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Del manantial a casa: así cambian los envases para reducir plásticos

Martín Cebadera

9 de julio de 2025 05:00 h

A más de 2.000 metros de altitud, en el corazón de la Sierra de Guadarrama, brota de un manantial un tesoro natural que es fuente de vida, salud, trabajo y muchas cosas más. Lo saben bien en Ortigosa del Monte, un pequeño municipio de Segovia que ha triplicado su población —de 200 a 600 habitantes— en las últimas cinco décadas. ¿El motivo? Allí se puso en marcha, en 1974, la primera planta embotelladora de Bezoya, el agua de mineralización muy débil propiedad de Pascual, que desde hace seis años es la más vendida de España.

Aquella instalación fue el inicio de la trayectoria de un negocio que hoy es sinónimo de innovación, sostenibilidad y compromiso con el entorno y el medio ambiente. Casi 30 años después, en 2003, comenzó a funcionar otra planta de Bezoya en la localidad segoviana de Trescasas, junto al manantial de Siete Valles. El pueblo, que entonces tenía 350 vecinos, alberga en la actualidad a más de 1.100 habitantes.

Las características de las montañas de granito que rodean esta zona del centro peninsular confieren a esta agua unas propiedades que la convierten en única y diferente, gracias a un residuo seco muy bajo (de 27 miligramos por litro). Esta composición hace que la bebida sea ideal para dietas pobres en sodio y para la preparación de alimentos infantiles. Consciente de su fortaleza, la marca ha trazado una estrategia para mantener el liderazgo en el mercado y proponer nuevas maneras de consumir agua, sin olvidar su apuesta por la innovación e incluyendo las prácticas sostenibles a lo largo de toda su cadena de valor. “Para nosotros, la sostenibilidad es una manera de hacer las cosas y queremos que se refleje en todo lo que hacemos”, admite el director de Negocio de Bezoya, Juan Luis González.

Esta filosofía se plasma en multitud de acciones concretas. Todas las iniciativas que integran la estrategia del Compromiso Bezoya —sus cinco pilares son origen, envasado sostenible y residuo cero, producto, movilidad sostenible y reciclaje— se mantienen tan vivas (o incluso más) que el primer día.

Todas sus botellas están hechas a partir de otras botellas, lo que les ha permitido reducir desde 2017 1.520 toneladas de plástico virgen. Además, hace un año lanzó al mercado una nueva botella de 1.5 litros, que incorpora un tapón unido para favorecer su reciclaje y con un 5% menos de plástico, lo que se tradujo en una reducción de 211 toneladas de emisiones de dióxido de carbono.

Con la mente puesta en satisfacer las nuevas demandas de los consumidores, sin olvidar su compromiso con la innovación y la sostenibilidad, Bezoya ha ido un paso más allá y ha lanzado ahora un formato único en el mercado: el Bag in Box. Es cierto que, desde 2021, ya existía su versión de 8 litros en retail y de 12 litros, especial para hostelería y oficinas. El formato de 3 litros, que acaba de comercializarse, es muy cómodo y fácil de usar. Incorpora un grifo dispensador, que puede guardarse en la nevera; dispone de asas para que pueda transportarse sin problema y ocupa un 26% menos de espacio en comparación con el equivalente en formatos de 1,5 litros.

Una caja que gusta (y convence)

Precisamente la mayor venta de formatos grandes de agua ha permitido que este sector haya crecido un 20% desde el año 2021. “Es otra forma de beber agua que no existía antes. Cuando el Bag in Box llegó al supermercado, la gente abría la caja por arriba, porque no sabía ni qué había dentro”, recuerda el director de Negocio de Bezoya. En su opinión, se trata de la “innovación más disruptiva de los últimos años”. Hoy, la marca vende 30 millones de litros en este formato. “La respuesta de los consumidores es estupenda y crecemos a doble dígito cada año, lo que significa que esta es una propuesta de valor diferente que encaja bastante bien con lo que quieren”, añade.

Al fin y al cabo, recuerda González, Bezoya siempre ha apostado por dar una respuesta a las necesidades de los consumidores, cada vez más exigentes. Hoy, el agua propiedad de Pascual es líder tanto en volumen como en valor. Y desde el año pasado, ha sido la marca que más hogares ha ganado, gracias a estos nuevos formatos. “Este crecimiento es fruto de una propuesta de valor diferencial, que incluso ha permitido anticiparnos en materia de sostenibilidad a lo que obliga la Administración”, destaca el directivo. Un ejemplo. Tal y como recoge la actual normativa, el Real Decreto 1055/2022, es obligatorio usar un 25% de plástico rePET en las botellas. Desde 2021, Bezoya utiliza el 100% de este material en sus envases.

Como avanza Juan Luis González, en los próximos años la sostenibilidad va a ir de la mano de la innovación, como ha sucedido hasta ahora, con la misma idea de “desarrollar nuevas formas de beber agua en envases más respetuosos, cómodos y funcionales”.