'Varéalo, varéalo, y de frente no le des, te cae más si le das de lado'. El último homenaje paródico a la vida del campo del cómico Agustín Durán se ha grabado como siempre: con su familia y amigos. Pero esta vez, al ritmo de la conocidísima canción 'Suéltalo' de la película Frozen, con la obligatoria aparición de la princesa Elsa en medio de un olivar y entre todas las herramientas necesarias del vareado.
Elsa también da buena cuenta de estupendas tortillas de patata y filetes empanados, en un papel que representa la conocida presentadora de la televisión autonómica Gloria Santoro. “La comida que te haces en el campo sabe mejor que en ningún lado. Los restaurantes de Estrella Michelin no tienen nada que envidiarle”, reflexiona Agustín, que se reivindica como un humorista rural. De hecho, sus próximas actuaciones, que son muy numerosas, serán en su propio pueblo, Picón (Ciudad Real), la Puebla de Almoradiel (Toledo), Villasequilla (Toledo) o Liétor (Albacete).
“Los mejores chorizos que me he comido en mi vida, las mejores tortillas y los mejores filetes empanados, todos han sido en un olivar”, apunta entre risas el comediante. Y no es que no se lo tome en serio, pero Durán ha hecho de la vida en el campo gran parte de su rutina cómica, que le ha llevado incluso a la gran pantalla, con la película 'Re-emigrantes'. Y aunque admite que la experiencia cinematográfica fue muy bonita, ha encontrado en la comedia rural su gran filón y recorre el país reivindicando el humor manchego.
'Varéalo' es solo uno de los gags con los que se ha hecho viral, y todos mostrando la vida en el campo, con su familia y amigos. En este caso, incluso, ha añadido una senyera valenciana, en recuerdo a las poblaciones afectadas por la DANA. Agustín afirma que aunque hace parte de su vida en Ciudad Real capital, nunca ha sido capaz de irse del todo de su pueblo, Picón, de unos 700 habitantes.
“El campo siempre ha estado ahí. Con dolor de riñones, y dolor de alma porque te cuesta madrugar, pues al final siempre te lo pasas bien”, explica. Por eso, lo refleja en sus vídeos, con sus tíos, sus hijos, sobrinos, amigos. “Queremos darle visibilidad al mundo rural y a una labor que, a pesar de que nosotros le ponemos sentido del humor, pues es un poco jodida”, afirma Durán.
Su reflexión va más allá. “Siempre dicen que la comedia tiene que tener un poco de dolor y en este caso el dolor es de riñones. Y por eso le damos al humor. Parece que vamos enfadados, renegados porque hace frío, porque se te moja la ropa, pero finalmente siempre lo asocias a buenos momentos, al cariño, a que te lo pasas bien a pesar de todo”, explica.
Y este sentimiento positivo es el que quiere transmitir en sus rutinas, con las que ha recorrido el país, muchas veces en pequeños pueblos no muy diferentes de su Picón natal. “Dentro del mundo de la comedia hay mucha gente que reniega de actuar en los pueblos.Muchos de mis compañeros parece que están asustados y para mí es totalmente al contrario”, asegura.
Está en casa en los pueblos. “Es un territorio que conozco muy bien, donde me siento cómodo y donde me parece bonito explorarme como cómodo”, explica. Y es que en sus actuaciones en pueblos más pequeños hay que gustar a grandes y pequeños. “Porque cuando hay algo en el pueblo, vamos todos. Si hay verbena, vamos todos. Si hay mago, vamos todos. Y si hay un cómico, pues vamos todos también.
Por eso no ha dudado de hacer de los pueblos su fuente de trabajo. “Además, que somos un poquillo envidiosos y si vemos que en el de al lado han hecho algo, pues hay que hacerlo también en el nuestro. Y así nuestra gira va creciendo y cada vez voy a más rincones, a más sitios de los que me vuelvo cada vez más lleno”, explica, entusiasmado. Cuenta la anecdóta de un pueblo en Soria en el que “según Wikipedia tiene siete habitantes” pero llegaron varios centenares de personas a verlo.
“Pues, es algo muy bonito. Y la gente sabe que eres uno más de ellos y que vas a ir allí a dar lo mejor para que la gente se quede contenta. Donde menos tienen, muchas veces más te dan. Ves que no hay bar, pero sabes que no te vas a ir sin cenar”, describe.
La comedia también es cultura
¿Se queda fuera la comedia de lo que se considera cultura? “Cada vez se nos mete un poco más dentro, pero durante mucho tiempo parecía que esto era un modorro que se sube ahí a decir lo primero que se le pasa por la cabeza”, reflexiona Durán. Pero la realidad, reivindica, es que tras cada actuación hay horas de escribir, de estudiar las formas en las que un chiste funcione cada vez mejor. “Hay muchísimo trabajo que no se ve, aunque también es bonito que parezca que no sea un trabajo, porque significa que estás siendo natural”, afirma. Eso sí, añade: “Detrás de esa naturalidad hay mucho pico, pala y azada”.
La comedia en el mundo rural, explica, es “darwinismo puro y duro”. “Te tienes que adaptar a tu medio para sobrevivir y yo me siento muy cómodo y me gusta mucho. Esta es la verdadera universidad de la comedia”, recalca. Y, además, dentro de su rutina está el esfuerzo por conocer los motes de cada pueblo, sus costumbres, sus palabras. “Es que los motes de cada sitio son auténtico oro y esto hace que nuestro espectáculo vaya creciendo, ganado y aumentando”, comenta.
Intenta estar al tanto de las iniciativas locales, como los 'Bolólogos' toledanos. Para ellos tiene una recomendación. “Que no se obsesione con querer hacer de la comedia su medio de vida. Si haces las cosas bien, si te educas, si trabajas, si adquieres los mecanismos para llegar a la gente, si sabes leer lo que funciona, lo que no funciona, si eres autocrítico, al final las cosas acaban llegando por sí solas”, remata.