Salvador Iglesias tiene todo el derecho del mundo a optar a las plazas públicas que sea capaz de ocupar dados sus méritos y sus capacidades, pero estamos seguros de que en este caso va a haber algunas suspicacias. Por ejemplo, es sabido que Iglesias aparece en las conversaciones telefónicas que obran en poder del juez que instruye la operación Góndola. En concreto, Iglesias hace de intermediario entre el presidente del Gobierno saliente, Adán Martín, y el empresario Santiago Santana Cazorla, en relación con las famosas camas turísticas del salmón. Es más que probable que el juez lo llame a declarar, bien en calidad de testigo o bien en la de imputado, porque hay algunos pasajes muy subitidos de tono. Tiempo al tiempo. Aún así, recordamos al resto de opositores que, además de esta que quiere Iglesias, queda otra plaza en el Consultivo, no desesperen.