Socavón prodigioso: una pequeña guía de La Caldera de Taburiente

Aguja del Roque Idafe, símbolo de Taburiente. Axel Brocke

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Los que miran cualquier mapa de la isla de La Palma llegan con facilidad a la misma conclusión. Aquí falta algo. Cuando el viajero sube hasta el Roque de los Muchachos, altura máxima de la isla y se asoma al abismo llega a la misma conclusión. Aquí falta algo. Lo primero que a uno le viene a la cabeza es una enorme explosión y a millones y millones de toneladas de roca saltando por los aires y cayendo a diestro y siniestro por aquí y por allá formando un caos geológico de mil pares. Y no. El hueco gigantesco, el agujero titánico, el boquete prodigioso, ha sido el resultado de la paciente labor del agua y el viento durante varios millones de años. Grano a grano, piedra a piedra, los elementos han ido conformando esta impresionante caldera que los naturales llamaron Taburiente y que es uno de los cuatro Parques Nacionales que atesoran las Islas Canarias.

Un milagro del agua. Un trabajo paciente que ha creado un agujero circular de unos siete kilómetros de diámetro en su parte más ancha y con desniveles que van desde los 2.400 metros de las alturas que rondan la cima de la isla, a los 600 metros de los puntos más bajos de la zona central. Y todo eso da para mucho; para paredes verticales impresionantes; para roquedos que surgen del fondo y se levantan como verdaderas agujas; para miradores imponentes; para riachuelos de aguas ferruginosas que se mezclan con corrientes cristalinas; para cascadas de coloreas; para bosques impresionantes; para algunos de los senderos más espectaculares de las Canarias… Y todo gracias al agua.

Para hacerse una idea de lo que vamos a ver conviene darse un salto previo por el Centro de Interpretación (Ctra. General de Padrón, 47 –El Paso-; Tel: (+34) 922-922 280; Horario: LD 9.00 – 18.00; E-mail: infcalde.cmayot@gobiernodecanarias.org ) para comprender la dinámica especial del Parque antes de iniciar la visita. Aquí comprenderemos el por qué del socavón, el cómo y quiénes han vivido en la zona desde tiempos remotos; bichos de toda ralea incluidos los de dos patas que han hecho de ésta su casa desde hace siglos. Mucho antes de que llegaran los conquistadores españoles, los aborígenes palmeros, los benahoritas, llamaban al lugar Aceró, o ‘fuerte’ y veneraban con temor al Roque Idafe, una impresionante aguja de piedra que, según sus creencias, impedía que el cielo se desplomara sobre sus cabezas.

El Idafe ocupa un espacio de centralidad que va más allá de lo geográfico erigiéndose en símbolo isleño más allá de su belleza nartural o importancia geológica. Como la propia Caldera, que trasciende para el isleño su valor como paisaje de primer orden o ecosistema para convertirse en un espacio sentimental e identitario. Y esto es algo que conviene tener en cuenta antes de ir y verla. Saber lo que representa para tantos. La carretera que sube desde el Centro de Interpretación hasta La Cumbrecita es un buen ejemplo de este simbolismo que va más allá de lo natural. El lugar es tan bonito que apabulla. Y cuando llegas arriba y ves la enorme mordida que deja las entrañas de la isla al aire sabes que estás ante uno de esos sitios que se repiten muy poco a lo largo y ancho del mundo. Y te invita a entrar y dejar la comodidad del coche para hacer uso de las piernas. Y a volver una y otra vez a los miradores que se asoman al abismo y te permiten ver hacia dentro desde distintos puntos de vista: Roque de los Muchachos y Los Andenes, en las altura; La Cancelita ya a las puertas del Barranco de Las Angustias o El Time, ya más cerca del mar que del corazón de La Palma.

Y después queda entrar. La carretera llega hasta el Barranco de Las Angustias. A partir de ahí sólo cabe echarse a andar para, según lo que queramos y podamos, ir descubriendo secretos. A pocos kilómetros del aparcamiento quedan lugares imponentes como Dos Aguas, lugar dónde se mezclan las aguas cristalinas que llegan desde el Río de Taburiente y las ferruginosas de el Barranco de Los Limoneros. Y siguiendo este último a la Cascada de Colores, salto de agua teñido por el óxido de hierro y los musgos con multitud de rojos, amarillos, ocres y verdes. Y si seguimos monte arriba otros muchos tesoros ya sólo accesibles para los que se atreven a darle más protagonismo a los pies que a las ruedas del coche cuando planifican sus vacaciones. Pero lo bueno de Taburiente es que es bonita para todos y desde todos los ángulos.

Tres rutas en el interior de Taburiente ( Ver Mapa ) Ver Mapa

RUTA 1 Barranco de las Angustias –Playa de Taburiente : Esta ruta de 6,8 kilómetros por tramo parte desde el aparcamiento del Barranco de Las Angustias y sube junto al cauce del mismo Barranco y el del Río de Taburiente hasta la zona de acampada. El desnivel es alto y se concentra en el último tramo en una dura cuesta conocida como ‘El Reventón’ (El desnivel total supera los 530 metros). Esta ruta permite acceder a varios de los más importantes hitos del Parque tales como Dos Aguas (confluencia de las aguas de las dos vertientes de La Caldera), la Cascada de Colores o el mítico Roque Idafe.

RUTA 2 Bajada de Los Brecitos : El primer tramo de esta ruta va desde el mirador de Los Brecitos hasta la zona de acampada en una vertiginosa bajada de unos 5,5 kilómetros que trascurre entre densos pinares con espectaculares vistas hacia el interior de La Caldera. Lo normal es llegar hasta la Playa de Taburiente (zona de acampada) y, desde ahí, seguir hasta el parking del Barranco de Las Angustias bajando por El Reventón. Para acceder a Los Brecitos hay que tomar un taxi en el Parking de Las Angustias.

RUTA 3 Bajada de La Cumbrecita : Uno de los mejores senderos de toda Canarias aunque algo más complicado que los dos anteriores. El primer tramo de 13,5 kilómetros recorre la pared este de La Caldera descendiendo hasta la Playa de Taburiente (zona de Acampada). Lo normal es continuar el camino hacia el Barranco de Las Angustias bajando por El Reventón, lo que suma 6,8 kilómetros al tramo inicial, tal como sucede con los que hacen la bajada desde Los Brecitos.

Dormir en Taburiente : Una de las mejores experiencias que tuvimos la suerte de vivir fue acampar en Taburiente. La zona de a campada se encuentra en la denominada Playa de Taburiente y es imprescindible hacer la reserva correspondiente a través del formulario web del Parque Nacional . No hay refugio y hay que acampar con tienda de campaña o vivac. Más información en el teléfono (+34). 922-922 280.

Fotos bajo licencia CC:Juvlai,Axel Brocke, Bengt Nyman.

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