Hasta el final hay señas, decíamos, y de ellas saben mucho los veteranos barones que se han puesto manos a la obra a salvar la imagen del presidente del PSC, Jerónimo Saavedra, para evitar que pudiera convertirse en el gran derrotado del congreso socialista de este fin de semana. La mera insinuación de que quedaría fuera de la nueva Ejecutiva ha movilizado a dirigentes como Chano Franquis, que tiene en sus manos a la mitad de los delegados que representarán a la Agrupación Local de Las Palmas de Gran Canaria. Cuenta con la ayuda de Blas Trujillo y están pendientes de lo que hagan los delegados leales a Emilio Mayoral, que mira a ver si José Miguel Pérez levanta el dedo pulgar en dirección al cielo o si se pone a mirar para la Cueva Pintada de Gáldar en plan sueco. “Haberlo pensado antes”, responden a los saavedristas cuando proclaman que “el partido no puede aparcar a un valor como Jerónimo”.