Micheletti no cede sobre la posible vuelta de Zelaya a Honduras
El presidente interino de Honduras, Roberto Micheletti, manifestó ayer que mantiene una posición “indeclinable” respecto al posible regreso al país del presidente depuesto, Manuel Zelaya, tras el fracaso de la segunda ronda de negociaciones en Costa Rica para hallar una salida a la crisis política en el país centroamericano.
Durante una reunión con los ministros de su Gobierno, Micheletti ha remarcado que no acepta “presiones bajo ninguna circunstancia”, según informaciones de los medios locales. En este sentido indicó, en referencia a Zelaya, que no puede regresar al país quien “rompió la Constitución”.
El presidente interino anunció que no adelantará las elecciones, fijadas para finales de año, y que seguirá en el poder hasta enero de 2010. “El 29 de noviembre hay elecciones libres y transparentes en este país”, agregó a este respecto. “El 27 de enero de 2010, temprano en la mañana, estaré entregando el poder al ciudadano que el pueblo ha escogido como presidente”, apuntó.
Micheletti también ha pedido a Estados Unidos el envío de un emisario para que compruebe sobre el terreno la verdadera situación en Honduras, donde según declaró el dirigente “no hay muertos a cada rato”. Al mismo tiempo, ha invitado a “todos los organismos de Derechos Humanos del mundo entero” a que comprueben que “aquí adentro estamos viviendo la paz que queremos”, afirmó.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, en una conversación telefónica con el presidente interino, Roberto Micheletti, le advirtió que Washington podría cortar su asistencia financiera si se continúa rechazando el regreso de Zelaya. “Esto podría tener un impacto significativo en términos de ayuda y consecuencias, potencialmente de largo plazo (...) para la relación entre Honduras y Estados Unidos” , ha declarado el portavoz del Departamento de Estado P.J. Crowley.
La Unión Europea ya ha interrumpido ayudas financieras por 65,5 de millones de euros para la empobrecida nación centroamericana, en lo que fue la primera consecuencia del fracaso de las negociaciones de Costa Rica. También han instado al Gobierno 'de facto' que “”se abstengan de cualquier acción o declaración que pueda provocar una escalada de la tensión y haga más difícil la posibilidad de una solución“.
Unos 400 simpatizantes de Zelaya han protestado contra el golpe frente al edificio del Congreso, custodiado por soldados y policías antimotines. Los simpatizantes del depuesto mandatario llamaron en un comunicado a los hondureños a concentrarse el viernes en la frontera oriental con Nicaragua para recibir a Zelaya.
La radicalización de los bandos en torno al regreso de Zelaya hacía imposible un acuerdo en Costa Rica, donde Arias pidió extender hasta el miércoles el plazo para intentar hallar una salida a la crisis.
El agotamiento de la vía diplomática supone un desafío para el presidente estadounidense Barack Obama, que apostaba por las negociaciones para restituir a Zelaya. Washington. Por su parte, el mediador entre las partes, Óscar Arias, ha hecho público su temor a que el fracaso de este diálogo lleve a Honduras a la guerra civil.
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