Entre las paredes que exhiben la obra del artista español José Manuel Darro, Roja Melancolía, en Nueva Delhi, hay un cuadro en solitario, la pieza, un grupo de pentágonos cubriendo una superficie, que según el pintor andaluz guarda la fórmula matemática de una nueva forma geométrica única en su tipo.
La ciencia ha descubierto a lo largo de un siglo solo 15 tipos de pentágonos convexos que, unidos en copias idénticas y sin sobreponerse, son capaces de cubrir una superficie, una obsesión de la geometría de los polígonos que se conoce como “teselación pentagonal en el plano”.
La decimosexta parece encontrarse dibujada entre las líneas de Roja Melancolía, la más ambiciosa obra de Darro que se presenta desde hoy y durante cuatro semanas en el Instituto Cervantes de la capital india, tras cuatro años de una intensa investigación.
Durante los últimos cuatro años Darro se sumergió en la búsqueda de respuestas de las figuras geométricas partiendo del famoso poliedro del pintor alemán Alberto Durero, una de las obras más enigmáticas del arte del grabado, y que el escultor español al igual que otros artistas contemporáneos ha tratado de descifrar.
Después de estudiarlo y analizarlo, Darro ha llegado a una conclusión, “este poliedro es un módulo para configurar una estrella. ¿Por qué?, porque al combinarlo, como tiene 72 grados, multiplicado por 5 son los 360 que configura el círculo”, explica apasionado el artista nacido en Alcalá la Real.
“Y ahí está, he creado la estrella de la melancolía”, añade Darro que levanta con su mano una pequeña y compleja figura geométrica con varias puntas que, en efecto, forma una estrella, y que es la pieza central que guía su obra.
Esto es apenas el comienzo.
Darro “supo oír al maestro y se preguntó cómo incorporar el enigmático poliedro a su obra. Consciente de que estaba viajando sobre los hombros de un gigante, pudo ver muy, muy, muy lejos”, reseña Rafael Pérez Gómez, del Departamento de Matemática de la Universidad de Granada, según el catálogo de la obra.
La insistente búsqueda de Darro tras las pistas que dejó Durero le llevó en una aventura de la investigación que le permitió descubrir lo impensable.
“He descubierto un nuevo grupo de teselación pentagonal en el plano”, dice maravillado.
La geometría resolvió hace mucho tiempo la teselación poligonal para casi todas las formas geométricas, excepto para el pentágono irregular, el único para el que la ciencia no ha tenido todavía una respuesta definitiva.
Después de que el matemático alemán Karl Reinhardt descubriese los cinco primeros en 1918, otros nueve han sido descubiertos a lo largo de un siglo, y en 2015 un grupo de investigadores de la Universidad de Washington Bothell encontró el decimoquinto teselador. Entonces parecía que la ciencia los había encontrado todos.
Pero Darro “hizo un maravilloso descubrimiento: el decimosexto mosaico periódico de la historia formando teselas pentagonales”, corrobora Pérez Gómez en el catálogo junto a una serie de anotaciones y fórmulas que garantizan el hallazgo.
Todo esto ha sido el punto de partida para Roja Melancolía, “una alusión a un diálogo entre la Fortaleza Roja de la Alhambra, en Granada, y La Fortaleza Roja de Nueva Delhi, y de Agra, en la India”, cuenta Darro rodeado de más de una docena de piezas.
El artista creyó que la India sería el lugar perfecto para traer su obra, siendo el hogar de grandes matemáticos, y recuerdo de su primer viaje al país durante su adolescencia.
Hacía cinco años que había recibido la invitación del Instituto Cervantes en Nueva Delhi para presentar una obra que comunicara ese diálogo entre los dos mundos, una idea que se convirtió en el disparador que obsesionó a Darro.
Roja Melancolía ahonda en las formas geométricas para conectar ambas culturas, y piensa en las celosías de las fortalezas “como una membrana por la que filtra la luz y da corporeidad al espacio”, explica el artista.
Compuesta de varias piezas, esta es, en el lenguaje del también escultor una exposición “poliédrica” que está conducida además por una compilación de piezas de poesía, una “antología de antologías” de grandes poetas con los que el artista encuentra también una conexión casi “matemática”.
Indira Guerrero