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La Ruta del Cares: un paseo por la Garganta divina

Caminos excavados en la roca en la Ruta del Cares.

Viajar Ahora

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Caín. Este pequeño pueblo leonés es uno de los lugares más recónditos y aislados de la Península Ibérica y, también, un verdadero mito montañero accesible para todos los públicos a través de la Ruta del cares, un sendero de poco más de 12 kilómetros que es uno de los más espectaculares y, a la vez, accesibles, de los Picos de Europa. Te proponemos a ruta completa desde Posada de Valdeón y te recomendamos hacer noche en Caín. Así podrás disfrutar con tranquilidad no sólo del espectacular paisaje sino también de un curioso patrimonio que habla de la relación de la montaña con las gentes del lugar a través de los siglos.

COMO LLEGAR A LA RUTA DEL CARES.- La opción más sencilla es hacer el camino ida y vuelta desde Puente Poncebos (Las Arenas). Durante la temporada alta, la empresa de autobuses ALSA ofrece varias conexiones diarias y la posibilidad de horarios extra bajo demanda (Tel: (+34) 900 204 020) entre Cangas de Onís, en Asturias, Posada de Valdeón y Caín (ambas en la preciosa León). Fuera de Temporada, la única manera de llegar hasta Posada de Valdeón es tomar algún autobús de ALSA hasta Oseja de Sajambre (por el espectacular Desfiladero de los Beyos) y pedir que te dejen parar en el Puerto del Portón (cruce de las carreteras N-625 y LE-2711. Desde ahí tienes 14 kilómetros hasta Posada de Valdeón. En Posadas hay varios taxis que te pueden ir a buscar al cruce (Valdeonissimo Taxi: (+34) 675 452 773; Ángel Guerra Pérez: (+34) 619 954 666; Marco Pérez: (+34) 696 772 038; Taxi Picos de Europa: (+34) 679 592 950; Taxi Valle de Valdeón: (+34) 689 017 283; Taxis Emiliano Martínez: (+34) 609 569 647 y (+34) 609 569 661).

CUANDO IR.- El Parque Nacional de Picos de Europa ocupa uno de los ecosistemas de alta montaña más importantes y complejos de España. Y el clima no es fácil, incluso, en verano. El tiempo puede cambiar en cualquier momento y las lluvias torrenciales no son infrecuentes. Esto concentra la mayoría de las visitas durante los meses que van desde finales de la primavera a principios del otoño (mayo-octubre). Durante las vacaciones de agosto y los puentes de la temporada alta la afluencia es grande y en las horas centrales del día se llega a la masificación. Por eso te damos un consejo: pasar la noche en Caín. Esto te va a permitir varias cosas: la primera disfrutar de los atractivos que tiene el tramo que va desde Posada de Valdeón y el propio Caín, con miradores, viejos restos arqueológicos y algunos vestigios interesantes de no muy lejana vida de alta montaña; lo segundo es pasar la noche en uno de los lugares más bonitos y auténticos de España: ver como regresan los buitres a las peñas y como levantan el vuelo a primera hora de la mañana; y lo tercero es que, aún en verano, puedes salir muy temprano y hacer el tramo final (el más famoso) sin mucha gente. Te lo decimos por experiencia. Lo hicimos hace unos años en pleno agosto a las siete y media de la mañana y no encontramos a nadie hasta casi llegar a Poncebos. También lo hicimos bien entrado el Otoño y fue una gozada.

LA RUTA Y QUÉ VER.- Desde Posada de Valdeón a Poncebos apenas distan 20 kilómetros de caminos fáciles y en una ligera bajada que bien permiten cubrir la distancia en unas cinco o seis horas de camino tranquilo. ¿Se puede hacer todo en un día? Sí. Saliendo de Posada a media mañana llegarás a Caín a la hora de comer y a Poncebos para merendar. Pero, como te decíamos con anterioridad, merece la pena darte el lujo de gastar dos días aquí para hacer el camino a gusto y pararte a ver lo mucho que hay que ver.

Km 0 Posada de Valdeón. La ruta sale del pueblo por la Travesía del Cementerio y se desvía hacia la derecha buscando la orilla del embalse de la vieja central hidroeléctrica.  El camino se pega desde el primer momento a la orilla izquierda del Cares que, en este primer tramo, transcurre por un valle amplio tapizado de prados y grandes manchas de bosques. El sendero es sencillo y dibuja una ligera bajada que se mantiene durante los primeros 3,5 kilómetros hasta la llegada al Mirador del Tombo, un impresionante balcón obre el primero de los desfiladeros que el Cares excavó entre los dos enormes macizos que forman los Picos de Europa (atención: aquí hay varios cruces de carretera). Desde aquí, la ruta desciende de manera abrupta amoldándose a una orografía cada vez más vertical. Pasamos junto a un puente colgante que señala el inicio de la Vía Ferrata de Posada de Valdeón. Aunque esté abierto no lo cruces sin el equipamiento adecuado. Para realizar la Vía Ferrata tienes que pedir el permiso preceptivo en el Ayuntamiento de Posada de Valdeón. 

