Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Movimiento de Pensionistas de Bizkaia, un fenómeno singular
Hoy no podriÌa repetir Fraga Iribarne, ministro franquista de la dictadura y de la monarquiÌa, la frase que pronuncioÌ en 1976 para justificar la represioÌn: “la calle es miÌa”. Tras el movimiento del 15M, que celebra ahora su 7º aniversario, otros movimientos sociales, el feminista y el de pensionistas sobre todo, recuperan plazas y calles para hacer puÌblicas sus reivindicaciones y lograr el apoyo de la ciudadaniÌa. El movimiento de pensionistas, en particular el de Bizkaia, es un fenoÌmeno tan singular, que mereceraÌ ser estudiado en las aulas universitarias.
Conforme se desarrollan los acontecimientos desencadenados hace cuatro meses, aspectos que analizamos en otros artiÌculos de opinioÌn se ampliÌan con nuevos elementos. En referencia a las concentraciones de pensionistas que desde el 15 de enero se celebran cada lunes en numerosos municipios de Bizkaia, hemos destacado el caraÌcter de movimiento espontaÌneo, de base, unitario, plural, descentralizado, autoÌnomo... TambieÌn es un fenoÌmeno transversal, dada su heterogeÌnea composicioÌn social. AdemaÌs se comprueba que incluso en colectivos heterogeÌneos, fragmentados, es posible el consenso. Parece que los conocimientos adquiridos en circunstancias diversas, a lo largo de toda una vida, cristalizan e iluminan la madurez.
Transversalidad y solidaridad
El 0,25 % levantoÌ a los pensionistas del sofaÌ y los sacoÌ a la calle. Con el acuerdo presupuestario PP – PNV, el 0,25 % se aparca dos anÌos. Las pensiones no perderaÌn poder adquisitivo durante 24 meses, aunque tampoco lo recuperaraÌn. El “factor de sostenibilidad”, amenaza de las futuras pensiones, permaneceraÌ en suspenso hasta el 2023. Esas mejoras y aplazamientos, que se consideran temporales e insuficientes, no han minado las energiÌas del movimiento de pensionistas. Al contrario, se carga de razones al comprobar que es posible cambiar la agenda econoÌmica del gobierno y que la congelacioÌn o la mejora de las pensiones son decisiones poliÌticas. El elemento de cohesioÌn del movimiento basado en el 0,25 %, pasa a la exigencia de una pensioÌn miÌnima de 1.080 euros, para reducir la brecha entre mujeres y hombres y el diferencial pensiones bajas y altas. De modo que el movimiento de pensionistas se refuerza con la solidaridad de quienes cobran entre 1.080 € y el tope de 2.580 € mensuales.
Siendo las condiciones retributivas tan dispares entre las diversas categoriÌas de pensionistas, se ha logrado consolidar un movimiento transversal sin precedentes. Se toma conciencia de que ninguÌn porcentaje puede resolver el problema de las pensiones miÌnimas. AdemaÌs, en el PaiÌs Vasco las mejoras previstas quedan adsorbidas con el complemento para pensiones bajas y otras ayudas. Por eso, la esperanza de quienes soportan las condiciones maÌs precarias estaÌ puesta en los 1.080 € de pensioÌn miÌnima que proclama el Foro Social Europeo y asumen las asociaciones de pensionistas. Al tratarse de una demanda compartida por quienes perciben retribuciones superiores, resulta que la transversalidad refuerza la solidaridad, y viceversa.
