Mónica Oltra dimite para salvar el Gobierno valenciano

Laura Martínez

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“No le voy a dar la coartada al PSOE para que saque las políticas de izquierdas del Botánico”. La frase resume una frustración y una apuesta a la vez. Tras haber anunciado que no acudiría a la reunión de la ejecutiva de Compromís, en la que se iba a hablar de su situación judicial como investigada, con el argumento de permitir así que se hablara con más “comodidad”, Mónica Oltra se presentó por sorpresa en la sede nacional de la coalición valencianista, en la plaza del Pilar de València, se colocó ante los periodistas y anunció su dimisión poco después de las 16.30 del martes. Comunicó que deja de ser vicepresidenta, consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas y portavoz de la Generalitat Valenciana, pero también que abandona su escaño de diputada en las Corts Valencianes, para “no comprometer el proyecto de cambio” que significa el Pacto del Botánico, el acuerdo por el que la izquierda gobierna en la Comunitat Valenciana desde 2015.

“Señor president, esta es mi decisión”, manifestó en un mensaje dirigido a Ximo Puig, que había ido aumentando la presión para que Compromís sacara a su líder del Gobierno de coalición que él preside y con quien evidenció sentirse muy enfadada. La investigación judicial por la gestión que el departamento que dirigía hizo del caso en el que fue condenado su exmarido ha sido la puntilla de una relaciones personales entre los dos principales dirigentes de la izquierda valenciana muy deterioradas desde que el líder del PSPV decidiera adelantar sin consultarlo las elecciones autonómicas de 2019 para hacerlas coincidir con las generales convocadas por Pedro Sánchez.

Ante la imputación que la obligaba a acudir a declarar ante el Tribunal Superior de Justicia y con un escrito de Fiscalía que apuntaba a graves errores en su departamento la ya exvicepresidenta trató de resistir, pero se ha ido quedando con su núcleo más próximo como soporte. Después de cerrar filas por completo defendiendo la inocencia de la vicepresidenta, en la coalición valencianista se han ido alzando las voces que reclamaban una reflexión política profunda. Ahora, la dimisión se puede iluminar a la luz de las palabras con las que se constituyó el acuerdo del Gobierno valenciano en 2015 y que pronunció la dirigente de Compromís: primero el qué, el proyecto político; y luego el quién, la persona que lo representa. Al final ha sido coherente con esa idea.

Desde la rueda de prensa del viernes, la última como miembro del Gobierno valenciano, en la que manifestó que soportaría toda la presión personal y política, esta ha ido en aumento. El acto de Compromís del sábado, un mitin político para preparar el camino electoral hacia 2023, se viralizó por su carácter festivo, lo que no gustó nada a los socios del Ejecutivo valenciano. Junto a ello, los malos resultados del PSOE en Andalucía frente a la mayoría absoluta del PP, agitan un clima de preocupación en la izquierda valenciana, que ve peligrar el proyecto político. “No estoy para fiestas”, afirmó el lunes en sus primeras declaraciones Ximo Puig, muy molesto con la mediatización de la imputación de la vicepresidenta y los pasos judiciales de este caso. Poco después, desde el entorno del presidente se marcaron los plazos para que la vicepresidenta abandonara el cargo, apelando a una “reflexión colectiva” y señalando que el Acuerdo del Botánico es “un pacto con la sociedad valenciana”. “No podemos fallar a la sociedad valenciana, tenemos que poner por encima de cualquier cosa un proyecto que ha conseguido levantar la hipoteca reputacional”, dijo.

Una presión insostenible

Para sus compañeros de Gobierno la presión era insostenible a largo plazo. En cada rueda de prensa y en cada intervención política, dentro y fuera del Parlamento autonómico, se planteaba el vínculo entre la titular de Igualdad y la condena por abusos a una menor tutelada, apuntándola como responsable. En la oposición política y en las tertulias también se han utilizado las palabras de Oltra sobre las imputaciones por corrupción del PP para aplicarlas a su caso, exigiéndole que se aplicara el listón ético, si bien ella ha aclarado en varias ocasiones que no consideraba la imputación como el listón para las dimisiones, sino las circunstancias que rodeaban esas investigaciones.

Las declaraciones del presidente socialista y los análisis periodísticos que apuntaban a su cese han enfadado a la dirigente de Compromís, que ha situado a los medios de comunicación como parte de esa presión. “Los señores fuentes, que no tienen faena, se dedican a generar un ecosistema mediático que se reproduce y se convierte en la realidad. Y esos señores fuentes generan un sistema para que después se tome la decisión que ya no hay más remedio que tomar”, denunció, en referencia también al adelanto electoral de 2019.  

“Esto pasará a la historia de la infamia política, jurídica y mediática de este país”, afirmó sobre su imputación, señalando casos como los de Victoria Rosell o Alberto Rodríguez. Oltra recordó que la querella que ha derivado en su citación ante el TSJ está presentada por un abogado que es el líder de la asociación ultra España 2000 y lo interpreta como una batalla política. En su formación respaldan por completo esta teoría, ya que derribar políticamente a Oltra implica en buena medida derribar al Gobierno de coalición progresista.

“Sin Compromís no hay Botánico”

Una eventual destitución, advirtieron los portavoces de la coalición, hubiera supuesto una ruptura del acuerdo de Gobierno y la hasta ahora número dos decidió que ella no sería “la excusa” para que los socialistas lo llevaran a cabo. “No quiero que cambien esas políticas, no quiero que se paren las políticas del nuevo modelo social”, declaró la vicepresidenta dimisionaria, recalcando que “sin Compromís no hay Botánico”. Por ello, afirmó: “Me voy con la cara bien alta y con los dientes muy apretados”.

Tras la reunión de la ejecutiva, los cuatro coportavoces de Compromís ratificaron su respaldo a Oltra como candidata para las próximas elecciones, confiando en un archivo de la causa o una absolución. Àgueda Micó, Joan Ribó, Juan Ponce y Alberto Ibáñez calificaron la decisión de Oltra como un “acto de dignidad, valentía y generosidad” para no perjudicar a las políticas progresistas. “Que nadie se haga ilusiones, Mónica Oltra es una pieza imprescindible de Compromís y lo volverá a ser el día que vuelva y se demuestre que es totalmente inocente”, señaló el alcalde de València. La coalición comunicará esta semana a Ximo Puig quién ocupará todos los cargos que hasta la fecha ha desempeñado Oltra en el Gobierno Valenciano, con Aitana Mas, diputada autonómica, como posible relevo natural. Mas es coportavoz de Iniciativa, la rama en la que milita Oltra en Compromís, y fue secretaria autonómica en el anterior Consell.