Km 5 Puente Barrejo.- El camino baja desde el Mirador del Tombo haciendo un zigzag que nos permite volver a la orilla del río. Antes de cruzar el Puente Barrejo acércate a ver la Necrópolis Medieval que se encuentra junto a una pequeña ermita (hay un desvío señalizado). Estos sepulcros datan del siglo XII y son uno de los restos arqueológicos más interesantes de la zona. Volvemos al camino y pasamos después junto a la Fuente de Teja Oscura. Entramos en un nuevo valle (Monte Corona) tapizado de un denso bosque mixto dónde conviven tilos, nogales, robles, fresnos, hayas y algunas encinas. Este es el tramo más interesante de la `primera’ etapa. Merece la pena detenerse un rato en el Chorco de los Lobos, una impresionante estructura de piedra y madera que servía para acorralar y encerrar a los lobos, el ‘enemigo’ recurrente de los ganaderos de la zona desde tiempos inmemoriales. Una especie que estuvo a punto de desaparecer y que hoy se recupera gracias a la protección de las autoridades. En este lugar puedes ver varios ‘invernales’, establos situados junto a pequeños prados que servían para guardar el ganado durante los duros meses del invierno. Pasamos junto a la Ermita de Corona antes de volver a sumergirnos en el bosque. El pequeño Río Peguera se une al Cares en una zona de invernales previa al encierro del cauce entre paredes verticales.

Km 7.1 Cañón del Cares.- El viejo camino de Caín sube por los riscos dando un rodeo importante. Así que lo mejor y más cómodo es hacer el pequeño tramo de 2,1 kilómetros que faltan hasta llegar a Caín por la carretera. Aunque el tráfico suele ser escaso hay que ir con precaución. Si quieres ver cómo era la ruta primitiva puedes hacer el último tramo que sube a la Collada el Pando (km 8,2 –ver mapa-). Eso sí, prepárate para subir casi 150 metros de desnivel en apenas un par de pasos para, después, bajar en un zigzag endemoniado. Eso sí, las vistas sobre el Valle de Caín son brutales. Por la vieja carretera sólo tienes un kilómetro de falso llano a la baja (diez minutos de paseíto).

Km 9,4 Caín.- Este pueblo es un mito.  Apenas una ventiena de casas en un vallecillo amplio y verde rodeado de canchales y picos de ese color gris tan característico de los Picos de Europa. En Caín la gente no se muere… Se despeña, nos dijo una señora una de las veces que lo visitamos y andábamos con la lengua afuera subiendo hasta Caín de Arriba, el ‘barrio’ (diez o doce casas de piedra) que se encuentra en un cruce de riegas (barranqueras) a un centenar largo de metros por encima de Caín de Abajo. Si has andado con prisas, sólo llevas unas dos horas y poco de camino; y te quedan como cuatro más. Aquí hay un par de lugares para quedarte a dormir (nosotros siempre lo hicimos en el Albergue de Caín y lo recomendamos) y comer.

Km 9,5 Central Hidroeléctrica.- El tramo más conocido y transitado de la Ruta del Cares empieza (o termina) en Caín. Salimos del pueblo y cruzamos el río por un puente de cemento que nos sitúa a los pies de una ladera de canchales (acumulaciones de piedras producto de los derrubios de las montañas). En apenas dos o tres centenares de metros llegamos al muro de la Central Hidroeléctrica de Caín. Volvemos a cruzar el río por el dique de la presa y nos metemos de lleno en la Garganta divina. Los dos macizos casi se tocan en desfiladeros que apenas superan los 20 ó 30 metros de anchura con alturas considerables. Desde aquí te esperan 12 kilómetros, sencillamente, increíbles: y los primeros kilómetros son espectaculares. Una sucesión de falsos túneles y galerías crean una sensación de aventura brutal (los niños flipan) que tiene uno de sus puntos culminantes en el Puente de los Rebecos (km 19,8).

Km 11,2 Puente Bolín.- Después de este puente, que nos devuelve a la ‘orilla’ izquierda del río, el terreno se abre en un valle pedregoso que permite algunas manchas abiertas de bosque. El camino se aleja poco a poco a través de una ligera subida que transcurre junto al muro de una acequia. Después de un pequeño túnel (km 12) el camino se pega, literalmente al borde del risco en un pequeño rompe piernas que apenas tiene un par de llanadas de reposo. Esta zona de la ruta es de las más peligrosas para ir con niños pero también es la más bonita. La garganta se abre y nos permite ver algunos picos y las ‘riegas’ que desaguan desde las cumbres (algunas con cascadas espectaculares). Cuando llegues a unas casas junto a un pequeño prado (km 13.5 ya estarás en territorio Asturiano).

Km 15 La subida a Los Collaos.- Este tramo de la ruta trascurre por una zona pedregosa y desprovista de vegetación que, en un continuo sube y baja, va ganando altura desde los 422 metros de altitud que teníamos junto a las casas a los 525 metros que alcanzamos en Los Collaos (km 17,4). Desde aquí tenemos un pequeño tramo en dientes de sierra (siempre rozando o superando por poco los 500 metros) hasta llegar a la bajada (18,1) que nos llevará hasta Poncebos (km.20,2). Una vez aquí no dudes en subir hasta la parte alta de Poncebos para asomarte al Mirador del Naranjo de Bulnes y ver desde lo lejos uno de los símbolos naturales de Picos de Europa.

SUBIR HASTA BULNES.- Si sales temprano desde Caín  estarás en Poncebos a media mañana. Aprovecha para subir hasta Bulnes, otro pueblo mítico de estos pagos. Hasta hace un par bueno de años, la única manera de llegar hasta Bulnes era a través de un sendero con pendientes endiabladas. Hoy se puede subir cómodamente en un funicular que conecta el pueblo con Poncebos a través de un túnel que salva una diferencia de altitud d poco más de 400 metros (el viaje dura unos ocho minutos). Bulnes es bonito de ver. Pero aún es mejor lo que podemos encontrar a sus alrededores. Algunos prados alpinos, buenas manchas de bosque y la posibilidad de acercarte a la alta montaña en un par de kilómetros de caminata. Y ver desde más cerca el imponente Naranjo.

Fotos bajo Licencia CC: Javier Mendia García; César Acebal; Maurice King; Sergei Gussev; Petr Meissner; Francisco Gonzalez; Marta Arias López

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