Los encantos de Malta: un país de bolsillo entre dos mundos

La Valeta. El pasado de la isla de Malta como plaza fuerte de la Orden de San Juan es uno de los puntos fuertes de este pequeño país mediterráneo.

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Islas prodigiosas a dos horas y cinco minutos del aeropuerto de Barcelona. Malta es uno de esos muchos paraísos que abundan en las aguas del Mediterráneo. Esta pequeña isla apenas tiene 30 kilómetros de punta a punta y el ancho medio no supera los 15 en ninguno de los puntos de su estrecha geografía. Y aún así acumula una cantidad de atractivos turísticos que no tienen nada que envidiar a sus vecinos. Aquí puedes encontrar playazos de escándalo, calas increíbles, centros históricos de grandísimo valor y una colección de arqueología que es un reflejo claro de su posición geográfica. Por aquí pasaron todas las grandes culturas del Mediterráneo. Fue uno de los epicentros de la llamada Cultura de los Templos, una civilización megalítica de tiempos de la Edad del Cobre que dejó grandes edificios megalíticos que tiene su correspondencia en Sicilia o Las Baleares. Pero por aquí pasaron los fenicios, los cartagineses, los romanos, los bizantinos, los árabes, los aragoneses… Hasta que llegó Carlos I y cedió estas islas a la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén (transformada en la Orden de Malta) a cambio del pago de un halcón al año (y aquí nace el mito del halcón maltés). En el XIX llegaron los ingleses que estuvieron aquí hasta prácticamente antes de ayer… Y de ahí la enorme acumulación de patrimonio que hace palidecer a casi cualquier otra isla del Mediterráneo.

Uno de los mejores sistemas de transporte público que vimos jamás.- Está claro que para moverte con libertad por todos los rincones del Archipiélago la mejor de las opciones es el coche de alquiler o la moto. El tamaño de las islas hace que sea muy fácil ir de un lado al otro y con un vehículo a plena disposición se puede ver casi todo en muy poco tiempo. Pero si algo nos sorprendió de Malta es la enorme calidad de su res de trasporte público. Esto, unido a lo reducido del territorio hace que sea relativamente fácil combinar autobús público y pequeños tramos a pie para ver bastante sin la necesidad de alquilar vehículo. La Empresa de Transporte Público de Malta ofrece una tupida red de líneas que prácticamente te dejan explorar toda la isla principal y parte de Gozo. Otra de las maravillas del eficiente sistema de transporte público maltés es que puedes acceder a varias ofertas para maximizar el dinero: hay una tarjeta explore que por 21 euros (15 para nenes y nenas) te permite tomar viajes ilimitados durante siete días. Por 33 euros también ofrece el viaje de ida y vuelta a la isla de Gozo. Ya verás en el mapa de líneas que prácticamente puedes visitar las dos islas principales con frecuencias cada pocos minutos y horarios muy amplios (hay hasta líneas nocturnas especiales).

Empezar por La Valeta.- La capital del país es, también, el punto patrimonial más impresionante de las islas. Ya nos detendremos en otro post con una guía más detallada de la ciudad, porque no tiene nada que envidiar a otras grandes urbes patrimoniales del Mediterráneo. Sólo sus murallas merecen varias horas de paseo. Como centro de la Orden de San Juan y la cercanía con las costas africanas, La Valeta fue una de las grandes plazas fuertes de esta parte del mundo. Sus fuertes medievales y renacentistas aún asombran. Y dentro de las murallas hay una pequeña ciudad histórica colmada de palacios y edificios notables (la Catedral, el Palacio del Gran Maestre, palacios, fuentes, museos…). Pero es que La Valeta es mucho más de lo que parece porque no sólo tiene un centro histórico: tiene tres. La propia Valeta, Kalkara y Sliema. Pero es que hay ‘otras’ capitales a pocos kilómetros de La Valeta: En Ir Rabat y Mdina (dos ciudades que en realidad son una) tienes restos romanos (varias casas y un par de catacumbas); un castillo de la Orden de Malta espectacular; otra catedral… El legado monumental de este país es increíble. No cabe tanta cosa en tan poco espacio.

Un patrimonio arqueológico único.- De todo. Hay de todo. Quizás el punto culminante del extenso patrimonio arqueológico del archipiélago son sus grandes templos megalíticos neolíticos. El más importante de ellos, Ggantija, está en la isla de Gozo, pero en la propia Malta hay lugares increíbles como Hagar Qim; los Templos de Tarxien, Ta'Hagrat o el Hipogeo de al Saflieni. El servicio de museos de Malta gestiona más de 90 sitios arqueológicos. Y si bien, los megalitos del Bronce Temprano (los tempos anteriormente mencionados) son el punto diferencial, por toda la isla hay restos fenicios, romanos, aragoneses, de la orden de San Juan, de la Segunda Guerra Mundial… En algunos lugares los restos se superponen dando una continuidad de miles de años a un mismo lugar. En Bingemma, por ejemplo, tienes una capilla barroca del siglo XVII, tumbas fenicias y cartaginesas, restos romanos y un muro defensivo medieval. Todo en unos centenares de metros cuadrados. Y esta particularidad se repite a lo largo y ancho de todas las islas. Puedes ir de un templo romano a un silo neolítico pasando por un castillo medieval con solo diez minutos de paseo. Es una brutalidad.

