Se armó una buena este martes en la reunión trimestral de la Junta Rectora del Patronato de Turismo de Gran Canaria, donde se sientan políticos, técnicos, empresarios y sindicalistas. Sin que nadie se lo esperara, la gerente del Patronato, Cristina del Río, soltó una bomba que amenaza traer complicadas consecuencias los próximos días: defendió que los empresarios acometan despidos preventivos, es decir, reducciones de plantilla ante los efectos que pueda provocar la crisis económica en sus cuentas de resultados. Las caras de los presentes variaban desde el regocijo de Fernando Fraile, presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo, hasta el espanto de Isabel Guerra, consejera de Empleo del Cabildo, pasando por el asombro silencioso, con ojos como platos, de Román Rodríguez, o el cabreo indisimulable de Francisco González, representante de la UGT, sindicato que amenaza con medidas políticas inmediatas.