A mirarte con ternura
Yo aprendí desde pequeño
Porque tú eres gloria pura
Porque tú eres gloria pura
Cocidito madrileño
“El día que lo tapen voy a echarlo de menos”, comenta un vecino de avanzada edad apoyado sobre su garrota. Viene de pasear por el Parque Rodríguez Sahagún y nos lo dice mientras miramos el boquete abierto en la calle Ofelia Nieto en su confluencia con la calle Isla de Córcega.
El agujero, rodeado por una pequeña valla de obra, obstaculiza claramente el paso por la calle y tapa la puerta de un local comercial que, eso sí, echó la persiana hace algún tiempo. Se trata de una obra que tiene que ver con el tendido eléctrico, operada por Iberdrola y la empresa Tradivel. Lleva así desde el pasado 20 de agosto y el plazo de finalización era el 4 de octubre, pero veinte días después nadie ha tapado el agujero.
La cuenta de X Vecinos de Tetuán viene denunciando la dejadez de la estampa desde haca algunas fechas. En las fotos que subió algunos días atrás se aprecia basura dentro del agujero que, a día de hoy, ha sido limpiada dando cierta carta de naturaleza al hoyo como parte del viario.
Hay quien se ha tomado el asunto a broma en redes sociales. SOS Bravo Murillo le pregunta a una vecina si aprovechan para reforestar la zona: “¿Y si plantamos un árbol, @olgaberrios ? ¿Será la forma de que por fin hormigonen el agujero?”. “Poned una palmera de Palestina”, añade otro usuario.
Alejandro Llamazares sigue con la broma política: “Mira @IdiazAyuso. Un túnel de Hamas. Nos invaden los terroristas, sálvanos”. Y hay quien, como Turpin, agarran por la senda de la broma para después ponerse serios: “Yo creo que eso estaba ya cuando estudié en La Paloma, en los años 80. Es coña, pero luego curré en Valdeacederas 16 años y 13 en Pza, Castilla. Esos barrios ocultos de Bravo Murillo y la propia plaza han estado abandonados casi siempre. Tetuán, Estrecho, Valde, Ventilla...”
En Crónica del Rey Pasmado, Torrente Balleter novela una grieta en la céntrica calle del Pez de la que salían gases sulfurosos. “Todo el mundo pensó, y con razón, que en el fondo de la grieta empezaba el infierno”, escribía. En esta calle de Tetuán, aunque algunos lo llevan con resignación, también empiezan a pensar que, de alguna manera, algo paranormal ocurre con la finalización de esta obra en principio menor.