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En la mejor tradición pirata

La última reunión extraordinaria del Consejo de Administración de Euskal Irrati Telebista (EiTB) se celebró para condenar la voladura del edificio donde se ubica la radio televisión vasca por parte de ETA, ocurrida el 31 de diciembre de 2009. La próxima será este martes, 10 de mayo, para condenar el cese de las emisiones de Euskal Telebista (ETB) en la Comunidad Foral de Navarra. Imagino que los consejeros convocantes no han pretendido situar al mismo nivel los dos hechos.

Reconozco que se hace raro que, en pleno siglo XXI, los navarros que deseen ver la televisión pública de la comunidad autónoma de Euskadi no lo puedan hacer, más allá de aquellos que habitan en las zonas limítrofes, donde alcanzan los repetidores situados en territorio vasco. Tan raro como que los ciudadanos de origen andaluz que viven en Barakaldo o los de origen gallego que viven en Ermua no puedan sintonizar Canal Sur o la Televisión de Galicia cuando lo deseen.

Lo digo, claro, en términos de avances tecnológicos y de libertad de ocupación del espectro radioeléctrico. Poder, como diría Nagua Alba, sí se puede. Entonces, ¿Por qué– explíquenme ustedes- no nos dejan disponer libremente de ese espacio para emitir? Ya vendrá luego la audiencia y decidirá qué es lo que quiere ver. Déjenme a mi que beba lo que quiera. ¿A qué vienen las administraciones a regular y a meterse en nuestras vidas? ¿Por qué existe la ley?... No piensen que voy a contestar a estas preguntas. Si necesitan respuestas, les sugiero que aparquen la lectura de esta homilía hasta que lo tengan claro.

¡Han cerrado ETB en Navarra! ¡Clamor popular contra el cierre de ETB en Navarra! El lehendakari Urkullu condena el cierre de ETB en Navarra, Ortuzar también, y el comité de empresa de EiTB, y ahora el Consejo de Administración. Los diarios de carácter nacionalista y la propia radiotelevisión pública vasca ponen sus páginas y sus minutados al servicio de la causa. Desde Bilbao se orquesta la próxima campaña electoral del nacionalismo vasco en el Viejo Reyno.

¿Y como reaccionan en Navarra? Pues miren, mucho más moderadamente. Uxue Barkos expresa el compromiso de su gobierno de trabajar para que se reanuden cuanto antes las emisiones que ella pensaba que eran legales ya que desconocía la existencia de ninguna denuncia. Esparza, el líder de Unión del Pueblo Navarro (nacionalistas navarros de derechas que se oponen al imperialismo vasco), se confiesa espectador de ETB y dice que no tiene inconveniente en que se emita pero legalmente. Y en medio las opiniones del resto de partidos navarros. En realidad, están jugando al lo mismo. La diferencia es que la radicalidad patriotera no paga bien en la comunidad foral y en Euskadi, creen, sí.

Pero ¿qué ha pasado con ETB en Navarra? ¿La han cerrado? ¿La han prohibido? ¿La veía alguien? Respuestas: ha cesado de emitir, no, no y poca gente. Pero los hechos son lo de menos, como casi siempre que se orquestan campañas de tipo nacionalista donde las banderas se ponen delante, y todos los demás en fila por si acaso. Y da igual que la campaña sea en Ucrania, venga de Sabin Etxea o la orqueste la Radio de las Mil Colinas en Ruanda.

Lo que está en juego es si habrá o no escaño nacionalista vasco en el Congreso de los diputados por Navarra y algún diputado más del PNV por Bizkaia, Gipuzkoa o Alava. Solo eso. Se trata de movilizar al electorado nacionalista de cara a las elecciones generales de julio. Sobre todo en la comunidad vecina donde Podemos ha dado calabazas a Geroa Bai y Bildu y esas posibilidades de escaño quedan muy en el aire. Punto. No hay más. Y si en el camino se rompe algo, mala suerte.

Nadie ha cerrado ETB en Navarra. Euskal Telebista emitía regularmente en esa comunidad desde el 26 de octubre de 2015 de forma ilegal. No lo digo yo, lo dice La Gozadera: Navarra.com se lo regaló y Gara se lo confirmó al día siguiente de anunciar a bombo y platillo las emisiones. Ya entonces se advertía desde medios de ambos lados del espectro político que era ilegal.

