Contra el matrimonio infantil en el Congo
La situación de los derechos humanos en la República Democrática del Congo sigue preocupando a gran parte de la comunidad internacional. Por un lado, se encuentra la alarmante realidad que viven muchos niños y niñas congoleños; por otro, la inseguridad que rodea a los defensores de derechos humanos en este país del África Central.
Con el objetivo de acabar con los matrimonios infantiles, la Misión de Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUC) y otros organismos de Naciones Unidas que operan en ese país han lanzado una campaña que pretende poner fin a esta práctica en la provincia de Kasai Occidental.
Según datos ofrecidos por la ONU, más del 32% de las jóvenes locales entre 15 y 19 años están casadas o mantienen una relación marital.
Kasai Occidental es, después de las provincias Oriental y de Kivu del Norte, la región congoleña más afectada por este fenómeno, con más del 54% de las adolescentes analfabetas casadas o forzadas a casarse antes de cumplir los 15 años.
La campaña contra estos matrimonios durará tres meses
y será coordinada con las autoridades locales, las iglesias, los medios de comunicación y los grupos de jóvenes.
Pero el trabajo de la organización internacional en este país no acaba aquí. Un grupo de expertos de la ONU ha pedido a las autoridades de la República Democrática del Congo fortalecer la investigación del asesinato del defensor de derechos humanos, Floribert Chebeya Bahizire, con la participación de forenses independientes.
El pasado 2 de junio, el cuerpo de Chebeya era encontrado en las afueras de Kinshasa,
un día después de que la policía lo citara a una comandancia y varias organizaciones de derechos humanos informaran sobre su desaparición.
En un comunicado conjunto, los relatores especiales sobre ejecuciones extrajudiciales, Philip Alston; sobre el derecho a la libertad de opinión, Frank La Rue; y sobre la situación de los activistas de derechos humanos, Margaret Sekaggya, subrayaron la importancia de llegar al fondo del crimen, que incluye también la desaparición del chofer Fidele Bazan Edadi, que acompañaba a Chebeya.
Los expertos acogieron con beneplácito los anuncios de la suspensión del jefe de la Policía Nacional y del arresto de varios oficiales en relación con el caso, pero insistieron en la necesidad de que los especialistas forenses participen en las pesquisas para comprobar que las evidencias presentadas sean sólidas.
Afirmaron que este asesinato no sólo priva al país de uno de sus más prominentes defensores de derechos humanos, sino que envía un mensaje de intimidación y brutalidad. “Si no se identifica y procesa penalmente a los responsables del crimen, se producirá un gran retroceso y el gobierno congoleño correrá el riesgo de ver socavado su trabajo en muchos terrenos”, subrayaron.
Por otro lado, el grupo también urgió a las autoridades a redoblar esfuerzos en la búsqueda del chofer desaparecido.
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