Rafael Díaz es un hombre leal a su gente, ATI, y muy trabajador por la causa. Fue consejero de Sanidad con Román Rodríguez, en un intento de reequilibrar las inversiones sanitarias tras las quejas tinerfeñas por el Doctor Negrín. Cumplió su cometido aplicando su leal saber y entender y la inspiración de Cobiella, que es uno y trino, lo mismo te cambia un concejal de Turismo en el Puerto de la Cruz que retrasa las fecundaciones media vida o mantiene el hospital Universitario en un limbo muy llamativo y conveniente para la sanidad privada tinerfeña. Pues por motivos personales, Rafael Díaz se ha retirado de la primera línea de fuego, por mucho que digan que ha dejado algunas piezas muy bien colocadas en la consejería. Ahora le han propuesto ser miembro del Consejo Consultivo, uno de los órganos dependientes de la Comunidad Autónoma que los notables del Foro Social para la Reforma del Estatuto consideran que hay que potenciar para que tenga mejor imagen. Dudamos mucho que con este tipo de componendas (tranquilo, Rafa, que te buscamos un hueco) se vaya a conseguir.