La empanada es una preparación culinaria que podemos disfrutar durante todo el año y nos puede acompañar en muchas celebraciones. La llegada del otoño, con la consiguiente bajada de temperatura, invita a resguardarse en casa y dedicar más tiempo a la cocina, preparando, por ejemplo, esta receta tan sencilla como deliciosa.
Una de las mayores virtudes de la empanada es su versatilidad, ya que admite una infinidad de rellenos: desde carnes rojas o blancas, pescado, queso, verduras o frutas cocidas al horno. Las posibilidades son ilimitadas.
Las empanadas en España suelen tener forma rectangular o redonda y se hornean, para luego cortarse en porciones, como si se tratara de una tarta. En cambio, en muchos países de América Latina adoptan un tamaño más pequeño, con forma de semicírculo o media luna —como sería el caso de las empanadillas españolas— y se fríen, consumiéndose por unidades.
Un origen campesino
Su origen se remonta siglos atrás, cuando pastores, campesinos y viajeros se acostumbraron a rellenar rebanadas de pan para consumirlas más tarde, ya fuera durante su jornada en el campo o durante los largos desplazamientos. Con el tiempo, aquella sencilla masa de pan con relleno comenzó a cocerse, dando lugar a nuevas elaboraciones en las que la masa envolvía por completo el contenido.
Durante la Edad Media, la empanada cumplía también una función de conservación, ya que se elaboraba con la intención de mantener la carne durante varios días, haciendo la masa más gruesa para consumirla pasado un tiempo o se optaba por una base más fina y ligera si se tenía previsto comerla en el momento.
Este proceso dio origen a diferentes platos tradicionales en varios países: como los calzone italianos —similares a una pizza doblada por la mitad con relleno—, la empanada gallega o los cornish pasty británicos, muy parecidos a las empanadillas actuales.
Al preparar una receta casera, tenemos la oportunidad de elegir la calidad de los ingredientes y disfrutar del propio proceso de elaboración. Además, cocinar en casa nos permite adaptar las recetas a nuestras necesidades, como sería el caso de una empanada sin gluten.
Uno de los ingredientes especiales en cualquier tipo de empanada es el huevo, que destaca por su alto valor nutricional y es una excelente fuente de proteínas, fósforo, vitamina B12, vitamina A, vitamina D entre otros nutrientes, según la Federación Española de Nutrición (FEN).
Cómo hacer la masa de empanada
Para ocho comensales se necesita los siguientes ingredientes:
- Tres tazas y media de harina de trigo
- 130 mililitros de aceite de oliva virgen o girasol (a tu gusto)
- Un huevo mediano
- Media taza de leche
- Media cucharadita de pimentón para darle un toque de color
- Una pizca de sal
Con todos los ingredientes listos, nos ponemos manos a la obra. Para preparar la masa, puedes optar por utilizar un robot de cocina que facilita el amasado o hacerlo a mano. En primer lugar, colocar en un bol grande el aceite y la leche, y mezclamos bien hasta que se integren. En otro recipiente, bate el huevo y añade solo la mitad a la mezcla anterior. A continuación, incorpora una pizca de sal y un poco de pimentón y vuelve a mezclar.
Después, añade la harina poco a poco, para que se vaya integrando de forma uniforme con el resto de los ingredientes. El objetivo es obtener una masa homogénea, elástica y sin grumos. A partir de este momento, puedes continuar amasando con las manos, ya que la masa empezará a ganar consistencia.
Si notas que queda demasiado seca o quebradiza, añade aproximadamente diez mililitros de leche y sigue amasando hasta que adquiera la textura deseada. Una vez lista, déjala reposar unos 15 minutos cubierta con un paño.
Transcurrido este tiempo, forramos con papel vegetal una bandeja apta para el horno y extienda la masa con un rodillo, hasta dejarla fina. Luego, divide la masa en dos partes, una servirá como base y la otra para cubrir el relleno de la empañada. Por último precalienta el horno a 190 grados. Antes de hornear, pinta la superficie de la empanada con el medio huevo restante, utilizando una brocha de silicona.
Cómo hacer la masa de empanada sin gluten
Para ocho comensales se necesita los siguientes ingredientes:
- Una taza y media, unos 200 gramos de harina de arroz
- Una pizca de sal y pimentón
- 130 mililitros de aceite de oliva
- Un vaso de agua
- Un vaso de vino blanco
- Una taza y media, unos 200 gramos de harina de trigo sarraceno
- Media taza, unos 100 gramos de almidón de maíz
- Cuatro gramos de goma xantana, sirve como espesante para la masa
- Media cucharadita de levadura
- Un huevo
En primer lugar, coloca en un bol grande el aceite de oliva, el agua y el vino blanco y mezclamos bien hasta que los ingredientes se integren por completo. A continuación, incorporamos la harina poco a poco, removiendo constantemente para evitar la formación de grumos y conseguir una masa homogénea y suave.
Seguidamente, añade el almidón y la goma xantana, un ingrediente que ayudará a que la masa gane elasticidad y consistencia. Mezcla de nuevo para que todos los componentes se integren correctamente. Luego, incorpora la levadura, la sal y una pizca de pimentón, que aportará ese característico tono anaranjado a la masa.
Cuando tengas todos los ingredientes bien mezclados y la masa haya ganado cuerpo, comienza a amasar con las manos hasta lograr una textura elástica y nada pegajosa. Si notas que está seca o quebradiza, añade un poco de aceite y continúa amasando.
Una vez lista, déjala reposar durante unos 20 minutos, tiempo que puedes aprovechar para preparar el relleno de la empanada. Pasado el reposo, en una bandeja de horno forrada por papel vegetal, estira la masa con un rodillo hasta dejarla fina.
Divide la masa en dos mitades, una será la base de nuestra empanada y la otra cubrirá el relleno por encima. Sella bien los bordes, haciendo pequeños dobleces en los extremos para evitar que el relleno se salga durante la cocción. Por último, pinta la superficie con huevo batido utilizando una brocha de silicona y hornea durante 40 minutos a 190 grados.