Con la mente puesta en el cambio de categoría
Puede que sea intranscendente, o simple casualidad, pero el peinado en un futbolista y su forma de vestir, aunque sea de manera casual o informal, dan una idea sobre qué tipo de jugador es. Evidentemente, es una primera impresión que a lo mejor luego es equivocada. Pero es una forma de imaginarse lo que les espera a los aficionados de la Unión Deportiva Logroñés. Fue el caso de Adrián Cruz (Moaña, 18 de julio de 1987) y de Kike Ferreres (Castellón, 15 de octubre de 1994), los dos últimos blanquirrojos presentados.
El centrocampista, porcedente de Osasuna -llega al club en calidad de cedido hasta junio-, tiene la pinta de ser un futbolista de los que mandan, de los que parece que no están pero tienen gran presencia, de los que se fajan en cada balón pero también cuenta con la calidad suficiente para manejar los tiempos. En definitiva, un medio centro completo de los que hace jugar a los suyos sin parecer que está, pero fundamental cuando no aparece entre los elegidos. La imaginación que es muy grande. En este sentido, su estilismo escogido para el día de la presentación se podía decir que era discreto, sobrio, con colores grises y sin estridencias entre la parte inferior y el jersey.
Además, las palabras de Adrián Cruz iban en consonancia con el posible perfil. Así, por ejemplo, quizá por el poso que le da el haber disputado 164 partidos en Segunda B, afronta su paso por la la UDL con la intención “de volver a jugar” después de dos meses de lesión por un esguince de tobillo. Admite que está en “la recta final” y que el cariño que le ofreció Carlos Pouso, “no me puso plazos para la recuperación”, ha sido clave para llegar a Logroño y “aportar lo que pueda para que este club, que no está donde debe esté, logre el ascenso”. Reconoce que le gusta el “trabajo del equipo, no me voy a asustar porque aquí hay muy buenos jugadores, por lo que estoy con ganas y fuerza”. De hecho, asume que “la temporada es larga y todos tendremos nuestras oportunidades, hay que estar atento para coger el puesto y demostrar”.
Ilusionante ascenso de categoría
Por su parte, Kike Ferreres, que incluso acusó los nervios, evidenció la ilusión por integrar un proyecto deportivo que tiene en el punto de mira el ascenso a Segunda. El hecho de venir del Mallorca B (conjunto de Tercera) provoca que este lateral izquierdo sea consciente de que Paredes, hoy por hoy, parte como titular: “Sé que hay un equipo hecho y que es difícil entrar, pero debo trabajar para tener la oportunidad y luego saber aprovecharla”.
Sin miedos, sin complejos, con un peinado más asimétrico y con colores en su ropa, este joven jugador apunta a un perfil similar al de Reguilón. Su formación en una cantera como la del Villarreal, su proyección desde categorías inferiores, generan que se pueda adaptar a posiciones más ofensivas. “Sé que mi labor es defender, pero me gusta ser un lateral ofensivo con proyección en ataque”. En consonancia con este discurso no se esconde, es ambicioso: “Vamos a luchar por el ascenso y espero que se consiga”. Ya hay ganas de verles, de manera oficial, con la elástica blanquirroja para confirmar si las sospechas se acercan a las expectativas.
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