No había problemas meteorológicos y ninguna otra compañía presentaba este domingo en Barajas los mismos problemas. Por lo tanto, había que pensar mal para, como es norma, acertar. Los pasajeros del vuelo IB 812 a Gran Canaria tenían que salir a las 20.30, pero el embarque se cerró finalmente a las 23.20, tras el reglamentario refrigerio. Corrieron más suerte que otros, como el vuelo a Tenerife, que resultó cancelado. Ya a bordo, el comandante Navarro pidió disculpas a través de su segundo, que alegó que el retraso se debía a una demora en la llegada del avión desde Londres. A su vez, el copiloto desmintió que hubiera huelga de celo, que ese es un colectivo serio y hace las huelgas cuando tocan, es decir, el 10 y 16 de julio próximos.