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Un centro de visitantes y mayor visibilidad, claves de la intervención en el Castillo de San Andrés

El alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, junto al proyecto de rehabilitación del Castillo de San Andrés

Tenerife Ahora

Santa Cruz de Tenerife —

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Ya se conoce el proyecto de intervención en el Castillo de San Andrés, como resultado del concurso de ideas convocado hace unos meses por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. El proyecto ganador basa su propuesta en una intervención poco invasiva, que plantea la creación de un centro de visitantes y la mejora de la accesibilidad y visibilidad de este Bien de Interés Cultural (BIC).

Se invertirán ahora más de 160.000 euros en la redacción del proyecto de ejecución, que estará terminado antes del próximo verano. El proyecto está cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, dentro del programa operativo FEDER de crecimiento sostenible 2014-2019 y tiene un presupuesto de obra estimado de algo más de un millón de euros (1.009.389 euros).

El alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, ha dado a conocer el proyecto ganador, así como los dos finalistas, acompañado por los concejales de Infraestructuras y Anaga, Dámaso Arteaga e Inmaculada Fuentes, y el arquitecto municipal, Elías Medina, quien ha evaluado las doce propuestas, junto a un técnico de Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife, el presidente del Colegio de Arquitectos, arquitectos de la Gerencia de Urbanismo y del Ayuntamiento, así como la directora general del área de Infraestructuras y una técnica municipal actuando como secretaria. 

Bermúdez ha indicado que “se cumple un paso más en el compromiso de este Gobierno de recuperar para la ciudad este emblemático edificio”, lo que supone además “una antigua reivindicación de la ciudadanía del barrio de San Andrés, pues una vez concluido el proyecto será un atractivo más para ser visitado”.

El alcalde ha destacado que se “trata de una propuesta con una intervención muy poco invasiva, que mantiene el edificio tal cual lo conocemos hoy, pero lo pone en valor mejorando las zonas anexas para poderla disfrutarla y con un centro de visitantes que da significado al entorno y lo contextualiza desde un punto de vista histórico”.

El proyecto elegido, que corresponde a la UTE Arocha Díaz Uriarte, formada por Fernando Arocha Ferreiro y Jorge Díaz Rodríguez bajo el lema ‘S, M, L, XL’, propone una intervención en el monumento poco invasiva y muy respetuosa y conservacionista respecto a la ruina existente. No plantea, además, la construcción de ningún elemento nuevo que pueda distorsionar la lectura del Castillo.

El proyecto plantea la instalación de una plataforma a baja altura como elemento de estancia, que permitirá contemplar el Castillo, así como un centro de interpretación que evoca las figuras geométricas recreando las formas y dimensiones de las estancias originales del Castillo. Todo ello, acompañado por vegetación arbolada y elementos de suficiencia energética y de gestión sostenible del agua.

Por su parte, el concejal Dámaso Arteaga ha señalado que “este resultado es fruto de un proceso participativo en el que los vecinos de San Andrés se pronunciaron en un primer momento y posteriormente se convocó este concurso”, añadiendo que “a partir de ahora, conocido el ganador, pues se le encargará la redacción del proyecto que tendrá que estar pendiente de los diferentes informes sectoriales y trataremos por supuesto el proyecto con los vecinos de San Andrés para que tengan información de primera mano”.

Una torre con historia

La Torre de San Andrés (más conocida como Castillo de San Andrés) es una antigua fortaleza militar situada en el barrio de San Andrés. Esta infraestructura de defensa de la isla de Tenerife está considerada como una importante pieza del patrimonio histórico español y es un símbolo identificativo de la isla y del propio municipio de Santa Cruz de Tenerife, dada la importancia que tuvo en la respuesta que se dio por parte de la ciudad al ataque del almirante Horacio Nelson a Santa Cruz de Tenerife en 1797.

El castillo estuvo activo militarmente hasta que en el año 1878 se ordenó su desarme. En 1894, una avenida de aguas torrenciales acaecida a lo largo del cauce del barranco de El Cercado le causó daños estructurales, dejándolo parcialmente derruido, como puede apreciarse en la actualidad.

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