“Decepcionante”. Así es como Asaja ha calificado la cosecha de la campaña de cereal del año 2022. La culpa la atribuyen a las altas temperaturas, la escasez de lluvias en el mes de mayo, la sequía y los incendios en los meses de verano. Este año se han recogido en Castilla y León 4,5 millones de toneladas de cereal mientras que en el año 2021 se recolectaron 7 millones de toneladas, lo que supone una reducción muy notable de cerca del 35%.
El presidente de la organización agraria en Castilla y León, Donaciano Dujo, ha explicado en un acto en Burgos que “la sequía ha mermado la producción lo que ha afectado tanto a los cultivos de secano como a los de regadío”. Así, denuncian que la Consejería de Agricultura de Castilla y León “no haya convocado la mesa de la sequía ni haya puesto encima de la mesa ninguna medida” para paliar la situación.
Con respecto a la gran cantidad de incendios que han tenido lugar durante los últimos meses en la Comunidad, Dujo ha asegurado que estos se deben en su inmensa mayoría a los rayos de las tormentas, algunos debido a accidentes en el uso de la maquinaría y otros han sido provocados de manera intencionada.
Además, Asaja ha exigido a las Administraciones que ayuden a todos aquellos ganaderos y agricultores que han sufrido en primera persona los incendios en Castilla y León.
El representante de la organización agraria ha criticado las medidas de la Junta de Castilla y León a la hora de prohibir labores agrícolas puesto que hay que tener en cuenta los diferentes territorios de la Comunidad. “No es lo mismo prohibir en el centro de Tierra de Campos que en el Valle de Valdelucio puesto que no se registran las mismas temperaturas”, ha sentenciado el presidente de ASAJA Castilla y León.
Dujo también ha hecho hincapié en que las Administraciones “tienen que estar dotadas de buenos servicios de bomberos para erradicar los fuegos en los primeros momentos”. En esta línea, ha denunciado que las infraestructuras públicas están abandonadas y llenas de maleza.
Asimismo, desde ASAJA piden abrir una mesa de diálogo con la Consejería de Medio Ambiente para “intentar paliar” esta situación tan desafortunada para todo el sector primario.
De esta forma, solicitan que se modifique la Ley de Montes para que un monte sea considerado “una masa arbolada de cierto tamaño” y así los agricultores puedan realizar labores agrícolas a menos de 400 metros de esta masa arbolada sino de aquellos terrenos perdidos que por ello en muchas zonas de Castilla y León el territorio agrícola está cerca de lo mal calificado como “monte”.