El jubilado que se enfrentó (y venció) a los bancos: “Los mayores nos enfrentamos también a la exclusión en la Administración y la Sanidad”

Miguel Giménez

València —

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A mediados del pasado mes de febrero, Carlos San Juan, un médico jubilado valenciano de 78 años, inició una campaña a través de la plataforma Change.org -con el lema 'soy mayor, no idiota'- para reclamar un trato más humano por parte de las entidades bancarias a la hora de atender a las personas mayores que se sienten discriminadas por la tecnología. Menos de un mes después, San Juan presentaba en el Banco de España y el Ministerio de Economía las cerca de 650.000 rúbricas recogidas respaldando su reivindicación: “Para nada me imaginaba que iba a llegar hasta aquí”. “Me quedo con el agradecimiento tanto de usuarios, incluso me han llegado a parar por la calle, como del personal de las sucursales, que estaba realmente angustiado”, explica.

Este ciudadano de a pie consiguió, gracias a su campaña, hacerse oír y pudo reunirse con la ministra de Economía, Nadia Calviño, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, o el secretario general del Tesoro, Carlos Cuerpo, así como con representantes de la banca, a quienes pudo trasladar su reclamación. “Llegaron a darme las gracias por abrirles los ojos a problemáticas que aseguraron que desconocían, y yo creo que eran sinceros”, relata refiriéndose a su interlocución con las entidades bancarias.

Entre sus éxitos, una ley, “que podría estar consolidada en junio”, que incluye la creación de la figura del defensor financiero, o un protocolo suscrito por la banca que contempla, entre otros asuntos, la ampliación de horarios de las sucursales bancarias “y, por tanto, una atención más humana” o la resolución del problema de las citas previas.

San Juan, en conversación con elDiario.es, relata cómo decidió iniciar esta campaña al ver cómo se trataba a los más mayores, personas con una pensión de 400 euros que apenas tienen acceso a los servicios bancarios por su falta de conocimientos tecnológicos: “La gota que colmó el vaso fue cuando una señora mayor me dijo que me invitaba a desayunar si le ayudaba a sacar el dinero de su cartilla, pero me encontré con otros casos, como el de otra señora que necesitaba hacer efectivo un talón de forma urgente y se encontró con el hecho de que no la atendían porque eran las 11.01 horas, un minuto después de que se acabara el horario de atención presencial”. 

Es una sensación que San Juan reconoce haber vivido en sus propias carnes: “Cuando yo me encontré en una situación similar, me vine abajo con pena, tristeza y ansiedad”, y reconoce que hay operaciones, como las transferencias bancarias o el bizum, que prefiere no hacer: “Tengo miedo a confundirme, y son errores que, como en el caso del bizum, son irreversibles”.

La situación ahora ha cambiado, reconoce Carlos: “En tres meses, en la misma sucursal hay dos personas más atendiendo y están esperando la incorporación de otra más, e incluso a las 14 horas están atendiendo a la gente, y no solo eso, sino que ya no es imprescindible acudir a la aplicación para poder conseguir una cita previa, sino que se puede hacer por teléfono”. “La actitud ha cambiado y eso es algo que agradezco mucho”, se congratula el sanitario jubilado, quien apunta que va a haber mucha gente que se va a mantener en una “burbuja analógica” por no poder hacer una correcta transición digital.

Abrumado por la repercusión de la campaña

Carlos se muestra abrumado por la repercusión que ha tenido su campaña: “Ha salido en el New York Times, en Clarín, en Le Monde... e incluso el otro día, en un medio de Bangkok. Estoy muy sorprendido y agradecido”. También celebra que la Administración se haya involucrado, como con los cursos de digitalización que organiza el Ayuntamiento de València: “No obstante, muchos mayores tienen miedo, porque se les advierte de los riesgos de fraude que existen”.

San Juan se define como “catalizador” de toda esa gente que sentía un “enorme malestar”: “Existía un caldo de cultivo y, al actuar como interlocutor 'único', es más fácil que me escuchen”. En este sentido, sostiene que el hecho de que no se trate de una campaña politizada, ni judicializada y “sin visceralidad”, resultó positivo: “Aquí no ha habido ningún tipo de intereses ni de ideología detrás”.

Otros riesgos de discriminación

San Juan advierte que el tema de la banca no es el único riesgo para los mayores: “Nos enfrentamos también a la discriminación en la Administración y la Sanidad, donde la telemedicina nos da mucho miedo, porque puede generar un peligro de exclusión, como ya empieza a suceder en al Administración”.