En cualquier país civilizado del mundo la directora general de ente, Maite Iturbe, debería dimitir solo por este hecho: por transformar nuestra televisión pública en una televisión pirata. Debe ser una cuestión de escasa inteligencia emocional. De no saberse poner en la piel del otro. De no poder imaginar como reaccionaria ella, tan necesitada de audiencia y de dinero, según dice, si viniera una televisión pública autonómica (o todas, ya que somos tan favorables a la libertad del espacio radioeléctrico) a emitir en Euskadi saltando de repetidor en repetidor por toda la península, como una ardilla de árbol en árbol en época de los romanos.

Estas emisiones ilegales provocaron, antes y después del 26 de octubre, tres denuncias contra EiTB. Una del anterior ejecutivo foral en marzo de 2015 y otras dos de la empresa privada que administra la TDT en Navarra, Infraestructuras y Gestión 2002 S.L., en diciembre de 2015. Empresa que, supongo, entendería lesionados sus legítimos intereses. Y por comentar, mal enemigo se ha buscado EiTB. Infraestrucuras y Gestión 2002 es, nada menos que la empresa que denunció, pidió y ganó en el Supremo el cierre de nueve canales de TDT en España.

Fue en mayo de 2014. Por cierto, Maite Iturbe no suele hablar de estas dos últimas denuncias y Uxue Barkos, presidenta de Navarra, no las conocía. No sé que es más grave. Así que no me hablen de UPN, ni del PP ni de maniobras políticas. Porque en política y en democracia es tan legítimo que el PNV, Bildu o Geroa Bai quieran que se emita ETB en Navarra, como que UPN se oponga o que a la mayoría les de lo mismo. Y para dirimir estos anhelos se recurre a la ley y a las normas. No se saltan. No se infringen. No hay pase foral. Se cambian cuando se puede y donde se debe.

Pero es que la ilegalidad de las emisiones de ETB en Navarra las reconoce hasta la propuesta que el PNV lleva al Consejo de Administración del martes. En ella y en el punto cuarto de la exposición, afirman que “EiTb ha actuado siempre (en Navarra) bajo el principio de atención a la demanda de la ciudadanía, con respeto institucional, y manteniendo el necesario diálogo con las partes interesadas (…)”. De la ley no dicen nada.

Luego escriben en esta resolución cosas tan bonitas como la “geografía del euskera” como “espacio natural para las emisiones de EiTB”, aunque no se muy bien como casan estos versos con ETB2. Después mencionan muchos principios, derechos y demandas bastante improbables y etéreas, pero muy poca legislación.

Lo suyo sería que el consejo reprobara el proceder de la dirección del ente por actuar ilegalmente y que instara a las administraciones de ambos territorios a trabajar duramente para conseguir cuanto antes que ETB se emita legalmente en Navarra. El resto no vale para nada más que para exacerbar a las tropas. O por lo menos no vale para ver la televisión pública vasca en el territorio foral.

Así que no. Nadie ha cerrado ETB. No ha hecho falta, porque apagaron ellos antes de que se acercara alguien a precintarles “para evitar efectos y responsabilidades mayores”. En este sentido Maite Iturbe ha actuado conforme a una de las principales costumbres de la Hermandad de las Nueve Piezas de a Ocho. Como dijo Jack Sparrow: “Siempre me he limitado a abrazar la mas noble y antigua de las tradiciones piratas. Sostengo que aquí y ahora es lo que todos debemos hacer. Debemos luchar…. y luego salir huyendo”.

La última reunión extraordinaria del Consejo de Administración de Euskal Irrati Telebista (EiTB) se celebró para condenar la voladura del edificio donde se ubica la radio televisión vasca por parte de ETA, ocurrida el 31 de diciembre de 2009. La próxima será este martes, 10 de mayo, para condenar el cese de las emisiones de Euskal Telebista (ETB) en la Comunidad Foral de Navarra. Imagino que los consejeros convocantes no han pretendido situar al mismo nivel los dos hechos.

Reconozco que se hace raro que, en pleno siglo XXI, los navarros que deseen ver la televisión pública de la comunidad autónoma de Euskadi no lo puedan hacer, más allá de aquellos que habitan en las zonas limítrofes, donde alcanzan los repetidores situados en territorio vasco. Tan raro como que los ciudadanos de origen andaluz que viven en Barakaldo o los de origen gallego que viven en Ermua no puedan sintonizar Canal Sur o la Televisión de Galicia cuando lo deseen.