Así nació el inconfundible sonido de los mensajes del iPhone (ocho años antes que el teléfono)

Antes que nada escucha esto:

¿Lo reconoces? Seguro que sí. Es imposible que no hayas escuchado alguna vez este inconfundible sonido. “¡Booh-Dah-Ling!”. Y de repente una notificación emerge en la pantalla de tu iPhone. Es una de las señas de identidad más reconocibles del terminal de Apple. Significa que tienes un nuevo mensaje, pero eso ya lo sabes perfectamente. Lo que seguramente no conozcas es la historia que está tras el origen de este brevísimo tono. Por ejemplo, ¿sabías que Kelly Jacklin es la madre de esta mítica alerta?

De la mano de esta antigua desarrolladora de Apple nos remontamos a 1998, casi diez años antes del lanzamiento del primer iPhone. En aquel año, tres ingenieros comenzaron a trabajar en un reproductor de audio para Mac llamado DAS, germen de lo que posteriormente serían SoundJam y SoundJam MP. Si estos nombres te resultan familiares, aunque sea vagamente, es porque Apple compró el 'software' en el año 2000 y lo utilizó como base para la primera versión de iTunes.

El caso es que Jeff Robbin, uno de los tres creadores del programa, se puso en contacto con su amiga Kelly para hablar del proyecto, que en un primer momento ella no vio nada claro. “¡¿Quién demonios podría querer una versión Mac de WinAmp?!”, pensó. “Tonta de mí...”. Menos mal que la vida le dio en 1999 una segunda oportunidad de dar a luz a su obra más conocida. Resulta que SoundJam, además de para reproducir audio, servía para grabar CDs y Robbin y sus compañeros necesitaban un sonido que informase al usuario de que los discos habían terminado de grabarse. “Como soy música por vocación y tenía lo necesario para la grabación”, recuerda Jacklin, “le dije que le daría unas cuantas vueltas a ver qué se me ocurría”.

Y vaya si lo hizo. “Yo buscaba algo simple que pudiera captar la atención de los usuarios”, rememora. “Se me ocurrió que una secuencia simple de notas, interpretada por un instrumento de sonido limpio, sería capaz de atravesar el ruido de una casa o una oficina”. Ya solo le faltaba buscar ese instrumento y casualmente en aquella época estaba enamorada del sonido de uno de percusión similar al xilófono: la marimba. Probó otros cuatro, pero este acabó siendo el elegido.

Como quería algo simple y no podía dedicar mucho tiempo, Jacklin decidió que sería “una secuencia de tres notas, tal vez cuatro”. Además, “quería conseguir una sensación feliz, así que elegí notas de la escala mayor, centrándome en I, III, IV, V y VIII (la octava)”. Una vez tomadas estas decisiones previas, llegó el momento de pasar a la acción y ponerse manos a la obra. ¿Con el teclado? No exactamente... “Una persona normal habría empezado a jugar con el teclado. Pero yo no soy normal, y definitivamente no soy teclista... Así que en esa ocasión aposté por el 'hemisferio izquierdo' de mi cerebro y decidí escribir un programa para generar las diversas permutaciones de las notas”.

Para los que se hayan quedado como estaban, esto quiere decir que Jacklin tiró de conocimientos de programación y desarrolló un 'software' para probar todas las combinaciones posibles de las notas y los instrumentos que había seleccionado previamente. Así, tras una serie de procesos intermedios, llegó a tener un archivo con cada secuencia. Una lista de reproducción similar a esta, pero bastante más larga:

1358-harp.aiff

1358-kalimba.aiff

1358-pizzicatto.aiff

148-kalimba.aiff

148-marimba.aiff

“Despues de escucharlos todos una última vez, el sonido de la marimba fue el que más me gusto y prefería los sonidos ascendentes. Mi favorito resultó ser 158-marimba.aiff”. Y así nació el que ocho años más tarde se convertiría en el sonido de los mensajes del iPhone. ¿Qué hubiera pasado si se hubiera elegido alguna de las otras opciones? ¿Hubiera tenido tanto éxito como el “¡Booh-Dah-Ling!”? Como Jacklin ha hecho públicos algunos de sus descartes, puedes responder tú mismo:

El resto de la historia es más o menos como te la estás imaginando. Kelly envió el sonido a Jeff, que lo incluyó en SoundJam MP para avisar al usuario cuando un CD terminaba de grabarse. Luego Apple compró la aplicación y la transformó en iTunes, pero mantuvo el aviso, que más tarde pasó a ser la alerta que se escuchaba en OS X al completarse la instalación de un programa. En 2007, finalmente, se convirtió en el tono más reconocible del teléfono que popularizó el adjetivo 'inteligente'.

“Imagina mi sorpresa cuando salió el iPhone y el tono por defecto para los mensajes era... '158-marimba', ahora con el inteligente (pero no del todo preciso desde el punto de vista de la teoría musical) nombre de 'Tri-Tono'”, relata. “Pasa el tiempo y el sonido se convierte en icónico, apareciendo en series de televisión y películas y convirtiéndose en la abreviatura internacional de 'tienes un mensaje de texto'. ¡Guau! ¿Quién lo hubiera pensado?”

Así que, ya sabéis, cuando un amigo os pida que trabajéis gratis, en lugar de mandarle a tomar vientos, pensad en Kelly Jacklin. Quién sabe dónde puede terminar vuestra obra.