El 14 de enero de 2016 una mujer, madre de un un alumno de un colegio de Vigo, publicó un mensaje en el grupo de Whatsapp que suele funcionar entre los padres y madres del alumnado. En él acusaba a una de las maestras de maltratar su hijo: “lo zarandea de malas formas, le tira del brazo, se burla de él, le tira las fichas del puzzle al suelo, le come el bocadillo”. Y le pedía al resto de padres y madres “que controléis a vuestros hijos, que les preguntéis por esta individua”, concluyendo que “si pasa con alguno más tenemos que hacer fuerza entre todos y plantarle cara”.
La acusación, que llegó a ser publicada por algún medio de comunicación, dio lugar a la convocatoria de una reunión en el centro de enseñanza, donde la madre acabó por desdecirse de las acusaciones y se comprometió a disculparse en el propio grupo de Whatsapp. Sin embargo, en los días siguientes simplemente publicó: “Hola. Os quiero pedir perdón por poner el otro día un comentario que no tiene nada que ver con este grupo”, lo que la maestra encontró insuficiente, presentando a continuación una denuncia judicial por un presunto delito de calumnias.
El Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo dictó sentencia en mayo del pasado año, condenando a la mujer que había colgado el mensaje en el grupo de Whatsapp a una pena de 7 meses de multa a razón de 3 euros al día (630 euros en total) y 1 euro como indemnización por daño moral, ya que la propia maestra calumniada no quiso reclamarle más que una cantidad puramente simbólica.
La acusada recurrió la sentencia y ahora la Audiencia Provincial de Pontevedra se ha pronunciado sobre este recurso, reiterando la consideración de calumnias para los hechos probados y subrayando la falta de rectificación por parte de la acusada. El dictamen considera que las expresiones vertidas en el grupo de Whatsapp “son objetivamente ofensivas y suficientemente graves para considerar menoscabada la dignidad y el honor de la perjudicada, en la medida en que menoscaban la honra y el crédito de la profesora”.
El Sindicato de Traballadoras e Traballadores do Ensino de Galiza (STEG) ha valorado esta nueva sentencia e insta a todos los medios de comunicación que publicaron las acusaciones de la mujer hoy condenada por calumnias a “dar publicidad en debida forma al resultado del proceso judicial” para ayudar a reparar “los daños morales causados por las calumnias vertidas contra esa profesional de la educación y restaurar la integridad y honorabilidad de su imagen pública”.