El gomero Inocencio Casanova, un personaje clave en la historia del Bronx neoyorquino

Mansión Casanova en el barrio del Bronx, Nueva York | Museum of the city of New York

Manuel Hernández González (*)

La Orotava —

El gomero de Hermigua, Inocencio Casanova, es considerado un personaje de primera fila en el Bronx neoyorquino. Una calle y una escuela pública en el lugar que fuera su mansión testimonian su papel en el devenir histórico.

Emigrado desde su juventud a la Perla de las Antillas, se estableció en la comarca de Cárdenas, donde hizo fortuna. Posteriormente se desposó con la hija de un rico hacendado que poseía el ingenio “La Armonía”, con la que tuvo doce hijos. Fue consciente de las ventajas que ofrecía el floreciente puerto de Cárdenas para el desarrollo económico de esa pujante región azucarera, siendo de los primeros en adquirir solares que le proporcionaron ricos dividendos. En 1844, con apenas 40 años, era uno de los más prósperos empresarios de la isla.

Emprendedor nato, ocupó diversos cargos en la administración local, siendo Procurador o Registrador de la Anotaduría de Hipotecas de Cárdenas, Juez de la Diputación de Cárdenas de la Real Junta de Fomento de la Isla de Cuba, la cual se dedicaba a la promoción, cuidado y formación de presupuestos de obras públicas.

En 1850, un suceso cambió radicalmente su vida y la de los suyos. Invitado al banquete a donde acudió en compañía de su esposa y de su hija Emilia, en conmemoración a la victoria obtenida por las tropas españolas sobre los luchadores por la independencia de Cuba, su hija pronunció un brindis por Independencia de Cuba, lo cual fue considerado por las autoridades como un insulto. No obstante, su condición de mujer y la lealtad demostrada por su padre al régimen colonial, evitaron males mayores.

En el verano de 1852, la familia realiza un viaje a los Estados Unidos de América, en el que visitan las Cataratas del Niágara, la ciudad de Nueva York, Saratoga, Albany, Filadelfia y otros sitios de interés de ese país. Al cabo de tres meses, regresaron a Cárdenas.

Su etapa norteamericana

En 1854, debido a que se descubren las actividades revolucionarias que realizaban algunos de sus hijos, se ve obligado a abandonar la isla con su familia, estableciéndose en Filadelfia. En 1855, luego de la celebración de la boda de su hija Emilia con el importante novelista cubano Cirilo Villaverde, regresa con el resto de los suyos a Cárdenas. Allí continúa con sus negocios, a la vez que cumple las funciones de Regidor del Ayuntamiento de la ciudad matancera.

Trabajador, prudente, constante y previsor, desde 1854 había solicitado la nacionalidad estadounidense, que le fue concedida por el tribunal supremo de Nueva York el 17 de julio de 1860. En el verano de 1867, liquidó parte de las propiedades que poseía en Cárdenas y a petición de su hija Emilia, viaja nuevamente a los Estados Unidos de América, en compañía de sus hijos y de su esposa.

En Nueva York compró una quinta señorial en West Farm, el actual Bronx, que se convertiría en lugar de cita de los patriotas cubanos. Sus amplios sótanos se transformarían en depósito de municiones. Inocencio hizo suyo el ideal independentista y edificó a iniciativa de su hija los túneles que conectaron su mansión con el canal de Long Island, que le permitieran embarcar de contrabando las armas para Cuba. De allí salieron no pocas expediciones durante la Guerra de los Diez Años. En este lugar se levantó una casa escuela por parte del ayuntamiento de Nueva York que lleva como nombre “Casanova”, en homenaje a la dedicación revolucionaria de esa familia, que fue abierta al público el 6 de junio de 1922.

Defensor de la independencia de Cuba

Inocencio Casanova regresa a Cuba y por sus actividades revolucionarias es detenido. Tras permanecer 22 días encarcelado, se le embargó su ingenio “La Armonía”, el 26 de abril de 1869 y los solares del puerto de Cárdenas. El 25 de febrero de 1871 fue expulsado de la isla caribeña.

Él fue el prototipo del empresario que llega a lo más alto a base de esfuerzo, En Estados Unidos nuevamente, adquiere casas y terrenos mineros en Pensilvania y participó en empresas azucareras como la Commercial Warehouse, cuyo presidente era su antiguo socio, José Francisco de Cárdenas.

Haciendo valer su nacionalidad norteamericana, regresa a Cuba, pocos años más tarde, para defender sus derechos de propiedad ante el gobierno colonial español. Como Inocencio y la mayoría de sus hijos, prestaron su auxilio a las guerras de independencia de los cubanos contra España, su familia fue perseguida y vigilada constantemente.

Ello no fue impedimento para que realizase numerosas donaciones en bien de la comunidad. Falleció en La Habana el 30 de mayo de 1890.

(*) Profesor Titular de Historia de América en la Universidad de La Laguna

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