El Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) ha comprado medicamentos por valor de al menos 5,5 millones de euros a la farmacéutica israelí Teva desde 2023, según los datos remitidos por el consejero Alberto Martínez, del PNV, al Parlamento Vasco en respuesta a una solicitud de documentación de la representante de EH Bildu Rebeka Ubera. A diferencia de Asturias y de Navarra, Osakidetza aún no se ha pronunciado sobre la posibilidad de rescindir esos contratos en aquellos productos que no sean exclusivos de esta marca, que es una de las grandes del sector en el mundo. Hay otras comunidades que también son clientes, como el Sacyl castellanoleonés.
La documentación muestra que, en el período analizado, 2025 es el año con más compras a Teva, 1,89 millones hasta la fecha del informe, 27 de octubre. En 2023 fueron 1,84 y en 2024 1,77. La organización sanitaria que aglutina al hospital de Cruces, el mayor de la red, es la que más ha contratado a Teva, con 1,3 millones. En primavera, dos centenares de trabajadores recogieron firmas contra esta empresa. También el hospital Donostia ha destinado 1,19 millones a sus productos.
¿Cuáles son? Son 54 los medicamentos adquiridos por Osakidetza. En la larga lista aparecen Reslizumab y Fremanzumab como los más costosos. Son inmunoterapias, según fuentes médicas. Eso sí, Teva también ha entregado a la Sanidad vasca arsénico, codeína, fentanilo o hierro.
“La grandísima mayoría de los medicamentos adquiridos por Osakidetza a Teva tienen alternativas en el mercado, muchas de ellas en forma de genérico y con origen europeo”, sostiene el sindicato LAB, que ha pedido por escrito y en persona expresamente a la dirección de Osakidetza, ahora en manos de Lore Bilbao, que corte las compras con esta compañía y “deje de financiar el genocidio palestino”. Fuentes de Osasunbidea, el equivalente a Osakidetza en la comunidad foral navarra, indican que sí es posible cambiar de proveedor en muchos casos. En diciembre y enero el Gobierno navarro irá rescindiendo acuerdos con Teva salvo uno “de un medicamento que es exclusivo” y que es necesario para garantizar la atención a los pacientes, indican desde el Servicio Navarro de Salud, cuyo nuevo director general, Jon Guajardo, ha ocupado durante años cargos de dirección en Osakidetza.
Otro grupo de la oposición, Sumar, preguntó al Gobierno de Imanol Pradales por sus contratos con la empresa Attenti, adelantados por este periódico. Esta tecnológica israelí proporciona el sistema de control telemático a las Prisiones vascas para casos de internos con regímenes de semilibertad. La adjudicación la hizo en su día el Ministerio del Interior pero, en 2021, las cárceles de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa fueron transferidas a la Administración autonómica y este servicio externalizado se subrogó. Ahora bien, en 2024 y en 2025, en septiembre, el Ejecutivo vasco ha prorrogado este acuerdo, cuya vigencia final ahora es 2026.
La consejera María Jesús San José, de la parte del PSE-EE de la coalición con el PNV y responsable de Justicia y Derechos Humanos, insiste en que la empresa “fue adquirida” por un grupo “con sede central en Londres” y que “en la actualidad es una empresa estadounidense” con “algunas oficinas” en Israel, como en muchos otros países que se enumeran. Sin embargo, las facturas de este servicio se hacen desde Tel Aviv y el teléfono de referencia tiene también prefijo de Israel. Lo llamativo de la información facilitada por San José es que completa la respuesta a Sumar asegurando que “desconoce” si el Ejecutivo vasco “tiene relación” con otras compañías de Israel.
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