La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha notificado a través de la Red de Alerta Alimentaria Europea (RASFF), de una alerta trasladada por las autoridades sanitarias de Francia relativa a la presencia de Escherichia coli de toxina Shiga (STEC) en queso Crottin de Chavignol DOP, distribuido en Catalunya.
El producto implicado es de la marca Dubois Boulay y sus datos los siguientes:
Producto: Crottin de Chavignol AOP.
Nombre de marca: Dubois Boulay.
Lote afectado: PONT0509.
Peso: 60 g.
Con el objeto de que se verifique la retirada de los productos afectados de los canales de comercialización, dicha información ha sido trasladada a las autoridades competentes de las comunidades autónomas a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI).
La AESAN recomienda a las personas que tengan en su domicilio el producto afectado por esta alerta, se abstengan de consumirlo.
En el caso de haber consumido el producto afectado y presentar alguna sintomatología compatible con la toxiinfección por E. coli productora de shiga toxinas (calambres abdominales fuertes, que pueden progresar a una diarrea acuosa y sanguinolenta) se recomienda acudir a un centro de salud.
¿Qué es E.Coli?
La bacteria Escherichia coli (conocida en abreviatura como E. Coli) es un organismo normalmente inofensivo que habita en el intestino de personas y animales, pero algunas de sus cepas (especialmente las productoras de toxinas Shiga (STEC/EHEC)) pueden provocar graves infecciones alimentarias. Estas cepas se transmiten principalmente mediante alimentos o agua contaminados, y también por contacto con animales o sus heces. Los alimentos más frecuentemente implicados son carne de vacuno o derivados, leche o productos lácteos crudos, vegetales frescos (semillas germinadas) y zumos no pasteurizados.
Entre sus síntomas, se incluyen cólicos abdominales agudos, diarrea acuosa que puede tornarse sanguinolenta, y en casos graves puede desencadenarse el síndrome urémico hemolítico (SUH), que compromete los riñones. Para prevenirla, la AESAN considera que la higiene en cocina es clave: lavarse las manos, separar alimentos crudos de cocinados, cocinar bien (mayor igual a 70 °C durante al menos 2 minutos), y conservar correctamente en refrigeración.