Empiezan a desinflarse las euforias de los más prominentes báculos del sistema político, empresarial y financiero de Santa Cruz de Tenerife ante la evidencia de que se acabó la impunidad. Miguel Zerolo salió este jueves de la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias con la imputación de un delito de cohecho, es decir, la supuesta aceptación de sobornos por el caso de Las Teresitas. La Policía ha encontrado en el estudio patrimonial efectuado al alcalde de Santa Cruz y su entorno algún indicio de enriquecimiento ilícito, algún incremento patrimonial no justificado que ha llevado a la magistrada a temerse lo peor. También teme lo peor el imputado, que ha abandonado la senda de la frivolidad y ha contratado a un abogado muy potente, José Manuel Niederleytner García-Lliberós, que sustituye en la defensa a Francisco Medina Fernández Aceituno, experto en otras actividades diferentes al Derecho Penal.