El presidente de Abanca critica el impuesto a los bancos mientras anuncia beneficios de 104 millones

Abanca ganó hasta el cierre del segundo trimestre 104,3 millones de euros, un 14,3% más que en el mismo periodo del año pasado. En un contexto de “volatilidad y enorme incertidumble”, el millonario resultado de la entidad heredera de las antiguas cajas gallegas deja a su presidente, Juan Carlos Escotet, “muy satisfecho”. El tono optimista de la presentación de las ganancias se transformó en “preocupación” al hablar del impuesto sobre las comisiones y los intereses de los bancos anunciado por el Gobierno central: “Es profundamente dañino para toda la economía”. Prevé, además, que habrá retroactividad en su aplicación, algo que considera “muy cuestionable desde el punto de vista constitucional”.

Escotet ha manifestado su deseo de que el gravamen no salga adelante. Sus argumentos son que “es difícil de entender que a algunos sectores se les apliquen y a otros, no”, al igual que a “algunos bancos sí y a otros, no”. Avisa de que habrá “consecuencias en el crédito” y de que los daños se extenderán a toda la sociedad.

Si la intención es luchar contra los efectos de la inflación, opina que las ganacias extraordinarias de los bancos por este motivo son “teóricas” y que, en cualquier caso, el Gobierno se está “anticipando mucho” a esos beneficios porque los tipos de interés “no han subido lo suficiente”. El gravamen debería ser, a su juicio, sobre “los -beneficios- incrementales”.

Otro de los efectos que Escotet cree que se pueden dar es una pérdida de competitividad de los bancos de la Unión Europea y una menor rentabilidad en el sector bancario español, lo que sería un “agravio comparativo” respecto a sus competidores.

Los resultados de la entidad muestran que tuvo un volumen de negocio de más 110.000 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 6,6% por ciento interanual. La cobertura de activos dudosos se sitúa en el 82,9% y la ratio de capital en el 16,4%. Abanca asegura que los créditos concedidos a pequeñas y medianas empresas (pymes) y a autónomos se situaron por encima de los 1.500 millones, una cifra que supera la previa a la pandemia.