Mapa de las personas que intentaron ayudar a Samuel: reconstrucción de una noche donde casi nadie llamó a la Policía

En la madrugada del 3 de julio, Samuel Luiz fue linchado hasta la muerte por una multitud una céntrica calle de A Coruña. En las imágenes, publicadas por elDiario.es, se demuestra que la paliza fue multitudinaria. También se puede ver cómo, durante el momento de los dos ataques que sufrió Samuel, decenas de personas caminaban por el lugar de los hechos. Solo dos personas decidieron llamar a la Policía para denunciar los hechos. Otras cinco personas intentaron ayudar a lo largo de esos dramáticos minutos sin conseguir evitar el fatal desenlace.

Ibrahima Shakur, el joven senegalés que estuvo a punto de salvarlo

El nombre más repetido es el de Ibrahima Shakur, el joven senegalés que intercedió en la primera agresión para tratar de ayudar a Samuel. Su intervención frenó el primer ataque y permitió a la víctima ponerse en pie y alejarse del lugar. En declaraciones a los medios de comunicación Lina, la amiga de Samuel, aseguró que Ibra Shakur fue la única persona que decidió ayudar al joven frente a la multitud que lo asesinó. Cuando se produjo el segundo de los ataques, Ibrahima Shakur ya no estaba allí. Posteriormente, hemos conocido que junto a este joven se encontraba otro migrante que también intentó ayudar a Samuel. A ambos el Gobierno les ha concedido este martes la regularización extraordinaria.

Acababan de dar las tres de la madrugada y, además de las personas que caminaban por la calle, el tráfico de vehículos era considerable. Desde el interior de uno de esos coches se produjo la primera llamada alertando de la paliza. Según recogen los primeros informes policiales, una conductora anónima llamó la Policía Local para denunciar lo que tan solo pudo ver durante unos segundos desde su coche en marcha. Ahí fue cuando saltaron las alarmas y le Policía se puso en marcha. La patrulla con el distintivo Tango 100 se encontraba por la zona y apenas tardó unos minutos en llegar al lugar en donde Samuel yacía malherido.

Los tres testigos que siguieron el ruido

Poco antes de que llegase el primer coche de Policía, Pablo (57 años), Marco (50 años) y Begoña (50 años) caminaban por la Avenida de Rubine a pocos metros del lugar donde estaba sucediendo la agresión. Alertados por el ruido de la turba se acercaron para ver qué estaba pasando. Al torcer la calle y antes de poder ver a Samuel tendido en el suelo, estos tres amigos se cruzaron con el grupo de agresores que abandonaban apresurados la escena del crimen. Pablo fue el primero en verlos: “No había casi nadie por la calle y vi como un grupo escapaba del lugar. No corrían, iban a paso muy rápido. Ojalá hubiera distinguido a alguno”.

En cuanto se acercaron a socorrer a Samuel, los tres se dieron cuenta de la gravedad de la situación. La víctima yacía en el suelo inconsciente y rodeado de sangre. En ese momento, Begoña llamó a emergencias. Fue la segunda de las únicas tres llamadas que el sistema de alertas recibió aquella noche.

Minuto tras minuto, Lina y los tres amigos que paseaban en la madrugada del sábado se entregaron intentaron reanimar al joven. Marco lo explicaba así en declaraciones a elDiario.es: “La cosa estaba muy mal. Cuando le agarré la cabeza vi que no paraba de expulsar sangre. Tenía varias brechas en el cráneo”. Diez minutos más tarde llegó la primera ambulancia.

Una llamada desde la otra punta de la ciudad

La tercera llamada que recibió la Policía llegó desde la otra punta de la ciudad. Un joven llamó a los agentes para asegurar que había sido testigo de la paliza. Esa última conexión se produjo sobre las tres y media de la madrugada. El denunciante ya estaba lejos del lugar donde Samuel aún luchaba por su vida tendido en el suelo. Concretamente, en la Avenida Sardiñeira, a 2,1 kilómetros del lugar de los hechos. Esa denuncia ha sido fundamental para la investigación ya que es la única en la que un testigo señala conocer la identidad de los agresores. La Policía envía un coche patrulla al lugar en donde se ubica el testigo y le toma declaración. Según se recoge en los atestados, el denunciante ofrece las primeras pistas para identificar a los responsables del asesinato e, incluso, llega a dar el apellido de uno de ellos, así como una ubicación del barrio en el que reside buena parte del grupo.

El mapa para ubicar la colaboración de los testigos

La siguiente infografía ubica a cada una de las personas que intentaron ayudar a Samuel o, en última instancia, colaborar en la detención de sus agresores.