha recordado que no hay condena y por ello hay que respetar la presunción de inocencia, y porque el agente “no ha hecho nada de nada por investigar” y con sus palabras quiere ser juez cuando es policía.

Considera que no hay prueba fehaciente, ni documental ni testifical que sean suficientes para condenar a su defendido, y por ello pide la absolución.

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