Aquellas tiendas de barrio de la Corredera Alta de San Pablo

En nuestros frecuentes paseos por la hemeroteca nos ha llamado la atención una noticia de 1987 sobre el comercio tradicional en la Corredera Alta de San Pablo, “amplio escaparate de artículos de consumo popular” donde se podían encontrar, según rezaba el escrito, “relojes, ovillos de lana, zapatitos de bebé y alpargatas, ultramarinos, carne roja, muebles para viviendas de clase media, tela de algodón sin mezcla…”

La columna está firmada por Carmen Santamaría en Villa de Madrid, un informativo quincenal que publicó el Ayuntamiento entre 1981 y 1992. El texto se detiene en los desaparecidos Almacenes Aguirre, que estaban en el número 9 de la calle. El establecimiento estaba a punto de cumplir en aquel momento el siglo de vida en la barriada. De ellos decía:

La jubilación de los rectores estos establecimientos tradicionales –muchas veces sin recambio generacional en la familia con interés en continuar el negocio familiar-, el cambio de costumbres de los consumidores, el del propio barrio como lugar de ocio y turismo, la desregulación de horarios o la competencia de las grandes superficies, han contribuido a que el comercio más tradicional y de proximidad sea hoy una especie en peligro de extinción.

A pesar de todo, la Corredera Alta de San Pablo sigue siendo una calle de mucho tránsito diurno y agitación comercial. Junto a negocios de restauración de nuevo cuño, subsisten algunos negocios de tiempo, como Lanas Megino (mercería que lleva desde 1941), la mercería La Pequeñita, la Platería de Jose M. González , Alimentación R. García, Alimentación Nieto, Lámparas Corredera, o bares a la vieja usanza como El Prado o el Farmacia de Guardia. Recientemente cerró la joyería relojería Lázaro y, hace un poco más, la ferretería ubicada en el 30 de esta misma vía o la tienda de pinturas Haz Color, en el número 4.

Descargar el número de Villa de Madrid del 15 de febrero de 1987