La eutanasia sigue siendo ficción: la muerte digna a través de siete películas

“Quiero que esto sirva para que la eutanasia se apruebe, por la gente que sufre como mi mujer”. Así de claro se expresaba Ángel Hernández la pasada semana, tras quedar en libertad y prestar declaración por ayudar a morir a su esposa, María José Carrasco.

Ella estaba enferma de esclerosis múltiple desde 1989, con el grado máximo de dependencia desde 2009. No podía ni alimentarse por sí misma y había manifestado en numerosas ocasiones su deseo de morir “cuanto antes”. Él le facilitó la dosis exacta de Pentobarbital Sódico para que así fuese. Pero su detención y la noche que pasó en el calabozo le impidió sobrellevar el duelo como era debido.

Según un sondeo realizado por el CIS en 2011, un 77,5% de los españoles apoyaría la aprobación de una ley para regular el derecho de las personas a tener una muerte digna. La inclusión de la eutanasia en la ley de muerte digna fue una de las medidas propuestas por el PSOE al entrar al Gobierno, pero su tramitación se encuentra bloqueada.

A falta de soluciones políticas, el debate sobre la eutanasia se traslada también a otros ámbitos de la sociedad y toma los escenarios culturales. Hace tan solo unas semanas, se estrenaba en el madrileño Teatro del Barrio la obra Celebraré mi muerte, en la que el doctor Marcos Hourmann, el primer médico condenado en España por practicar una eutanasia, se interpretaba a sí mismo e interpelaba al público sobre su decisión.  “Provoqué la muerte porque creo en la vida”, aseguraba.

Antes de abordar este debate sobre las tablas, numerosas películas han invitado a la reflexión sobre la muerte digna. En nuestro país, quizá la más conocida sea Mar adentro, la película dirigida por Alejandro Amenábar en la que Javier Bardem interpreta a Ramón Sampedro. Sin embargo, acercamos aquí otras siete historias, quizá menos conocidas, que también llevaron a la gran pantalla la temática de la muerte digna. 

Las invasiones bárbaras (Denys Arcand, 2003)

Las invasiones bárbaras

Rémy Girard se ganó el corazón de muchos al interpretar a un enfermo terminal de cáncer con decenas de hechos de dudable moral pesando sobre su consciencia. Por eso, antes de morir, decide reunir a su hijo -del que se había distanciado-, su exmujer, sus examantes y sus viejos amigos, y compartir sus últimos momentos. También pedirles perdón, y anunciarles su inminente partida.

Un absoluto clásico contemporáneo que aborda la muerte digna desde un prisma cargado de emoción y sinceridad. Segunda entrega de la célebre saga El declive de Arcand con la que aborda, desde distintos puntos de vista, la decadencia física, moral, política y sexual del ser humano.

Hace mucho que te quiero (Philippe Claudel, 2008)

Hace mucho que te quiero

El escritor francés Philippe Claudel debutó en el séptimo arte con una obra que rápidamente se ganó el reconocimiento del público y la crítica. En ella cuenta la historia de una exmédica llamada Juliette Fontaine que es liberada después de permanecer 15 años en la cárcel. Después de todo ese tiempo ha perdido a su hijo, su marido la ha dejado y es rechazada por sus padres. Solo le queda su hermana pequeña Léa, que le acoge en su casa e intenta apoyarla con su reinserción laboral y social.

Claudel es libre, pero su mente continúa presa de un tormento que no parece tener arreglo. Al principio desconocemos las razones de su sufrimiento, pero, poco a poco, y a través de incómodos silencios, vamos uniendo las piezas del puzle que conforma un dolor anclado en su pasado que también define su presente.

Amor (Michael Haneke, 2012)

Amor

Quizá sea la más conocida de la recopilación, pero no podía faltar esta obra de Michael Haneke. El cineasta austriaco pone sobre la mesa todo el cariño y la sensibilidad que le caracterizan para contar la vida de Georges y Anne, dos ancianos de 80 años que viven en París. Solo se tienen el uno al otro, ya que su hija vive en Londres con su marido.

La apacible rutina cambia cuando Anne de repente sufre un infarto que le deja paralizado parte de su cuerpo. Es entonces cuando comienza el calvario para ambos. Para ella, porque tiene que enfrentarse a dolores y a la impotencia de verse incapaz para hacer tareas básicas. Para él, porque a pesar de los esfuerzos contempla cómo su mujer se desvanece ante sus ojos. Es una película de amor, pero por la vida que merece ser vivida. 

Algunas horas de primavera (Stéphane Brizé, 2012)

Algunas horas de primavera

Al igual que la obra de Claudel, esta nos cuenta la historia de alguien que sale de la cárcel y se debe enfrentar a la reinserción luchando contra la marginación y la inadaptación frente a quienes le rodean. Alain dejó los barrotes tras cumplir una condena de 18 meses por intentar pasar 50 kilos de cannabis que, sin tener ningún lugar donde vivir, regresa con su madre Yvette, la cual padece cáncer terminal.

Sin embargo, la relación entre ellos no es fácil. Mientras que Yvette juzga a su hijo por el delito que cometió, Alain juzga a su madre por querer viajar a Suiza para acabar dignamente con su vida gracias al suicidio asistido. En el fondo, la cinta de Brizé es una reflexión sobre de dos partes que no se pueden entender pero que, en el fondo, comparten la búsqueda de una redención que parece que nunca llega. 

Miel (Valeria Golino, 2013)

Miel

La actriz italiana Valeria Golino debutó como directora con una película que afronta el tema de la eutanasia alejándose de los clichés y los pañuelos de papel. La protagonista del relato, apodada Miel, es una joven que se dedica a asistir de forma clandestina a aquellas personas que han decidido acabar con su vida de manera voluntaria. 

A cambio de dedicarse plenamente a este oficio, Miel se encuentra obligada a llevar una doble vida ocultándose de la ley en diferentes países. Uno de ellos es México, un lugar que también sirve para abastecerse de medicinas para animales que, suministradas en su justa medida, le permiten convertirse en el ángel de la muerte. Pero no uno cualquiera, sino el de la muerte digna.

Corazón silencioso (Bille August, 2014)

Corazón silencioso

Corazón silencioso narra la historia de tres generaciones de una familia que se reúnen un fin de semana para afrontar la despedida de un miembro importante de la misma. La madre de la familia, aquejada de una enfermedad terminal, ha decidido poner fin a su vida antes de que su estado empeore.

Una decisión que no todos sus parientes digieren de la misma manera. Un drama familiar elegante que aprovecha su premisa de una forma emotiva pero controlada, ajustando su ritmo a las motivaciones de cada personaje. Y construyendo un drama familiar lejos de la estridencia pero muy cerca de la comprensión de la muerte como un evento intergeneracional ineludible pero afrontable de muchas formas distintas.

Mia Madre (Nanni Moretti, 2015)

Mia Madre (

Dos hermanos se enfrentan a la grave enfermedad de su madre de forma radicalmente distinta. La mayor, una impresionante Margherita Buy, huye de los problemas centrando toda su vida en su trabajo como directora de cine. El pequeño, interpretado por el director de la película Nanni Moretti, decide dejar su trabajo para cuidar a su madre en sus días de hospital. 

La que fuera la mejor película de 2015 según Cahiers du Cinéma, es un drama sobre el que planea la muerte de forma constante, como un personaje más tan presente como los dos hermanos protagonistas, pero invisible a ojos del espectador. Sin embargo, las brillantes actuaciones y la sobriedad de Moretti, tanto en el guion como en la dirección, elevan su tesis hasta cotas de eficacia ante la que el espectador no podrá defenderse.