Ya están en Logroño Faemino y Cansado con 'Parecido, no es lo mismo'
Llevan más de dos décadas exhibiendo su humor y cómo clasificarlo. Dicen que es una mezcla entre surrealista, absurdo e inteligente. Sus espectáculos se componen de una sucesión de gags, generalmente sobre situaciones corrientes llevadas al absurdo. Suelen ser historias muy trabajadas y con muchos detalles. No hablan de actualidad, no realizan imitaciones, no hacen chistes sobre políticos ni se visten de ama de casa. Apenas emplean decorado o vestimentas especiales.
Su humor también se considera surrealista porque mezclan lo sencillo y lo intelectual tratando temas atemporales. Buscan la interacción con el público, que debe entender sus juegos de palabras y dobles sentidos. De hecho, recomiendan que los espectadores hayan acabado la educación obligatoria para apreciar completamente su humor.
El caso es que esta pareja no deja indiferente a nadie. Cuando los ves por primera vez, o te encantan o los aborreces. Si te han gustado, probablemente, irás al teatro a verlos cuando vayan a la ciudad donde vives porque no es que hagan muchos espectáculos, pero de vez en cuando aparecen y es como respirar aire fresco.
La última vez que pasearon su palmito por el escenario del Bretón fue en 2007 con 'Son dos' y esta vez vienen con 'Parecido, no es lo mismo', su sexto espectáculo en 23 años. Lo que tratan de transmitir con el título de la obra es que siguen siendo fieles a ellos mismos y que aunque los textos no son iguales a los precedentes, seguramente tirarán de chistes que ya han hecho historia dentro del esperpéntico mundo de Faemino y Cansado.
ORÍGENES
La carrera de estos dos artistas comenzó un domingo de septiembre de principios de la década de los ochenta. Ofrecieron en El Retiro cuatro pases esa mañana, con más luces que sombras. El verdadero motivo de aquel comienzo fue recaudar dinero para invitar a comer a sus amigos a un restaurante chino. Desde entonces acudieron regularmente a ofrecer sus espectáculos en este céntrico parque madrileño. Coincidieron con humoristas como Pedro Reyes o Pablo Carbonell en la época de mayor y mejor actividad artística del parque.
Su incursión en televisión fue en el programa 'Un, Dos, tres' donde se hicieron famosos contando el mitico chiste del aguila. Posteriormente actuaron en el programa infantil Cajón Desastre, donde hicieron sketches memorables. Con todo esto consiguieron darse a conocer ante el gran público, hasta tal punto que tuvieron la oportunidad de realizar una serie de dieciséis programas propios de aproximadamente media hora de duración: 'El orgullo del tercer mundo'.
En este programa se acuñó la expresión “yo leo a Kierkegaard”, respuesta del público en un momento de uno de sus gags. Esta frase nació como respuesta a la idea de los productores del programa de que era necesario crear una frase significativa que pudiera hacerse popular. Ellos se lo tomaron a guasa y se inventaron esta expresión pensando que nunca podría calar entre la gente, pero finalmente se hizo muy famosa y se considera su grito de guerra. Con este programa llegaron a mucha más gente y comenzaron a generar una legión de fans, aunque el capítulo que más se vio no alcanzó el millón y medio de espectadores.
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