Unidad en la diversidad
Entre las caracteriÌsticas del Movimiento de Pensionistas de Bizkaia, oÌrgano que agrupa al conjunto de asociaciones, plataformas y coordinadoras del territorio, destaca la pluralidad. Ese rasgo definitorio es compatible con la buÌsqueda del bien comuÌn, estaÌ basado en el respeto mutuo, requiere lealtad y obliga a mantener delicados equilibrios. Un ejemplo revelador es la convocatoria de dos manifestaciones en mayo. La del diÌa 5 era de aÌmbito estatal, no podiÌa resultar del agrado de las corrientes nacionalistas. Dado que las decisiones relevantes se toman por consenso, supuso poner a prueba la estabilidad e incluso la continuidad del movimiento. El dilema se resolvioÌ asumiendo, por unanimidad, una doble convocatoria: el diÌa 5 se unioÌ a la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema PuÌblico de Pensiones (CEDSPP), para el 26 desde Euskadi y Navarra se lanza un llamamiento dirigido a todos los territorios. Una solucioÌn de consenso tan comprometida requiere el apoyo de una base social con la fortaleza del colectivo de pensionistas de Bizkaia.
Las mejoras logradas con el apoyo del PNV a los presupuestos del gobierno del PP no han escindido el Movimiento de Pensionistas de Bizkaia. Las asociaciones afines al nacionalismo moderado siguen participando en todas las actividades. Resulta significativo el proceder de la izquierda abertzale. Da la impresioÌn de que el movimiento de pensionistas fuese el espacio elegido para asumir la problemaÌtica social, aunque pretendan encajarla entre sus aspiraciones soberanistas. En sus propuestas no figura la consabida demanda del “marco autoÌnomo de relaciones laborales”, se limitan a remarcar la expresioÌn ideoloÌgica Euskal Herria. Pese a lo que estaÌ pregonando el PNV, las consignas partidistas no inciden en el colectivo de pensionistas.
Los sindicatos nacionalistas no han buscado tener presencia directa en el movimiento. Los sindicatos estatales participan a traveÌs de sus asociaciones de pensionistas. Unos y otros apoyan las movilizaciones, arrinconando los contenciosos que imposibilitan la praÌctica unitaria en la accioÌn sindical. Queda por ver coÌmo actuaraÌn en el Pacto de Toledo o frente el gobierno de turno, cuando toque defender en una mesa de negociacioÌn la pensioÌn miÌnima de 1.080 €. La experiencia ensenÌa que en los foros a los que no tienen acceso los movimientos sociales, sus programas reivindicativos quedan reducidos a la miÌnima expresioÌn. Por eso se reclama la participacioÌn de representantes del movimiento de pensionistas en la toma de decisiones.
MaÌs allaÌ de lo que pueda deparar el futuro, asumir el consenso como meÌtodo de trabajo requiere grandes dosis de empatiÌa y un sentido de la responsabilidad poco habitual en la convivencia entre diferentes, sobre todo en la relacioÌn entre organizaciones, en particular las poliÌticas. Tal es la foÌrmula que estaÌ permitiendo al Movimiento de Pensionistas de Bizkaia mantener la cohesioÌn interna y responder de forma satisfactoria a los retos que plantea un fenoÌmeno social tan plural, fraÌgil y complejo. Las diferencias, que son notables, se dirimen en un parlamento no electo, voluntario, que reuÌne en cada sesioÌn entre 30 y 40 personas.
Hoy te apoyo, manÌana te ignoro
La prensa y la clase poliÌtica han dado un tratamiento distinto a la manifestacioÌn del 17 de marzo y a la del 5 de mayo. La primera colapsoÌ Bilbao con 115.000 personas de todas las edades. La segunda, siempre seguÌn datos oficiales, agrupoÌ a 33.000, la mayoriÌa de edad avanzada. Aunque en ambas se convocoÌ a toda la poblacioÌn, a la uÌltima acudieron los pensionistas. Veamos dos de los factores que han influido en esa respuesta desigual:
Basta tirar de hemeroteca para comprobar que la prensa se volcoÌ en la difusioÌn de la manifestacioÌn del 17 de marzo, pasando por alto la convocatoria del 5 de mayo.TVE manipula la informacioÌn, otros medios la censuran, incumpliendo el deber de informar de forma puntual y veraz. Un caso paradigmaÌtico es el diario El PaiÌs, que el 6 de mayo no dedicoÌ ni una liÌnea a informar sobre las numerosas manifestaciones que tuvieron lugar la viÌspera en todos los territorios. El PaiÌs ni siquiera facilita un debate equilibrado en la seccioÌn de opinioÌn, busca firmas que cuestionen las reivindicaciones de los pensionistas. Por suerte, en el cuarto poder se va imponiendo la prensa digital como recurso informativo inmediato, aÌgil y plural.
