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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

El Gobierno vasco se declara en “alerta máxima” ante la “incertidumbre” política y económica

“Nuestro estado de alerta es máximo”, ha manifestado el lehendakari, Iñigo Urkullu, sobre las incertidumbres económicas y políticas que afectan a Euskadi. No se trata de una frase casual, ya que la traía preparada en sus notas escritas y venía subrayada en negrita. “Somos muy conscientes del nivel de incertidumbre en el que se encuentra nuestro entorno”, ha dicho el presidente vasco citando el Brexit, la recesión a la que está abocada Alemania, los “complejos” escenarios de gobernabilidad en otros países y la repetición electoral, que “supone un paso atrás”.

“Las tensiones económicas, sociales y territoriales son crecientes. No acaba de asentarse un marco de estabilidad y no se afrontan, desde una bases mínimas consensuadas, los retos que mantienen atenazada la acción política e institucional en el Estado. Vivimos tiempos de gran incertidumbre, provocada en ocasiones por movimientos y formas de actuar en política que no tienen referencia en la tradición democrática. Incertidumbre acentuada por el desconocimiento de las consecuencias de una posible crisis económica. Si a esto se suma la ligereza con que se aborda la acción política, tomando sin demasiado fundamento y rigor decisiones clave que afectan al futuro, nuestro estado de alerta es máximo”, ha reflexionado Urkullu en la parte más económica de su discurso en el pleno de política general con el que Euskadi abre este viernes su curso político, el última de la legislatura.

Euskadi es un “país pequeño” y no puede sustraerse de ese contexto pero el lehendakari ha hecho un balance optimista de su gestión económica. Ha enfatizado que una de sus promesas electorales -que el paro bajase del 10% en la legislatura- se ha conseguido ya y ha apostillado que entre los jóvenes ha caído del 29% de 2014 al 15% actual. Ha dado más números, como que la tasa de pobreza es nueve décimas menor que la europea o que el gasto social es cinco puntos mayor. En general, Euskadi “sostiene” su tasa de crecimiento con un 2,3% de previsión para 2019 y todavía un 2% en 2020. “Sinceramente, pienso que el rumbo es correcto”, ha dicho Urkullu sin “autocomplacencia” y desde la “autoexigencia”.

Y ha concluido: “Nuestro empeño es una gestión económica rigurosa. Una política industrial basada en la innovación y la internacionalización. Nuestro empeño es crear más y mejor empleo. Poner el autogobierno al servicio de la modernización, el crecimiento y la cohesión social. Nuestro empeño es preservar la estabilidad política e institucional. Es lo que estamos haciendo: visión, seriedad y compromiso”.

Como retos de futuro, ha citado tres: la digitalización de la economía, el invierno demográfico y la emergencia climática. “El debate no es 'ecología versus economía'. La meta es desarrollo sostenible. Afrontamos un reto científico, tecnológico, social, económico y también político de enorme magnitud”, ha aseverado el lehendakari, que cree posible una Euskadi “neutra en carbono” de cara a 2050.