Mientras Mauricio y Saavedra -ya conocedores de la ruptura- hacían chocar sus copas de champán en Meloneras, en plena celebración de la boda del hijo de un conocido empresario, Luis Soria, sus jefes de prensa y de gabinete y la mentada colaboradora se dedicaron a la frenética tarea de clasificar, separar, embalar y destruir documentación. La aprovechable fue colocada ordenadamente (como correspondía a las indicaciones del jefe) en seis cajas de cartón que fueron bajadas por el ascensor privado hasta los garajes del Edificio de Usos Múltiples I por el jefe de gabinete (en funciones de sherpa), que abandonó las dependencias públicas en último lugar y a altas horas de la noche. Hay ex colaboradores que sostienen que todo aquello quedó grabado en las cámaras de seguridad del edificio y que, además de las seis cajas con documentación, aquel día salieron del edificio otras cajas con contenido distinto, digamos que más comprimido. Un par de gigas.