Está claro que no hace falta ser corresponsal de guerra para correr riesgos en esta profesión cada vez menos romántica. Cuando no es una emisora la que insulta a los periodistas, es un matón con pasamontañas, o un musculitos de gimnasio cabreado porque se le descubren sus apaños. Este domingo, un tal Sebastián Jiménez, candidato del PP a gerente del Centro Insular de Deportes, agredió al jefe de Deportes de La Provincia, Patricio Viñayo, porque éste publicó hace unas cuantas semanas que el figura había sido descubierto ejerciendo prácticas presuntamente fraudulentas con la Seguridad Social y sus trabajadores. Jiménez era concesionario de la sala de musculación de la ciudad deportiva de Gran Canaria y tenía a sus empleados cotizando de aquélla manera que sólo los empresarios indecentes aplican. Viñayo lo descubrió y lo publicó, y el PP tuvo que envainarse el nombramiento.