Microsoft se marcó un tanto en la conferencia del E3 de Xbox, anunciando lo que muchos jugadores llevaban tiempo esperando: la retrocompatibilidad que permitirá jugar a títulos de Xbox 360 en Xbox One. Una noticia que alegró el día a más de uno, pero ahora, tras el aluvión de celebraciones, muchos se preguntan por qué la compañía ha tomado la decisión justamente en este momento.
El máximo responsable de la compañía, Phil Spencer, ha querido aclarar esas dudas, y lo ha hecho a través de una entrevista en la revista EDGE. “Durante los últimos seis meses hemos recibido muchas peticiones de los usuarios acerca de la retrocompatibilidad. Queríamos que, aunque la gente hubiera vendido su 360, conservara sus juegos” explica en ella. “El equipo tomó la decisión de hacer que todo el sistema operativo de Xbox 360 funcionara en Xbox One. Efectivamente se ejecuta, y es por eso por lo que se puede jugar con Live y todo lo demás. Eso fue lo más difícil: ¿podríamos lograr que el SO de 360 iniciara de modo que creyera que está corriendo en su hardware nativo?".
Según Spencer, lo mejor es que los desarrolladores no se verán afectados por esta retrocompatibilidad. “Los desarrolladores no tienen que hacer nada” explica. “Ellos autorizan el juego, nosotros lo ponemos a prueba, obviamente, para asegurar que todo esté bien y luego tenemos que envolverlo como un juego de Xbox One para que la consola sepa que de hecho estás usando un juego”.
Todo apunta a que los jugadores podrán sacar el máximo partido a esta nueva característica de la consola de Microsoft, y que todos aquellos que temían cambiar de 360 a One y perder sus juegos ahora no tienen excusa para no hacerlo. Sin embargo, tendremos que esperar para ver si todo va sobre la marcha.
La retrocompatibilidad está en modo de prueba desde el pasado 15 de junio para los miembros del programa preview, pero estará disponible a nivel global este mismo otoño. ¿Tienes ganas de probarlo?