Como dos viejos amigos se saludaron Fernando Clavijo, presidente de Canarias, y Emiliano García-Page, presidente castellanomanchego, que se conocen desde que ambos eran alcaldes de una ciudad patrimonio: Page, Toledo, y Clavijo, La Laguna. Ambos se reunieron en Toledo para formalizar un convenio de colaboración para la cesión de tecnología para la difusión de infraestructura de datos y metadatos estadísticos.
Pero la realidad es que hablaron de mucho más: financiación autonómica, Puigdemont, distribución de menores migrantes, entre otros temas. Ninguna sorpresa, ya que han estado presentes en la agenda política de García-Page durante los últimos meses.
Y aunque coinciden en muchos aspectos sobre todo en la defensa de un nuevo modelo de financiación autonómica, existe uno en concreto que puede suponer un conflicto: la distribución de menores migrantes. El Gobierno de García-Page anunció en junio que interponía un recurso ante el Constitucional contra el decreto del Ejecutivo nacional y ha advertido en numerosas ocasiones de que la financiación no es suficiente para las comunidades autónomas.
Pero, ha concedido el castellanomanchego, van a cumplir con la ley “nos guste o no”. “No hubiéramos dado el paso de recurrir al Constitucional si no hubiera metido mano en el último momento Puigdemont para influir a algunas autonomías y para establecer un sistema de financiación en el que se nos imponen gastos”, reivindicó el socialista.
“O es solidaridad o es obligatorio”, aseveró. “El problema es que al final el Gobierno decidió aliarse con la extrema derecha en su versión independentista que es Puigdemont”, recalcó, y añadía que si “no hubiéramos siquiera recurrido si se hubieran mantenido los consensos del 2024”.
Por su parte, Clavijo reconoció que hasta ahora el gobierno autonómico castellanomanchego “siempre ha cumplido” en este sentido. “Al final, esto se ha contaminado políticamente y saben que ha costado la ruptura de gobiernos autonómicos”, señaló el presidente canario, en referencia al de Castilla y León. Decisiones que se tomaron, explicó el líder canario, por posiciones “xenófobas y racistas” de partidos como Vox.