La bechamel es una salsa clásica de la cocina europea que se ha convertido en una base fundamental para múltiples preparaciones. Su origen se remonta a la gastronomía francesa, aunque hoy forma parte de recetas tradicionales en muchos países. Se caracteriza por su textura cremosa y su capacidad para aportar suavidad y cierto sabor a los platos, funciona como un elemento que une ingredientes y realza el resultado final.
La bechamel es una de esas elaboraciones versátiles que se utilizan en una amplia variedad de recetas, aportando un sabor característico y un toque suave. Por ejemplo, está presente en la lasaña, los canelones, las croquetas, las berenjenas rellenas, los suflés, y además sirve como acompañamiento en platos con carnes y pescados. Asimismo, permite crear texturas que complementan rellenos o cubiertas, y es ideal para gratinados al horno.
Para elaborar la tradicional bechamel, el proceso es sencillo, ya que requiere ingredientes que habitualmente se tienen en casa, como mantequilla, harina de trigo, leche entera, sal y nuez moscada al gusto. A pesar de su apariencia simple, la receta clásica se elabora en unos cuarenta minutos porque es un proceso delicado, por el hecho de que los ingredientes no deben pegarse a la sartén y debe hacerse a fuego lento.
Primero, se funde la mantequilla en la sartén y luego se agrega la harina, removiendo hasta formar una pasta homogénea. A continuación, se incorpora la leche poco a poco, sin dejar de remover con una cuchara de palo o unas varillas, evitando así la formación de grumos.
No se debe añadir más leche hasta que la anterior haya sido absorbida. Es importante remover constantemente, haciendo movimientos circulares o dibujando ochos en la sartén. Cuando se haya agregado toda la leche, es el momento de probar y añadir sal y nuez moscada. Si se desea una consistencia más espesa, se deja más tiempo al fuego para que se evapore parte del líquido.
Sin embargo, esta receta, aunque es la clásica, no es la única opción para complementar nuestros platos. A veces puede resultar pesada al consumirla, ya sea por la mantequilla, la harina de trigo o la leche utilizada. Por este motivo, existen otras versiones que pueden ser una alternativa adecuada, ya sea para reducir grasas, adaptar a dietas especiales o simplemente personalizarla para que sean mucho más ligeras y saludables. Elaborarla de manera casera permite sustituir algunos ingredientes por otros, ajustarlas a nuestras necesidades y darle un toque personal, manteniendo su esencia y disfrutándola en múltiples recetas.
Bechamel de calabacín
Esta receta alternativa prescinde de la harina de trigo, lo que la convierte en una opción adecuada para quienes son intolerantes al gluten. Además, al prepararla en casa, puedes asegurarte de la calidad de los ingredientes utilizados, lo que resulta especialmente importante cuando se busca una alimentación más cuidada. Por otra parte, su elaboración es rápida y práctica, ya que tan solo necesitarás unos 30 minutos para tenerla lista. Estos son los ingredientes para una ración:
- Un calabacín y medio, unos 400 gramos
- Un vaso de leche, alrededor de 250 mililitros
- Media cebolla
- Una pizca de sal
- Pimienta negra o blanca molida
- Nuez moscada al gusto
- Aceite de oliva
En primer lugar, pelamos la cebolla y la picamos finamente. A continuación, calentamos un chorro de aceite de oliva en un cazo y, cuando esté caliente, incorporamos la cebolla para rehogarla suavemente. Mientras tanto, pelamos el calabacín, retiramos los extremos y lo cortamos en finas láminas. Posteriormente, lo agregamos al cazo. Seguidamente, removemos bien y dejamos que ambos ingredientes se cocinen durante unos diez minutos a fuego medio, permitiendo que se ablanden y aporte todo su sabor.
Luego, añadimos la leche poco a poco y mezclamos de forma constante para favorecer una textura homogénea. Acto seguido, incorporamos la sal, una pizca de pimienta y la nuez moscada rallada. Removemos de nuevo para integrar todos los ingredientes. Después, tapamos el cazo y dejamos que la preparación se cocine durante aproximadamente quince minutos a fuego lento.
Finalmente, cuando esté lista, apagamos el fuego, vertemos la mezcla en un vaso de batidora y trituramos hasta obtener una crema ligera y suave. En este punto, podemos probarla y ajustar el punto de sal, pimienta o nuez moscada si lo consideramos necesario.
Bechamel de velouté
Esta preparación guarda una gran similitud con la bechamel tradicional, sin embargo, en lugar de utilizar leche, se reemplaza este ingrediente por caldo de pescado, fumet o caldo de pollo, lo que aporta un matiz diferente. Se trata de una elaboración sencilla que únicamente requiere algo de paciencia durante el proceso, y que, en aproximadamente quince minutos, permite obtener una salsa ideal para acompañar diversas recetas. En este caso, se usará caldo de pescado, aunque también es posible emplear caldo de pollo siguiendo los mismos pasos, según el tipo de plato que se desee preparar. Estos son los ingredientes:
- Medio litro de caldo de pesca o fumet (si lo prefieres, caldo de pollo)
- Tres cucharadas soperas de harina, alrededor de 30 gramos
- Tres cucharas soperas de mantequilla, unos 30 gramos
Para elaborar esta salsa, el procedimiento resulta bastante sencillo, ya que se basa en mezclar la misma proporción de harina y mantequilla previamente tostada ligeramente. En primer lugar, colocamos la mantequilla en una sartén y la dejamos derretir a fuego medio. Una vez fundida, incorporamos poco a poco la harina, mientras removemos constantemente con unas varillas. Este paso es fundamental para integrar bien los ingredientes y evitar la formación de grumos.
Seguidamente, añadimos el caldo elegido, siempre de manera gradual, sin dejar de mezclar. A medida que se incorpora, la preparación irá adquiriendo una textura más clara y suave, similar a la de una bechamel, y los ingredientes se integrarán de forma homogénea.
Finalmente, cuando la salsa esté lista, ajustamos su espesor, si ha quedado demasiado líquida, se puede reducir ligeramente con una cocción lenta, por el contrario, si está muy espesa, añadimos un poco más de caldo hasta obtener la consistencia deseada.
Bechamel integral
Esta versión resulta considerablemente más ligera y saludable, al tiempo que conserva el mismo sabor característico de la receta original. La principal diferencia radica en que, en lugar de utilizar mantequilla, se emplea aceite de oliva. A continuación te detallo los ingredientes:
- Una cucharada de aceite de oliva
- Media taza de harina integral, unos 40 gramos
- Medio litro de leche o leche vegetal
- Una pizca de sal y pimienta negra
- Nuez moscada al gusto u opcional
- Tres ajos
En primer lugar, calentamos un chorro de aceite en un cazo. A continuación, incorporamos los ajos previamente picados, dejando que su aroma se libere y perfume el aceite. Seguidamente, añadimos la harina, que previamente hemos tamizado para evitar la formación de grumos, y mezclamos con unas varillas durante varios minutos hasta que adquiera un tono dorado uniforme.
Acto seguido, vertemos la leche de golpe, sin dejar de remover en ningún momento, y continuamos mezclando hasta que la preparación empiece a hervir y aparezcan burbujas en la superficie, momento en el cual la mezcla comenzará a espesar. Una vez que haya alcanzado la consistencia deseada, apagamos el fuego, y sin dejar de remover, incorporamos la sal, la nuez y la pimienta. Finalmente, cuando todos los ingredientes estén bien integrados y la salsa conserve su textura espesa, estará lista para servir.