El comportamiento del estamento poliÌtico ha sido similar al de la prensa. Se dejaron ver en la manifestacioÌn del 17 de marzo y no volvieron el 5 de mayo. La respuesta del Movimiento de Pensionistas de Bizkaia ha sido contundente: se reclama la presencia de cargos poliÌticos e institucionales en la manifestacioÌn del 26 de mayo, advirtiendo que ha comenzado la cuenta atraÌs de las elecciones europeas, autonoÌmicas y municipales del 2019, recordando que en la CAV hay 540.000 pensionistas con derecho a voto y 130.000 en Navarra.
PNV, aprobetxategi
La expresioÌn vasca utilizada por Rajoy para definir el comportamiento de Ciudadanos es uno de los rasgos de identidad del PNV. En su caso “aprobetxategi” significa oportunismo poliÌtico disfrazado de pragmatismo. Es lo que evidencia la exigencia de mejorar las pensiones puÌblicas para apoyar, una vez maÌs, los presupuestos de un partido en descomposicioÌn. El PNV nunca reclama derechos sociales, siempre busca financiacioÌn para obras faraoÌnicas como el TAV o ventajas para los empresarios. Esta excepcioÌn llega tras ser interpelado en las concentraciones de pensionistas por mostrar mayor preocupacioÌn hacia el conflicto poliÌtico catalaÌn que por la mejora de las pensiones del 25 % de la poblacioÌn residente en el territorio que gobierna.
En realidad, siÌ le interesan las pensiones: las instituciones que controla el PNV financian desde 1983 las Entidades de PrevisioÌn Social Voluntaria (EPSV). Planes de pensiones privados a favor del personal de la administracioÌn autonoÌmica (ayuntamientos, diputaciones, Gobierno Vasco). Mediante las EPSV obtienen pensiones complementarias las 125.000 personas que integran el funcionariado vasco. El capital que mueven las EPSV ronda el 34 % del PIB de Euskadi, mientras que en el conjunto del Estado las pensiones privadas no superan el 10%. Amparado por los partidos que asumen esa actuacioÌn, o callan, el PNV debilita desde las instituciones el sistema puÌblico de pensiones e intensifica las desigualdades sociales. Resulta obligado anÌadir que los sindicatos participan en la negociacioÌn y gestioÌn de las EPSV.
El acuerdo PP – PNV no ha frenado las movilizaciones. Tras ese pacto se convocan otras dos manifestaciones: la celebrada a nivel estatal el diÌa 5 y la impulsada desde Euskadi y Navarra para el 26 de mayo. El PNV estaÌ adoptando una actitud descalificatoria y beligerante inusual en un partido interclasista. El lehendakari Urkullu declara inviable reivindicar 1.080 € de pensioÌn miÌnima. Convocan en los batzokis a las asociaciones de pensionistas que consideran afines, mientras advierten en un panfleto: “Ciertos colectivos de pensionistas, con figuras poliÌticas reconocibles en sus portavociÌas y sus idearios poliÌticos, pretenden desviar esta demanda al Estado EspanÌol (1.080 €), competente en la materia de pensiones, hacia el Gobierno Vasco...”.
El PNV se adjudica un meÌrito ajeno. Las mejoras obtenidas, transitorias e insuficientes, se han logrado con la lucha de los pensionistas. Si acaso, el PNV actuÌa como emisario del colectivo de pensionistas, que por ese cauce consigue modificar nada menos que los Presupuestos Generales del Estado. El comportamiento del PNV tiene dos vertientes: en el plano poliÌtico vuelve a convertirse en aliado del partido de la corrupcioÌn, a nivel social contribuye a que (durante dos anÌos) las pensiones se incrementen en funcioÌn del IPC y se retrase hasta 2023 la entrada en vigor del “factor de sostenibilidad”, creado para mermar las pensiones puÌblicas del futuro, potenciando el lucrativo negocio de las pensiones privadas.
