José Miguel Pérez se va ganando a pulso un puesto en el memorial de grandes decepciones del Partido Socialista Canario. Llegó con mucho empuje en unos momentos providenciales, cuando el PSC se encontraba descabezado en Gran Canaria tras una insípida gestión de Eduardo González. Pero Pérez, que gasta muy buen talante pero escasa eficacia, no ha podido o no ha querido reconducir la situación satisfactoriamente. En la principal agrupación local de la isla, la de Las Palmas de Gran Canaria, ya no saben qué hacer ante la evidente ausencia de liderazgo insular. Los que tomaron esa agrupación en nombre de nuevos vientos socialistas se encuentran ahora completamente desconcertados, buscando un verdadero líder. Una pena.