Washington, 27 jun (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afronta el reto de salvar una de sus propuestas estrella, el plan de infraestructuras, en peligro por las presiones de demócratas y republicanos que este domingo ahondaron en sus discrepancias.
Tras el anuncio de un acuerdo bipartidista el jueves para sacar adelante esa iniciativa por un importe de 1,2 billones de dólares, el entusiasmo se ha ido diluyendo en los últimos días por el descontento de uno y otro lado.
Biden y los demócratas quieren que la propuesta de infraestructuras se vincule a un plan de gasto social, que contempla inversiones en banda ancha, la lucha contra la crisis climática y el cuidado de menores y ancianos, entre otros.
Sin embargo, los republicanos desean que el proyecto se ciña a las infraestructuras tradicionales, como carreteras, puentes y puertos, y rechazan que se relacione con el gasto social.
El jueves, durante la presentación del acuerdo bipartidista, Biden advirtió que no firmaría el plan de infraestructuras que pueda ser aprobado en el Congreso si no está vinculado al de gasto social, pero el sábado tuvo que recular y aclarar que sí lo rubricará, ante el peligro de que los conservadores retiren su apoyo.
LOS DEMÓCRATAS QUIEREN MÁS
La legisladora de la Cámara Baja de EE.UU. Alexandria Ocasio-Cortez, que representa al ala más izquierdista de los demócratas, consideró que las necesidades del país son demasiado grandes como para únicamente aprobar un proyecto de gasto de menor escala.
“En aquellas áreas donde hay acuerdo, los republicanos están más que dispuestos a adherirse para que podamos completar este trabajo sobre las infraestructuras”, dijo la congresista de Nueva York a la cadena NBC News.
Sin embargo, siguió, “esto no significa que el presidente debería quedarse limitado por los republicanos, en particular cuando tenemos la mayoría en la Cámara Baja, tenemos cincuenta senadores y tenemos la Casa Blanca”.
Ocasio-Cortez recordó que estos son los “grandes” proyectos de su partido “no solo respecto a las familias, cuidado de menores, Medicare..., sino también sobre el cambio climático”.
Por su parte, los republicanos aplaudieron este domingo que Biden diera marcha atrás ayer y anunciara su intención de no vetar el plan de infraestructuras que pueda salir del Congreso, aunque insistieron en su rechazo a que se relacione con el gasto social.
El senador por Ohio Rob Portman, explicó al canal ABC News que el jueves se vio “pillado por sorpresa” por las declaraciones de Biden, pero que ahora está “muy contento” al ver que el mandatario ha reculado.
LOS REPUBLICANOS APLAUDEN GESTO DE BIDEN
Portman, que fue el negociador jefe de los republicanos del acuerdo bipartidista, expresó su satisfacción de que, tras la aclaración de Biden del sábado, ambos paquetes -el de infraestructuras y el de gasto social“ se hayan desvinculado.
Ahora “está muy claro que podemos ir adelante con una ley bipartidista que sea ampliamente popular”, afirmó Portman.
El senador conservador Mitt Romney, que representa al estado de Utah, apuntó a la televisión CNN que confía en Biden.
“Confío en el presidente, y él dejó muy claro en su largo comunicado publicado este fin de semana -confeccionado cuidadosamente y pensado trozo a trozo- que si la ley de infraestructuras llega a su mesa y viene sola, la firmará”, detalló.
Romney reiteró la repulsa de los conservadores a la aprobación en el Congreso de un macropaquete que incluya las infraestructuras tradicionales y partidas de gasto social y para la lucha contra el cambio climático, como los demócratas anhelan.
“Nosotros, los republicanos, decimos 'no, en absoluto', no apoyaremos una ley que sea aprobada con un aumento masivo de los impuestos, y al mismo tiempo con billones de dólares para nuevo gasto -destacó-. Es algo que no vamos a respaldar”.
Y el legislador republicano de la Cámara Alta Bill Cassidy hizo hincapié en NBC News en que el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, “quiere (un plan de) infraestructuras tanto como el resto”.
“Quiere los trabajos que esto generará, creo que Mitch McConnell estará con esto, si sigue siendo como es”, zanjó.
Los demócratas cuentan con una ajustada mayoría en el Senado, por lo que se espera que necesiten al menos a diez senadores republicanos para sacar adelante el proyecto de infraestructura.
LA CASA BLANCA: NI “SÍ”, NI “NO”
Un asesor de la Casa Blanca, Cedric Richmond, fue preguntado este domingo en la CNN sobre si Biden firmará el paquete de infraestructuras incluso si llega a su mesa sin el plan de gasto social, a lo que el consejero indicó que “no es una pregunta de 'sí' o 'no”.
En ese sentido, Richmond puntualizó que el presidente desea que se aprueben ambas iniciativas.
“Espero que el presidente Biden firme la ley de infraestructuras, él firmará el Plan de Familias”, como se conoce el de gasto social, agregó.
Otro de los puntos en los que demócratas y republicanos difieren es que los progresistas quieren que la iniciativa de gasto social sea aprobada en el Congreso a través de un mecanismo llamado “reconciliación”.
Esa vía permite aprobar algunas medidas que tengan relación con el presupuesto con apenas una mayoría simple de 51 votos en el Senado, justo los que tienen los demócratas, que podrían por tanto sacarlo adelante sin ningún apoyo de la oposición republicana, pero los conservadores se oponen tajantemente.