En Euskadi, el comportamiento “aprobetxategi” no es exclusivo del PNV. Mientras los pensionistas reclaman a Rajoy una pensioÌn miÌnima de 1.080 €, la oposicioÌn de izquierdas se lo exige a Urkullu. Intentar trasladar una demanda de alcance estatal al escenario de la poliÌtica vasca, es el comportamiento habitual del nacionalismo radical. Esa pretensioÌn no ha tenido eco en el colectivo de pensionistas. En las concentraciones se sigue gritando: “Rajoy, dimisioÌn”. Las pensiones puÌblicas se han convertido en elemento clave de la agenda poliÌtica de todos los partidos. Pretender parcializar esa lucha de alcance general equivale a cuestionar que Euskadi, en concreto Bizkaia, siga siendo la avanzadilla del movimiento de pensionistas.
ProÌximo objetivo, el 26 de mayo inundar Bilbao
Escarmentado con el comportamiento que la prensa y de la clase poliÌtica en la manifestacioÌn del diÌa 5, el Movimiento de Pensionistas de Bizkaia ha disenÌado para el 26M una campanÌa activa que baÌsicamente consiste en: reclamar la presencia de corporaciones municipales en la manifestacioÌn, senÌalar a los cargos institucionales su deber de apoyar iniciativas compartidas por el conjunto de la poblacioÌn, advertir a los partidos poliÌticos que si no acuden a la manifestacioÌn tampoco pidan el voto, buscar el apoyo de los movimientos sociales, en particular el feminista, llamar a la participacioÌn de toda la ciudadaniÌa, sobre todo la juventud, que parece resignada a perder el derecho baÌsico a una pensioÌn puÌblica digna.
En el plano organizativo, la campanÌa del 26M pasa por coordinar el PaiÌs Vasco y Navarra para garantizar el eÌxito de las manifestaciones en las cuatro capitales. La Coordinadora Estatal (CEDSPP) asume la convocatoria, tambieÌn se espera que lo hagan los sindicatos, volviendo a superar la divisioÌn sindical. En definitiva, el objetivo de la convocatoria del 26M es demostrar que el pacto presupuestario PP – PNV no va a detener la marea humana en defensa de pensiones puÌblicas dignas. La referencia fundamental volveraÌ a ser Bilbao, donde se aspira a inundar todo el nuÌcleo urbano, desbordando el cauce de la riÌa que banÌa la ciudad.
*Luis Alejos es socioÌlogo y pensionista
Hoy no podriÌa repetir Fraga Iribarne, ministro franquista de la dictadura y de la monarquiÌa, la frase que pronuncioÌ en 1976 para justificar la represioÌn: “la calle es miÌa”. Tras el movimiento del 15M, que celebra ahora su 7º aniversario, otros movimientos sociales, el feminista y el de pensionistas sobre todo, recuperan plazas y calles para hacer puÌblicas sus reivindicaciones y lograr el apoyo de la ciudadaniÌa. El movimiento de pensionistas, en particular el de Bizkaia, es un fenoÌmeno tan singular, que mereceraÌ ser estudiado en las aulas universitarias.
Conforme se desarrollan los acontecimientos desencadenados hace cuatro meses, aspectos que analizamos en otros artiÌculos de opinioÌn se ampliÌan con nuevos elementos. En referencia a las concentraciones de pensionistas que desde el 15 de enero se celebran cada lunes en numerosos municipios de Bizkaia, hemos destacado el caraÌcter de movimiento espontaÌneo, de base, unitario, plural, descentralizado, autoÌnomo... TambieÌn es un fenoÌmeno transversal, dada su heterogeÌnea composicioÌn social. AdemaÌs se comprueba que incluso en colectivos heterogeÌneos, fragmentados, es posible el consenso. Parece que los conocimientos adquiridos en circunstancias diversas, a lo largo de toda una vida, cristalizan e iluminan la madurez.