A ver si se iban a creer ustedes que sólo los periódicos tenemos nuestras meteduras de pata. O los jefes superiores de Policía sus lapsus linguae del tipo “a las barricadas, que vienen los estudiantes”. También ese oráculo cuasi infalible que es el Boletín Oficial del Estado tiene sus gazapos, bien por iniciativa propia o porque los aún poco diestros gobernantes (y perdón por lo de diestros) envían los textos sin someterlos a las convenientes correcciones. Así parece natural encontrar resoluciones como la publicada el pasado 17 de enero dando cuenta de un nombramiento que en realidad no sabemos con precisión qué nombramiento es. Si se nombra a la directora del gabinete del director del gabinete, o a la directora del gabinete del secretario de Estado del gabinete. El caso es que la señora en cuestión, Valentina Martínez Ferro, quedó nombrada el 16 con efectos retroactivos al día 6 de enero pasado, festividad de la Epifanía del Señor, o del ya vienen los Reyes, por el arenal.