“Es uno de los grandes días de la civilización”, ha arrancado Donald Trump su optimista rueda de prensa junto con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. El presidente estadounidense ha presentado el acuerdo de paz que ha pactado con su homólogo israelí para poner fin a la guerra de Gaza. Un texto que aún tiene que ser aceptado por Hamás, a quien ambos mandatarios han presionado para que lo haga. De no hacerlo, Netanyahu ha amenazado de “terminar el trabajo” en la Franja y Trump ha asegurado que Israel tendrá “apoyo total” de Estados Unidos para hacerlo.
“Netanyahu y yo hemos discutido cómo acabar la guerra en Gaza, pero eso es solo una fracción de la paz en Oriente Medio”, ha dicho. “Este acuerdo llevará una paz duradera a la región”, ha destacado Trump, con la vista puesta en el premio Nobel de la paz y sacando lustro ya al octavo conflicto que, según sus cálculos, ya ha resuelto.
“Todo el mundo lo ha aceptado. Solo falta Hamás y tengo la sensación de que la respuesta será positiva”, ha afirmado el presidente. “Si no lo hacen, Bibi, sabes que tienes mi apoyo para hacer lo que tengas que hacer”. “Si Hamás acepta, todos los rehenes serán liberados en no más de 72 horas”, ha asegurado.
El acuerdo, sin embargo, se ha negociado al margen de Hamás, que ya ha anunciado que lo estudiará con buena fe antes de dar una respuesta, según recoge Haaretz. Tanto el primer ministro qatarí como el jefe de la inteligencia egipcia ya se han reunido con el equipo negociador del grupo islamista en Doha, según el mismo medio.
Paralelamente, Taher al-Nouno, alto cargo de Hamás, ha dicho en una entrevista televisiva que el grupo armado no aceptará la desmilitarización que exige Israel. “En lo que respecta a este plan, nadie se puso en contacto con nosotros, ni participamos en las negociaciones al respecto”, ha declarado al-Nounou.
“Si Hamás rechaza tu plan, presidente, entonces Israel terminará el trabajo solo. Se hará por la vía fácil o por la vía dura, pero hay que hacerlo”, ha afirmado Netanyahu. “Gaza será desmilitarizada, Hamás entregará las armas, Gaza tendrá un gobierno transicional civil e Israel mantendrá la responsabilidad de seguridad, incluido un perímetro de seguridad para el futuro próximo”, ha expuesto el dirigente israelí, que asegura que el plan es “consistente con los cinco principios” que su gobierno de coalición ha establecido para el fin del conflicto y el día después de este.
En redes, Benny Gantz, una de las principales voces de la oposición parlamentaria en Tel Aviv, ya ha validado el texto: “El plan de Trump para Gaza debe ser aplicado”. El presidente israelí, Isaac Herzog, también se ha pronunciado a favor. “Acojo el plan con satisfacción y pido su rápida implementación”, ha escrito en X, donde también le agradece la mediación a Trump.
Dos de las líneas rojas para el gobierno de Netanyahu eran el reconocimiento de Palestina como estado y que la Autoridad Palestina tuviera un rol en el gobierno posterior. Ambas cuestiones quedan apartadas en el plan a los futuribles y condicionales. Se pide una reforma de la Autoridad Palestina y el reconocimiento del estado palestino se reduce al “reconocimiento” de dicha “aspiración”. Solo de cumplirse todos los requisitos que establece la hoja de ruta pactada para la Gaza de posguerra, “las condiciones podrían finalmente dar lugar a un camino creíble hacia la autodeterminación y el estado propio de los palestinos”.
La propuesta llega cuando el genocidio israelí ya se ha cobrado la vida de más de 65.000 palestinos y después de que Netanyahu asegurara en la ONU que tiene que “terminar el trabajo” en Gaza. “Estamos dando un nuevo paso para ganar la guerra”, ha celebrado este lunes el israelí. El espacio que ocupan los gazatíes en el plan de paz es mínimo y ya sirve de indicador sobre qué lugar tendrán en esta nueva Gaza reconstruida. Una de las pocas cosas en claro que deja el texto es que “nadie será obligado a abandonar Gaza, y esos que deseen abandonarlo son libres de hacerlo, así como de volver”.
El plan de EEUU consiste en 20 puntos que considera fundamentales para acabar la guerra y ha asegurado que este plan se ha llevado a cabo con la colaboración de multitud de países árabes y europeos. “Quiero agradecer al primer ministro Netanyahu por aceptar el plan y por confiar en que, si trabajamos juntos, podemos poner fin a la muerte y la destrucción que hemos visto durante tantos años, décadas, incluso siglos”, ha dicho Trump al lado del primer ministro israelí.
Estados Unidos, al frente del gobierno de transición
Según el plan propuesto por EEUU, Trump controlará y supervisará personalmente el futuro de Gaza. Si sale adelante, la Franja se regirá por el gobierno transitorio temporal de “un comité palestino tecnocrático y apolítico, responsable de la gestión diaria de los servicios públicos y los municipios para la población de Gaza”. “Este comité estará compuesto por palestinos cualificados y expertos internacionales, bajo la supervisión y el control de un nuevo organismo internacional de transición, la ”Junta de Paz“, que estará dirigida y presidida por el presidente Donald J. Trump, junto con otros miembros y jefes de Estado que se anunciarán próximamente, entre ellos el ex primer ministro Tony Blair”.
El gobierno de transición no es tan distinto de la idea que planteó hace siete meses Trump, cuando protagonizó la primera rueda de prensa conjunta con Netanyahu en la Casa Blanca y que dejó a la comunidad internacional consternada. En ese momento, más allá de plantear el futuro de la Franja como un resort turístico, el republicano aseguró que Estados Unidos se haría “cargo de la Franja de Gaza”.
Bajo esta especie de protectorado estadounidense, Washington colaborará con los socios árabes e internacionales para crear unas fuerzas de seguridad alternativas temporales, bajo el nombre de “Fuerza Internacional de Estabilización (ISF)”, que se desplegará de inmediato en Gaza y que, a medida que amplíe su alcance, permitirá que el ejército israelí (IDF) se retire. El IDF, según el texto, “se retirará basándose en normas, hitos y plazos vinculados a la desmilitarización que se acordarán entre el IDF, la ISF, los garantes y los Estados Unidos”.