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Arepa mía: comida callejera de Venezuela

A pesar de que ya hemos pasado a la Fase 1 y ya hay terrazas abiertas, yo, como buen ser asocial, continúo dándome a la comida en casa. Esta vez me desplacé unos 200 metros a recoger mi pedido en Arepa mía, establecimiento sito en calle San Vicente Ferrer 28. Todo menos ponerme a luchar por un asiento, qué perezón, con este calor, y también sin calor, qué perezón luchar, en general; creo que solo lo que depende exclusivamente de uno mismo se puede luchar, lo que dependa del contexto, especialmente humano, contingencias, etc., creo que no merece la pena, si tiene que salir, saldrá. Vaya filosofía de todo a 100 y vaya alma de intrépida periodista, chi. Sea como sea, Arepa mía también ofrece su comida in situ, no solo para llevar, cuando estemos en la fase adecuada para ello.in situ

El hilo musical venezolano me ha costado, soy una ignorante absoluta en materia de música venezolana, solo conozco a dos cantantes de ese país, Carlos Baute, del cual solo sé el nombre y cuya música no he escuchado en mi vida, y José Luis Rodríguez «El Puma», de ese sé algo más, a mi madre le encantaba, con su pelín cardado y alicatado hasta el techo, ¡ese ser mitad hombre mitad felino, grrroarrr! Aquí dejo la banda sonora de una época; cuidadín, la letra no tiene precio, es realmente fascinante.

https://www.youtube.com/watch?v=jf8OLY_PbWg

A continuación incluyo, también, una versión actual revisada, ya sin mamachichos ni nada.

https://www.youtube.com/watch?v=W6CqGK0Uuis

Bueno, aquí continuamos con mi experiencia gastronómica en Arepa mía.

Para beber ofrecen diversos zumos y batidos, escojo uno de estos últimos, el Elisina (5,90 €), con leche, fresa, plátano, canela y miel. Dulce, suave y con marcado sabor a canela.

Empezamos picoteando 4 tequeños (5,90 €). Son unos palitroques de queso semiduro blanco, que en Venezuela se denomina queso llanero, envueltos en una masa de harina de trigo, agua, huevo y mantequilla, muy similar a la brisa, y fritos. Resultan un aperitivo agradable y sencillo.

Seguimos aperitiveando, ahora tocan tostones de carne (7,50 €), plátano verde frito, carne mechada y queso blanco. Las rodajas de plátano macho frito son ligeramente crujientes y sirven de apoyo para la carne mechada, que es falda de ternera guisada con cebolla, pimiento rojo, tomate, comino y cilantro y deshilachada —es decir, nada tiene que ver con la carne mechada andaluza— con queso blanco rallado y fundido por encima. Un conjunto muy sabroso. La carne mechada, cuya denominación posiblemente provenga de «mechón» pues al deshacerla sus hebras parecen una especie de mechones, me gusta en todas sus versiones y en Sudamérica y Centroamérica, en general, es una elaboración fundamental para numerosos platos.

Ahora vamos con las arepas, elegimos tres versiones. En primer lugar una reina pepiada (5,90 €) con pollo marinado con salsa de cilantro, aguacate y queso gouda. Sabe bastante a cilantro, más seco que fresco, y tiene una textura muy cremosa y delicada. El pollo es una masa de hilos finos con mahonesa que, con el aguacate, crea un todo suave y agradable. Una arepa curiosa, rica, fresca, veraniega.

Después toca la arepa pabellón (5,90 €) con carne mechada de ternera, frijoles negros, plátano maduro y queso blanco. Esta arepa, que es como el plato conocido como «pabellón criollo» pero sustituyendo el arroz con la propia masa de la arepa, es una bomba sabrosona, donde el intenso gusto umamesco de la carne mechada contrasta con la solidez de los frijoles negros, la levedad del queso blanco y la dulzura de plátano maduro. Muy y mucho estupenda y perfecta para el invierno pues aporta calorías a tutiplén.

Para finalizar la parte salada, escogimos una arepa guarico (5,70 €) con cerdo al horno marinado y queso gouda. Aunque había alguna parte del cerdo algo secañosa, tenía un sabor a asado potente, casi modo cochinita pibil, y el queso aportaba su suavidad, grasa y fino sabor picante. Rica que riquis.

En todas las arepas me falló la masa de las propias arepas, demasiado dura y crujiente para mi gusto. He probado arepas caseras alguna vez y suelen ser más suaves, más tiernas, más ligeras. En cualquier caso, con la cantidad de relleno que llevaban era necesario que el andamiaje fuera firme porque, de lo contrario, el desparrame del relleno hubiera sido fastántico. He de decir que, precisamente por esa tendencia al desparrame, no es un tipo de comida para una cena romántica y/o elegante donde quieras quedar como un/a señorito/a.

De postre, torta tres leches (4,90 €), un postre típico venezolano consistente en un bizcocho bañado en leche y con crema de leche condensada y evaporada, merengue por encima y canela. Delicado aunque demasiado dulce para mi gusto.

Recomiendo este sitio para una comida informal y sabrosona en casa o en el propio establecimiento con amigos, en plan relajado, de picoteo, con zumos o batidos para refrescar, pues es una cocina contundente.

Web: Arepa míaArepa mía.