Playas y cantiles; una costa espectacular.- Isla del Mediterráneo. Esto implica playazos y calas preciosas. El 90% del litoral maltés está marcado por la omnipresencia del cantil con lugares realmente hermosos (El Muro Azul y la Gruta Azul; Fomm ir-Riħ; las preciosas calas y cantiles de la costa de Manikata…), pero también hay hueco para las grandes playas más o menos domesticadas. Los grandes arenales no abundan y por eso lugares como Għadira Bay –en el extremo norte de la isla- o Pretty Bay –en el sur- están literalmente tomados por el turismo. Lo bueno de Malta es que su pequeño tamaño permite ir y venir para descubrir los mejores lugares. Nuestro tramo de costa preferido está en el sur entre el pueblo de Marsaskala (dónde hay unas curiosas salinas medievales talladas en la roca) y la Península de Kalanka, un trozo de litoral repleto de acantilados, pequeñas calas, cuevas marinas y lugares de interés histórico.

Una jornada en Kemmuna.- Los ferris que salen hacia las islas de Kemmuna (Comino) y Ghawdex (Gozo) tienen su base en el puerto de Cirkewwa. Comino hace honor a su nombre; no es más que una roca minúscula que no despunta más de un par de decenas de metros del nivel del mar. A diferencia de lo que sucede en la propia Malta y la vecina Gozo, aquí no hay restos históricos de importancia más allá de una bonita torre medieval (el Castillo de Santa María), un pequeño pueblo de pescadores (Santa María Bay), una batería artillera del siglo XIX (Batería de Santa María, como no), una pequeña ermita (Nuestra Señora de Egipto) un par de cuevas, media docena de calas maravillosas y el Lago Azul. Este lugar es uno de los atractivos turísticos más importantes del país y también una de las fotos más bonitas de todo el Mediterráneo. No es un lago en sentido estricto; es más bien una porción de costa protegida por islotes, arrecifes y rocas que ofrece aguas limpísimas y tranquilas de un intenso color turquesa. Date el gusto de quedarte aquí una jornada entera y da la vuelta a la isla caminado. Lo haces en un par de horas. La empresa Malta Private Boat Trips es la encargada de comunicar Comino y Malta. El billete ida y vuelta ronda los 14 euros.

Visitar Ghawdez (Gozo).- Como sucede con Comino, los barcos que conectan Gozo con Malta salen del puerto de Cirkewwa. En este caso, la empresa que presta este servicio (que tiene la posibilidad de cruzar con coche) es la Gozo Channel Company; el viaje dura una hora y el precio del billete sencillo (por trayecto) es de unos 5 euros. Gozo es un destino en sí mismo. La isla es pequeña, pero tiene muchísimo que ver. Uno puede hacer una excursión de una jornada y volver a Malta con los deberes más o menos hechos pero lo ideal es quedarse por lo menos dos días para poder explorar la isla más a fondo y poder detenerse a verlo todo con tranquilidad. Si vas sólo un día el plan recomendado es primeramente ver Victoria, la capital de la isla. Esta ciudad hermosísima de trazado medieval guarda verdaderas joyas históricas como la Basílica de San Jorge (Calle de la Caridad), una fastuosa iglesia barroca de mediados del XVII que nada tiene que envidiar a las grandes iglesias de Italia: por fuera y por dentro. Pero la estrella de la población es la Ciudadela, una fortaleza del siglo XVII erigida en una antigua acrópolis ocupada desde la Edad del Bronce y en la que hay restos megalíticos, fenicios y romanos. Aquí está la Catedral de La Asunción, templo matriz de la isla que se construyó aprovechando los muros de un viejo templo romano. Dentro de este complejo también puedes visitar el Museo Arqueológico de Gozo.  

EL otro gran atractivo histórico de la isla es el Templo Megalítico de Ggantija, el más bonito y mejor conservado de todos los que hay en el país. Este sitio es increíble. Se trata de dos estructuras diferentes unidas por un muro ciclópeo. Junto a la entrada del complejo hay un pequeño centro de interpretación con una colección de objetos hallados en los templos y sus alrededores. Aprovecha que estas aquí para callejear por el pueblo y ver su molino del viento (siglo XVIII) y bajar a alguna de las cuevas que se encuentran justo en el casco urbano (cuevas de Ninu y la Gruta de Xerri). El otro gran atractivo de la isla se encuentra en la costa oeste. La famosa Ventana Azul desapareció hace algunos años debido a un temporal, pero este tramo de costa ofrece mucho más: una curiosa playa de interior conectada con el mar por una cueva –lo llaman mar de Dwejra-; antiguos templos fenicios; viejas torres de vigilancia… Las mejores playas de Gozo se encuentran en el flanco norte de la isla. La más espectacular es la de Ramla Bay (dicen que es la más bonita de todo el país). No dejes de subir hasta la Cueva de Tal-Mixta para hacer una de las fotos del viaje. Pero, para nosotros, el punto más espectacular de la costa de la isla es Wied il-Għasri, una pequeñísima cala de arenas claras enclaustrada entre muros verticales de piedra (toda esta parte del litoral es espectacular, con cantiles, cuevas y algunas curiosidades antropológicas como las Salt Pans, unas curiosas salinas excavadas en la roca viva con más de 400 años de historia). Como sucede en Malta, Gozo acumula un lugar que ver cada cien o doscientos metros.

Fotos bajo Licencia CC: Un Scharf; Steve Knight; Flowcomm; Ruben Holthuijsen; Arian Zwegers; Jeroen van Luin; Pom; Diego Robayo; Vicki Burton; Sylvester S.

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