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La técnica japonesa para acabar con la humedad en casa este otoño

Con la llegada del otoño, las condiciones climáticas cambian y la humedad se convierte en un problema recurrente dentro de los hogares. Las bajas temperaturas y el aumento de la humedad relativa favorecen la condensación en paredes, ventanas y muebles, lo que puede afectar tanto a la estructura de la vivienda como a la conservación de la ropa y otros objetos. Mantener un ambiente seco es fundamental para evitar daños materiales y posibles problemas de salud asociados con el moho y los hongos.

Además de afectar los materiales de construcción y la ropa, la humedad puede generar malos olores y sensación de frío en los ambientes interiores. Las viviendas con mala ventilación son especialmente vulnerables, y los problemas de condensación suelen concentrarse en zonas donde la circulación del aire es limitada. Por esta razón, es importante combinar métodos de control de humedad con ventilación adecuada y revisiones periódicas de los espacios más propensos a la condensación.

Tradicionalmente, los deshumidificadores eléctricos han sido la solución más utilizada para mantener el hogar libre de humedad. Estos aparatos requieren electricidad y mantenimiento constante, además de generar un coste adicional en el consumo energético. Por ello, muchas personas buscan alternativas naturales que permitan controlar la humedad de manera sencilla y sostenible, sin recurrir a aparatos electrónicos ni productos químicos.

En Japón, existe un método que se ha empleado durante siglos para reducir la humedad de manera pasiva: el uso del carbón de bambú, conocido localmente como takesumi. Este material es capaz de absorber la humedad del aire y neutralizar olores, ofreciendo una solución simple y ecológica. Su uso doméstico se ha mantenido vigente debido a su eficacia y a la facilidad con la que se puede integrar en distintos espacios del hogar.

Cómo aplicar el carbón de bambú en el hogar

El carbón de bambú se obtiene mediante la carbonización de bambú a altas temperaturas, lo que genera una estructura porosa que absorbe la humedad. Además, puede atrapar algunas partículas del aire y neutralizar olores. En el hogar, se coloca en zonas con mayor acumulación de humedad, como armarios, detrás de muebles pegados a paredes exteriores, junto a zapatos o en espacios donde se guardan textiles.

Para facilitar su uso y evitar que manche objetos, se recomienda introducir los trozos de carbón en bolsas de tela o calcetines limpios. Es importante colocar el carbón de manera que haya circulación de aire alrededor, de modo que pueda absorber la humedad de manera efectiva. Dependiendo del tamaño del espacio y del nivel de humedad, se pueden usar varios trozos distribuidos estratégicamente.

Además, es conveniente revisar periódicamente el estado del carbón de bambú. Si se observa que está húmedo o que ha perdido su capacidad de absorción, es recomendable retirarlo y renovarlo. Este control permite asegurar que el material cumpla su función de manera eficiente y que los espacios interiores permanezcan secos y saludables durante toda la temporada.

El método es especialmente útil en hogares con ventilación limitada o con problemas recurrentes de humedad, ya que no requiere energía ni mantenimiento complejo. Su uso continuo contribuye a mantener un ambiente más confortable y a reducir la necesidad de recurrir a productos químicos o aparatos eléctricos.

Mantenimiento y beneficios adicionales

El carbón de bambú mantiene su capacidad absorbente aproximadamente dos o tres meses. Para recuperar su eficacia, se recomienda exponerlo al sol durante varias horas cada mes, lo que libera la humedad acumulada. En situaciones de humedad elevada o tras filtraciones de agua, se aconseja reemplazarlo de inmediato para mantener el ambiente seco.

Asimismo, su uso puede ser complementario a otros métodos de prevención de humedad, como mantener ventiladas las habitaciones, utilizar extractores de baño o cocina y revisar regularmente las filtraciones de agua. Combinando estas estrategias con el carbón de bambú se logra un control más completo de la humedad y un entorno interior más saludable.

En comparación con los métodos eléctricos, el uso de takesumi es económico, sencillo y sostenible. Permite mantener un ambiente seco y seguro sin generar consumo de energía ni emplear productos químicos, lo que lo convierte en una alternativa práctica para las viviendas durante el otoño.